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El acusado, de espaldas, durante el juicio en la Audiencia. De Torre
«Nunca tuve intención de matarle», afirma el acusado de acuchillar a un hombre en La Granja

«Nunca tuve intención de matarle», afirma el acusado de acuchillar a un hombre en La Granja

La acusación particular pide nueve de años de cárcel por homicidio en grado de tentativa, mientras que la defensa solicita la libre absolución

Martes, 30 de octubre 2018

Con la voz temblorosa, el acusado se dirigió al magistrado de la sala en su alegato final: «No intenté matarle, nunca tuve la intención de matarle». Tras estas palabras, el juez dejó visto para sentencia el proceso abierto contra I. C. A., acusado ... de homicidio en grado de tentativa por unos hechos que tuvieron lugar el 1 de agosto de 2017. El acusado fue detenido en La Granja poco después de haber apuñalado en el cuello a un hombre, aparentemente sin mediar palabra. La Fiscalía ha mantenido la petición de ocho años de cárcel y la indemnización a la víctima con 620 euros por las lesiones, además de 15.000 euros por las secuelas. Por su parte, la acusación particular solicita nueve años de prisión y eleva la reclamación económica por la responsabilidad civil a 39.000 euros.

Ambas acusaciones han rechazado los argumentos de la defensa, que hizo especial hincapié en el eximente de la adicción a las drogas que padece su representado y de los trastornos psiquiátricos derivados del consumo de estupefacientes, como destacó que figura en un informe elaborado un centro de salud mental de Gijón en el que el acusado ha sido tratado. Por ello y porque «ningún testigo aclara» lo que sucedió ese día, el abogado ha solicitado la libre absolución de su cliente, ya que considera que actuó «en legítima defensa». En caso de ser condenado, el letrado expuso que «en ningún caso debe ser por homicidio en grado de tentativa, sino por lesiones», con el eximente de la adicción, lo que reduciría la pena a seis meses de prisión, descontando el tiempo que ya ha estado entre rejas.

El representante legal de I. C. A. fue tajante en sus conclusiones al aseverar, tras escuchar los testimonios de los tres testigos que pasaron por el estrado (faltó uno que adujo problemas con el vehículo), que «nadie vio blandir la navaja e ir contra la víctima». En esta línea argumental, lamentó que las acusaciones se hayan fijado solo en el testimonio del agredido a la hora de elaborar sus peticiones de condena. Asimismo, la defensa subrayó cómo la declaración de los agentes de la Guardia Civil pone de relieve que, cuando fue interceptado, el acusado «tenía la cara hinchada de los golpes». De hecho, en un primer momento los agentes creyeron que era la víctima de la agresión, agregó el letrado. Tanto la fiscal como el abogado de la acusación particular negaron que el acusado hubiera actuado bajo los efectos del consumo de drogas, por lo que descartan cualquier eximente o atenuante en sus peticiones de pena. El letrado del denunciante incidió en que I. C. A. «no sufre ninguna enfermedad mental» y apostilló que «aunque consume droga no es drogodependiente».

Por 40 euros de hachís

En cuanto a las circunstancias de los hechos, uno de los testigos explicó que había vendido hachís a la víctima y que ésta se negó a pagarle 40 euros del 'trapicheo'. Tras tener una discusión, el testigo llamó a I. C. A., quien, según declaró, estaba a punto a salir con la bicicleta a dar un paseo por el campo. «Tiró la bici y se abalanzó sobre la víctima por sorpresa y le asestó una puñalada letal en el cuello; el resto de las lesiones se produjeron en el forcejeo en el suelo», relató en sus conclusiones la acusación particular. El abogado también dejó constancia en su exposición el intento de huida del agresor y al coincidencia de los testimonios recabados, salvo el del acusado, que es «inverosímil».

El letrado de la parte denunciante precisó en la petición de los nueve años de prisión por homicidio en grado de tentativa y de 39.000 euros de indemnización, que su representado vivía en Estados Unidos y que a causa del apuñalamiento sufrido perdió el trabajo, un audífono y el viaje de regreso, ya que estaba de vacaciones en La Granja.

El Ministerio Público también fue contudente en sus conclusiones centrándose en que el primer ataque con la navaja fue obra del acusado. «Abrió la navaja y le dio un navajazo, no con el ánimo de lesionar o de amedrentar, sino de matar». La fiscal destacó que la rápida actuación de la gente y su traslado al hospital salvaron la vida del agredido. «No hubo legítima defensa porque la primera lesión es la que se produce en el cuello», reiteró la representante de la Fiscalía, quien al igual que la acusación particular esgrimió que el acusado actuó sin estar drogado.

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