Mañueco trata de acomodar a su equipo con la división de competencias de las consejerías

En un Gobierno de 12 componentes -presidente, vicepresidente y diez consejerías- no tiene por qué haber paridad de género. Todos los representantes de Vox en ese organigrama, cuatro, son hombres: Juan García-Gallardo (vicepresidente), Gonzalo Santonja (Cultura), Mariano Veganzones (Industria y Empleo) y Gerardo Dueñas (Agricultura, Ganadería y Medio Rural). El PP considera que no tiene por qué asumir ese criterio de equilibrio hombres-mujeres más que en su cuota, lo que corresponda a los ocho puestos que ostenta, incluido el presidente. Por lo que puede haber entre 3 y 4 consejeras, salvo sorpresa.

Isabel Blanco, designada vocal en la Dirección Nacional del PP por voluntad del presidente de la Junta, parece candidata a repetir. La soriana Rocío Lucas, de Educación, es una de las incógnitas. Yolanda de Gregorio, delegada territorial de la Junta en Soria, podría ser una de las opciones para cubrir la parte soriana en el Ejecutivo y eso desplazaría a Lucas. También sonaba como potencial consejera Irene Muñoz, asesora en la Consejería de Presidencia y vicesecretaria de programa en el PP autonómico. Significaría, sin embargo, que Valladolid podría tener dos consejeros, si siguiera Jesús Julio Carnero, y eso es poco probable.

La escisión de Fomento y Medio Ambiente puede obedecer, de hecho, a esa necesidad de buscar acomodos. Jesús Julio Carnero es otro de los hombres que ha enviado Mañueco como representación de Castilla y León a Génova. Ya fue secretario general de Fomento y su cartera actual, Agricultura, pasa a Vox. Fomento gana dos apellidos, Movilidad y Transformación Digital. Y Medio Ambiente se encuadra con Vivienda y Ordenación del Territorio.

Hay que tener en cuenta que los siete consejeros actuales en funciones tienen garantizada la plaza de procuradores en el hemiciclo de las Cortes, algo que no ocurría en la legislatura anterior. Rocío Lucas, Isabel Blanco y Jesús Julio Carnero no entraron como parlamentarios. Esta vez, Alfonso Fernández Mañueco los recompensó a todos con los primeros puestos de las listas por sus respectivas circunscripciones, por lo que todos serán parlamentarios.

Este hecho y el discurso de investidura de Fernández Mañueco hacen prever pocos cambios. El presidente de la Junta presumió de tener un equipo «experimentado» y nombres como los de Carlos Fernández Carriedo o Juan Carlos Suárez-Quiñones parecen firmes. En cuanto a Alejandro Vázquez (Sanidad), resulta significativo el modo en que ha desaparecido de la primera línea incluso en plena sexta ola. Sus primeras comparecencias públicas fueron confusas y alejadas de la imagen de eficacia que transmitía como portavoz de Sanidad del PP en las Cortes. A su favor puede tener el hecho de que Sanidad volverá a ser un problemón, porque las carencias del sistema sanitario están lejos de arreglarse, y es buen conocedor del escenario en el que se mueve. Y como ya pasara en la negociación con Ciudadanos en 2019, no es una Consejería por la que haya peleas de candidatos, precisamente.

Habrá que ver quién ejerce, además, como portavoz del Gobierno, función que recaerá en el PP y no en su socio, como ocurría en el mandato anterior con Francisco Igea (Ciudadanos). Los populares quieren un perfil institucional, capaz de capear las polémicas y no chapotear en ellas, algo que eran incapaces de evitar con Igea en liza. Carlos Fernández Carriedo ha mostrado en estos meses en funciones su capacidad para cumplir con esa tarea con el perfil que demandaba el partido. Otra cosa es si se quiere ofrecer una versión más batalladora, en cuyo caso una alternativa podría ser el hoy consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez.

Además, en un próximo Pleno tendrá que definirse quiénes ocupan los puestos de senador por designación autonómica. Por el PSOE son Teresa López y Fran Díaz, mientras que por el PP está Javier Maroto, vitoriano empadronado en Sotosalbos tras no obtener su escaño en las urnas en el País Vasco. Maroto, que es portavoz del Grupo Popular en el Senado, habló en un 'canutazo' en la sesión de investidura de las «ocho provincias» de Castilla y León. Su posición, cercano a la anterior Dirección nacional del PP, es débil y su puesto es tan frágil que dependerá de lo que quiera hacer el partido en ese Pleno. Esta vez los populares dispondrán de dos puestos de senador por designación autonómica y el PSOE, de uno. Es decir, que Mañueco tendría una baza para recolocar a una de sus piezas si finalmente alguien se queda descolgado del equipo de Gobierno.