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Castilla y León se encamina hacia los confinamientos provinciales para evitar desplazamientos más allá de los laborales y los de fuerza mayor, y hacia el adelanto del cierre del pequeño comercio y negocios de cara al público a las 6 de la tarde. Así ... se lo está comunicando el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, a los portavoces parlamentarios y lo mismo transmitirá mañana viernes a los alcaldes de capital de provincia y a los presidentes de diputación. El cinturón de las restricciones a la movilidad y del contacto social se estrecha por el único flanco posible, ante la imposibilidad de un confinamiento. La previsión que maneja el Gobierno autonómico es que las nuevas medidas entren en vigor el fin de semana, previsiblemente el sábado.
Castilla y León tiene limitada la actividad de la hostelería al servicio de terrazas en el exterior, ha clausurado de nuevo los centros comerciales y las grandes superficies y los gimnasios. A eso se suma el toque de queda que va al máximo de lo permitido por el decreto que regula el estado de alarma y que empieza a las 10 de la noche y la prolongación del confinamiento perimetral de la comunidad hasta mayo.
Así las cosas, el margen de restricción se limitaba a los horarios de las actividades y el confinamiento de provincias, puesto que Francisco Igea ha descartado tras el Consejo de Gobierno de hoy jueves el cierre de municipios, por el gran número que existe en la comunidad y la dificultad para controlar que sea una medida efectiva, y el de colegios. Alumnos y profesores seguirán yendo a colegios e institutos.
El vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, ha resaltado que la situación que atraviesa la comunidad es de «extremada gravedad» y que se avecinan días «de 50 o 60 fallecidos» por coronavirus. La estadística arroja que fallecerán dos de cada cien contagiados. Y hoy, la Junta comunicó 2.321 contagios, la cifra más alta de la pandemia.
«Nuestro objetivo en los próximos días será bajar la actividad, la movilidad y los contactos», definió el portavoz, que relató que se van a reforzar los cribados (entre universitarios y en municipios) y que van a mantener conversaciones con los portavoces parlamentarios (esta tarde) y con los alcaldes y presidentes de las diputaciones previos a acentuar las medidas que restrinjan los movimientos y las interacciones sociales.
Tanto el vicepresidente como la consejera de Sanidad, Verónica Casado, han rogado a la ciudadanía un «autoconfinamiento durante las próximas semanas», limitando al máximo la salidas de casa para ir a trabajar y comprar lo básico y no reunirse con personas no convivientes.
Un día después de que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, respondiera con un «eso está zanjado» al planteamiento de confinamiento, Igea ha informado de que se ha solicitado al Gobierno de España que modifique la regulación del Estado de Alarma actual para poder disponer de una «herramienta» para implantar un «confinamiento breve e intenso» que permita cortar la transmisión del virus.
Castilla y León ha declarado en la última jornada 2.321 casos, cifra que multiplica por tres los alrededor de 800 que se comunicaron a principios de semana. «Estamos empeorando muy rápidamente», ha reconocido Verónica Casado. La consejera ha señalado que son varias las autonomías que solicitaron ayer miércoles al ministerio que permita ampliar la horquilla horaria de toque de queda para que puede decretarse su inicio antes de las 10 de la noche.
«Por favor, quédense en su casa», ha insistido Igea que ha defendido las medidas restrictivas que ha tomado la Junta y también la estrategia sanitaria frente a la pandemia siempre, ha dicho, basadas en criterios técnicos y moduladas en función de la incidencia de los contagios. Ha llamado al Gobierno de la nación a «replantearse» el actual Estado de Alarma desde el convencimiento de que será necesario un confinamiento «breve e intenso» -«rápido, ágil, precoz» -ha añadido la consejera de Sanidad, Verónica Casado-« que permita cortar la transmisión del virus.
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Berta Pontes de los Ríos
Igea ha añadido que el presidente Alfonso Fernández Mañueco ha contactado con el delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, para ver hasta dónde pueden llegar Policía y Guardia Civil en el control de las nuevas medidas que plantea aplicar la Junta. El vicepresidente ha eludido avanzarlas, pese a las reiteradas preguntas de los informadores. Sí que ha apuntado que Castilla y León no tiene policía autonómica y que la Junta necesita saber el «soporte» que pueden dar los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en el cumplimiento de las restricciones. Entre esas opciones no está el cierre de los colegios.
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J. A. Pardal J. A. Pardal
Los datos de la pandemia apuntan hacia una evolución del perfil de la persona infectada, con un aumento de la detección de asintomáticos que pueden contagiar entre universitarios y adolescentes. La consejera de Sanidad ha manifestado que los brotes en residencias y centros sociosanitarios han dejado paso, tras los festivos de diciembre y las Navidades, a los que tienen origen familiar y social. «Se dan casos de positivos que comunican hasta 20 contactos para rastrear», ha apuntado Casado. Eso implica que ha habido en esos casos una vida social muy activa y hace muy difícil acotar los brotes.
El ritmo de los contagios «compromete» la actividad de los hospitales, y más concretamente la de la UCI, donde atienden en estos momentos a 157 pacientes en estado crítico solo de coronavirus, debatiéndose entre la vida y la muerte. Antes de la pandemia, las UCI de Castilla y León no pasaban de 120 enfermos en los momentos de más apuro. «La única forma de que las UCI puedan resistir es frenar los contagios», ha enfatizado la consejera. La covid-19 mantiene a otros 666 enfermos hospitalizados en planta.
Francisco Igea ha apelado además a la responsabilidad del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del ministro de Sanidad, Salvador Illa, a los que ha pedido que «miren con calma» las curvas de evolución del virus en las últimas semanas -«la pendiente que hay», ha evidenciado con gráficos-. La única cifra que se debería valorar, ha puntualizado, es la de previsión de fallecidos que se avecina en esta tercera ola que nos sitúa ante un escenario peor que el de marzo. «Todo apunta a que será peor que la segunda y que la primera», ha añadido Verónica Casado.
Panorama de la covid en gráficos
«El Gobierno debe plantearse lo que han solicitado varias comunidades, debe tener la herramienta para tomar la determinación, si fuera preciso, de un confinamiento breve e intenso que permita cortar la transmisión del virus», ha defendido el vicepresidente.
El vicepresidente y portavoz de la Junta ha abogado en todo momento por ser «honestos» con los ciudadanos por parte de todas las administraciones públicas a las que ha llamado también a hacer el «máximo esfuerzo» para transmitir el «momento de dificultad» y el «momento dramático» que augura para las próximas dos semanas y que, según ha advertido, puede ser peor que marzo.
«No comunicarlo no sería honesto no es el momento del reproche sino de trabajar», ha sentenciado para recordar que la Junta de Castilla y León sigue adoptando medidas al respecto.
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