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Terraza en la calle Platerías, en Valladolid. Henar Sastre
El 21 de junio volverá la movilidad libre, pero la Junta podrá restringir actividades

El 21 de junio volverá la movilidad libre, pero la Junta podrá restringir actividades

Valladolid, Zamora, León, Burgos y Palencia estrenarán la fase 3 el lunes, ya en la recta final del estado de alarma

Antonio G. Encinas

Valladolid

Sábado, 13 de junio 2020, 09:43

«El 21 de junio finaliza el decreto de alarma y por lo tanto a partir del 22 de junio no hay estado de alarma y no hay restricciones a la movilidad. A partir del 22 de junio se levanta el estado de alarma». Así ... lo dijo el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aunque su traducción libre del BOE dejaba algún resquicio a la duda. «Queda prorrogado el estado de alarma declarado por el presente Real Decreto hasta las 00:00 horas del día 21 de junio de 2020», dice la norma. ¿Y cuáles son las 00:00 horas? Por lo que dijo Illa, contradiciéndose en la misma rueda de prensa, el sábado por la noche. «El estado de alarma acaba a las 00:00 horas del sábado y a partir de ahí no hay ninguna restricción de movilidad», aseveró.

Así que la operación salida se traslada este año al domingo, 21 de junio.

A partir de ese momento, lo que está claro es que la restricción para moverse libremente por el territorio nacional se acaba. Incluso aunque cada comunidad se encuentre en una fase distinta. Porque a partir del lunes 15 aún habrá siete zonas en España -Salamanca, Ávila, Segovia, Soria, Madrid, un área de Barcelona y otra de Lérida- en fase 2; Galicia estará ya en la fase 4, esa normalidad relativa sin estado de alarma; y el resto del territorio, incluidas las otras cinco provincias de Castilla y León -Valladolid, Zamora, León, Burgos y Palencia- en fase 3. A medida que la desescalada avanza en el tiempo y se aproxima el fin del estado de alarma, gana en complejidad. «El marco es el que fija una vez levantado el estado de alarma, el decreto de nueva normalidad, aprobado esta semana. A partir de ahí las comunidades autónomas tendrán que ejercer sus competencias en materia educativa, salud pública... El Gobierno estará para coordinar aquello que haga falta y dar apoyo en lo que se nos pida. Mantendremos colaboración estrecha pero estamos fuera del estado de alarma, por lo que respetando el decreto cada uno tendrá que hacer frente a sus competencias», añadió Illa.

Así que la Junta de Castilla y León tendrá la responsabilidad a la hora de establecer ciertas restricciones de actividades o aforos. El artículo 11 del decreto aprobado el pasado día 9 lo deja claro: «Las administraciones competentes -las comunidades autónomas a partir de entonces- deberán asegurar el cumplimiento por los titulares de los establecimientos comerciales [...] de las normas de aforo, desinfección, prevención y acondicionamiento que aquellas determinen». Y la misma coletilla se repite en los artículos sobre hostelería, restauración, espectáculos, centros comerciales...

A este respecto, y por la posibilidad de que cada comunidad haga lo que quiera, Salvador Illa «la nueva normalidad marca el mínimo denominador común que deben cumplir y las comunidades deberán tomar en ese marco sus decisiones. Veremos si en algunos asuntos merece la pena que tengamos posturas comunes».

Queda claro, en todo caso, que las fases se van a unificar al menos formalmente. A partir del 21 de junio el territorio quedará homogeneizado en lo más relevante. Y habrá que esperar entonces al siguiente gran paso, la apertura de las fronteras. Algo que se producirá el 1 de julio.

Salvador Illa y Fernando Simón, con el mapa de fases que entrará en vigor el lunes, al fondo. Emilio Naranjo-EFE

«La movilidad entre fronteras es uno de los puntos fuertes en Europa, el turismo es importante y es algo que hay que poner sobre la mesa, pero siempre dentro de criterios técnicos y sanitarios», advirtió Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. «105 casos de los 250 que hemos tenido la última semana, más de un 40%, proceden de casos a partir de contactos conocidos en España. El resto son importados, alrededor de 100-104 en la última semana. Este número, a medida que se abran las fronteras, irá creciendo y habrá que tener mecanismos claros de control», señaló. Casos importados, añadió después, de países de alto riesgo como América Latina y Estados Unidos, muchos con residencia en España por motivos laborales.

