Castilla y León suprime cualquier actividad de caza, incluidas la acciones puntuales que se autorizaban en las zonas que sufren los efectos de la sobrepoblación de fauna silvestre. La Consejería de Fomento y Medio Ambiente tomó a última hora de la tarde de ayer ... esta decisión. en aplicación de los condicionantes que implica la declaración del Estado de Alarma por el coronavirus. El departamento que dirige Juan Carlos Suárez-Quiñones recordó que también está prohibido pescar.
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La consejería dejaba así sin efecto una nota interna con aclaraciones sobre las autorizaciones de controles poblaciones de fauna silvestre por daños a la producción agrícola y ganadera. Esa instrucción había suspendido temporalmente las batidas que implican la participación grupal en el caso de animales de mayor tamaño: jabalí, corzo y ciervo. En estos casos habían decidido autorizar «únicamente las modalidades de aguardo o espera». A partir de ahora, tampoco se autorizarán actuaciones de control con estas prácticas cinegéticas.
La instrucción restringía también la autorizaciones para controlar plagas de conejo. La Junta iba a permitir modalidades practicadas por una sola persona, como «la espera, al salto o a rabo» y también la caza con hurón. En caso de batidas colectivas, se restringía el número de participantes a cuatro y se recomendaba que los desplazamientos se hicieran de manera individual, además de guardar una distancia mínima de un metro entre los cazadores que participasen y la desinfección cuidadosa con lejía diluida en agua de los medios y vehículos si se usaban por más de una persona. Todo eso quedó anoche sin efecto hasta nuevo aviso, mientras dure el Estado de Alarma por el Covid-19.
El control de esta fauna salvaje mediante caza se autoriza en las zonas donde la superpoblación afecta a los cultivos con daños serios. Al coste que supone para los agricultores la 'manutención' del exceso de ejemplares de conejo, jabalí, corzo o ciervo, se une el riesgo de transmisión de enfermedades. A personas, como es el caso de la tularemia. Y también entre animales, con el peligro de transmisión de peste porcina a explotaciones ganaderas por parte de jabalíes. Cierra la triada de efectos nocivos de la sobrepoblación de fauna salvaje los accidentes de tráfico por atropellos por invasión de calzada.
Fuentes de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente explicaron ayer que estas iniciativas de control de sobrepoblación de fauna salvaje se hacían en coordinación con las organizaciones agrarias y la Consejería de Agricultura y Ganadería.
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