El Ministerio de Cultura se persona en Cataluña en un debate sobre el Archivo

Pese al palpable hermetismo ministerial, lo cierto es que Cultura sí ha aceptado sentarse en la misma mesa con el secesionismo catalán para analizar las vicisitudes relacionadas con el futuro de los denominados popularmente como 'papeles de Salamanca'. El encuentro tuvo lugar ayer en forma de debate vespertino en el marco de un congreso de investigadores y estudiosos de los archivos de la Guerra Civil, que se está celebrando en el municipio de Esterri d'Aneu, situado en la provincia de Lleida. La confrontación de ideas se materializó en el transcurso de una mesa redonda, en la que participaron el subdirector general de los Archivos Estatales del Ministerio de Cultura, Severiano Hernández; el director del Centro Documental de la Memoria Histórica (CDM) de Salamanca, Manuel Melgar, así como el presidente de la Comisión de la Dignidad y actual vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Josep Cruanyes. Precisamente, la Comisión de la Dignidad es la plataforma ciudadana que ha venido abanderando a lo largo de casi dos décadas la constante reivindicación por recuperar los fondos catalanes que requisó el régimen franquista y que durante décadas permanecieron almacenados en el Palacio de San Ambrosio, sede del Archivo de la Guerra Civil.

El Congreso de Investigación y Archivos, que arrancó el pasado jueves y extenderá sus debates y sus sesiones de trabajo hasta mañana domingo, está organizado por el Ayuntamiento de Esterri d'Àneu y el Archivo Histórico de les Valls d'Àneu, con el apoyo del Instituto de Estudios Ilerdenses y la Diputación de Lleida. El congreso se dedica en esta segunda edición al análisis del periodo de la Guerra Civil, concretamente con el propósito de dar a conocer los diferentes archivos, fuentes documentales y procedimientos de investigación vinculados al conflicto bélico. La vicepresidenta del Instituto de Estudios Ilerdenses, Rosa Pujol, destacó en la presentación del congreso que se pretende «poner en valor una memoria histórica de Lleida que debe salir a la luz».