Por eso existirá la posibilidad de acometer ciertas «operaciones quirúrgicas», como las denominó Illa. Hizo referencia al confinamiento del hotel de Adeje, en Canarias, donde se registró un brote al comienzo de la extensión de la pandemia. Lo mismo ocurrió, en cierto modo, con Miranda de Ebro, donde la Junta estableció medidas severas y restrictivas el 11 de marzo, cuando se detectaron medio centenar de casos. «Habrá que aplicar los mismos instrumentos de forma quirúrgica, no habrá limitación generalizada de los ciudadanos españoles, pero sí restricciones de personas concretas, de unidades familiares o sociales más resntringidas, con autorización judicial», anticipó Illa.

Es decir. Donde se encuentre un brote, bisturí. Una vez más, con el virus aún en circulación y sin visos de desaparecer, la labor de rastreo y detección temprana es fundamental. «Estamos adquiriendo cada día mejor capacidad de detección precoz de casos sospechosos y de confirmados y estamos analizando en torno a 55.000 casos sospechosos semanales. Se hace PCR a entre un 91% y un 93% de ellos, según las comunidades autónomas», señaló Simón. Pocas horas antes, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, había presumido de que Castilla y León ha pasado a ser la comunidad con más pruebas y tests de detección realizados.

Protagonismo autonómico

Es relevante el dato porque en apenas una semana el protagonismo de la lucha contra la pandemia va a recaer por completo en los gobiernos autonómicos. Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León, alardeó ante sus compañeros del Partido Popular de que su Ejecutivo -de coalición con Ciudadanos- «ha ido un paso por delante del Gobierno en muchas ocasiones» durante la gestión de la pandemia del coronavirus, con «más vuelos que nadie» y «más material por habitante que nadie».

Mañueco intervino ante la Junta Directiva del PP en Castilla y León, que fue telemática como mandan los cánones pandémicos. «Mi Gobierno ha trabajado sin descanso para ganar el pulso al coronavirus y ha protegido a las personas con los instrumentos que nos facilita el Estado de las Autonomías», señaló, según informa Efe. «El sistema sanitario de Castilla y León ha estado a la altura. Podemos estar orgullosos de los servicios públicos de Castilla y León», zanjó. A partir del día 21 tendrá que exigirles un nuevo esfuerzo. Llegará la 'normalidad relativa' y con ella, más riesgos que habrá que gestionar desde el territorio.

La garrapata y la fiebre de Crimea-Congo, otro factor a controlar

«Hace dos días que diagnosticamos nuestro primer caso de fiebre hemorrágica de Crimea Congo en la Unidad de infecciosas de Salamanca», refería en Twitter una de las médicos de esta unidad, Amparo López Bernús. «Proceso febril agudo tras picadura por garrapata sin respuesta a doxiciclina. Activamos alerta 112 y tras aislamiento del paciente se solicitó confirmación al Instituto de Salud Carlos III», explicaba. Citaba a continuación un estudio publicado en marzo y realizado entre 2017 y 2018, en el que participó la Universidad de Salamanca y en el que se recogía la seroprevalencia de este virus en una población de 516 individuos -donantes de sangre, en gran medida, un 86%, procedentes de zonas rurales- con contacto con animales. De ellos, un 15,3% habían sufrido mordeduras de garrapatas «en los días o meses previos» a la fecha de la toma de la muestra. Se detectaron anticuerpos con dos modos de diagnóstico en tres casos. «Ya sabíamos que esto podía pasar. Llevamos tiempo investigando», señalaba la doctora en su perfil de Twitter al enlazar el documento.

De hecho, el Ministerio de Sanidad alerta sobre la «emergencia» de esta enfermedad en el sur y este de Europa, que se atribuye «a cambios climáticos y ecológicos», así como «a la modificación del uso del suelo, las prácticas agrícolas, la caza o los desplazamientos del ganado, que tienen un impacto directo en la población de garrapatas y sus hospedadores».

«Las garrapatas del género Hyalomma son los vectores más eficientes de esta enfermedad», aunque hay otras, señala el informe del Ministerio, que advierte de que el periodo de máxima actividad de estos insectos es de abril a octubre. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, invitó a extremar las precauciones si se entra en contacto con animales o llevar ropa larga si se acude a pinares y zonas boscosas.

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