El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, comparece tras el Consejo de Gobierno. A. Mingueza

Igea: «No soy de esos vicepresidentes que le dicen a una mujer mayor de edad lo que tiene que hacer»

El vicepresidente de la Junta reitera que no tiene «poder omnímodo» y asegura que no tiene «nada que ver» en el nombramiento de Soraya Mayo en el Itacyl

Antonio G. Encinas

Valladolid

Jueves, 9 de julio 2020, 14:05

Francisco Igea tiró de sarcasmo y de ironía para reafirmarse en que, contrariamente a lo expresado por el PSOE y Unidas Podemos, no tuvo nada que ver en la designación somo subdirectora del Itacyl de Soraya Mayo. «Advertirles de que aunque vean publicado que ... el vicepresidente ha abierto las aguas del Mar Rojo no selo crean, no es probable. El poder omnímodo del vicepresidente no alcanza a la Consejería de Agricultura», comenzó.

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Dado que en los últimos tiempos se ha unido la situación de la consejería de Empleo, con la destitución de Germán Barrios y el nombramiento de Ana Carlota Amigo, afín a Igea, con el nombramiento de Mayo, que fue diputada por Ciudadanos en la anterior legislatura, Igea considera que se ha pretendido ofrecer la imagen de que es el artífice de cada movimiento en la Junta. Algo que, dice, resulta «ofensivo» para la institución. «Es difícil contener el sentido del humor, porque hay informaciones que llegan a la astracanada. Que la Junta sea una especie de Mari Carmen y sus muñecos es ofensivo», dijo.

«Jesús Julio Carnero -consejero de Agricultura- ha dado explicaciones de un nombramiento técnico de una persona con 16 años de experiencia, en el que ni yo, ni mi partido, ni nadie ha tenido nada que ver. Nada que ver», afirmó. Y fue más allá, en una pulla característica del vicepresidente de la Junta, esta vez con destino al Gobierno central, con Pablo Iglesias como protagonista: «No soy del tipo de vicepresidente que dice a una mujer mayor de edad lo que le conviene y lo que no, igual así se me entiende». Una referencia al caso de la tarjeta de móvil robada a una asesora de Iglesias, que el vicepresidente del Gobierno guardó para, según explicó, no meter «más presión» a «una mujer joven» que podía ser atacada si se conocía el contenido de la tarjeta.

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