Navacarros: las fiestas del Cristo dejan paso a las de la Magdalena

Con el paso de los años todo cambia, sobre todo en los pequeños pueblos que van perdiendo población. Y esto precisamente es lo que ha pasado en Navacarros en lo que a sus tradiciones se refiere, ya que muchas de las cuales se han perdido y otras han cambiado.

El mayor cambio se dio en los años 50 ó 60 del siglo pasado, ya que antes las fiestas principales del municipio eran las del Cristo del Humilladero, que se celebraban el 14 de septiembre, festividad de la Exaltación de la Cruz, un momento propicio porque era cuando ganaderos y agricultores -que eran la mayoría de los vecinos- habían finalizado sus tareas y podían dedicarse a celebrar las fiestas.

A partir de esa fecha y según se iba despoblando el pueblo, se cambiaron las fiestas principales al verano y desde entonces se festeja a Santa María Magdalena, cuya festividad es el 22 de julio.

Respecto a las tradiciones perdidas, el alcalde, Jesús Sánchez, recuerda la de poner el mayo por los quintos (colocar un árbol en un lugar determinado al que se le colgaban productos y había que subirse trepando para cogerlos), o bien cuando se salía en Semana Santa tocando las carracas por todo el pueblo, y los quintos salían a pedir por las casas productos para preparar la merienda. Fechas, las de Pascua, en las que no faltaba la salida al campo para comer el hornazo, producto típicamente salmantino.

Otro producto que formaba parte de las tradiciones de Navacarros eran las castañas, que se salían a coger con los amigos por Todos los Santos para después asarlas, denominándose en este municipio como calbotes, al igual que en toda la zona de la Sierra de Béjar.

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