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–¿Con qué objetivos trabaja la Liga Española de la Educación?
–La Liga tiene un objetivo general que es conseguir que la educación llegue a todos y a todas por igual durante toda su vida, no solo durante los años escolares. Tiene tres principios que fundamentan nuestro trabajo, que son la laicidad, la solidaridad y la ciudadanía. La laicidad en el sentido de que no tenemos nada que ver con ningún tipo ni de religión ni de ideologías, la solidaridad en el sentido de ser solidarios entre todos y ciudadanía porque entendemos que el objetivo final de la educación es crear ciudadanos responsables, competentes y que puedan ejercer todos sus derechos.
Juan Ramón Lagunilla, secretario general de la Liga Española de la Educación
–¿Quiénes forman las tres Ligas?
–Principalmente gente proveniente de la enseñanza. La inmensa mayoría son compañeros trabajadores de la educación, profesores de instituto, de Primaria y algunos de la universidad. También hay personas que proceden del ámbito de las Ampas, pero principalmente son profesores en activo o jubilados.
–¿Qué programas o servicios tiene la entidad en la comunidad?
–Trabajamos en las áreas de infancia y familia, juventud, que incluye también empleo; inmigración e interculturalidad y una cuarta que es de cooperación internacional. En infancia y familia, tenemos dos escuelas infantiles en Valladolid y una ludoteca en Zamora. En juventud tenemos en Palencia y en Zamora dos programas que se llaman Cejos, Centro Juvenil de Orientación para la Salud, que hacen el trabajo de intervención con jóvenes sobre la salud entendida en el amplio aspecto, desde prevención del bullying y del acoso escolar, hábitos alimentarios, prevención del VIH y de enfermedades de transmisión sexual y prevención de trastornos alimentarios. En Palencia tenemos un programa de habilidades sociales, Construyendo mi futuro (Cofu), en el que trabajamos con jóvenes en riesgo de exclusión social. Tenemos un programa de medidas alternativas en el Ayuntamiento de Palencia con jóvenes y en Valladolid trabajamos con jóvenes en riesgo de exclusión con actividades complementarias a la educación formal. En las tres provincias tenemos Escuelas de Familias y trabajamos en un programa de cooperación con la Universidad de Valladolid que se llama Viajando a Utopía, en el que entre 30 y 40 universitarios trabajan temas de educación para el desarrollo y hacen un viaje a Perú en el que conocen programas de intervención educativa y de cooperación. En Zamora tenemos Mi primer empleo, para trabajar con jóvenes para la consecución de sus primeros empleos.
–¿En estas actividades se tratan aspectos que no se dan en el curso escolar?
–Nuestros programas no son de formación reglada, sino que consisten en trabajar lo que no se hace en los centros escolares. Es un poco de apoyo a la escuela pública. Nosotros somos unos grandes defensores de la escuela pública y nuestro trabajo es un trabajo complementario de la acción escolar.
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–¿Qué demandaría a las administraciones?
–Nuestro objetivo principal es que no existiríamos. Lo ideal para nosotros como organización que está preocupada por la educación de los jóvenes es que no tuviéramos que existir y que todas estas cosas las hicieran las administraciones, pero mientras no lo hacen lo que les demandamos es que financien y apoyen todo tipo de actividades.
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