Borrar
Las diez noticias imprescindibles de Burgos este martes 21 de enero
La obra titulada ‘Trenes suicidándose’ ha sido una de las que han estado expuestas en Italia estas semanas. El Norte
Iconografía de la perversión

Iconografía de la perversión

Tras clausurar «la maravillosa experiencia» de su exposición en Roma, Nicolás Gless piensa ya en una serie dedicada a los «papas diabólicos»

Lunes, 29 de enero 2018, 17:22

Los cuadros de Nicolás Gless abandonan el sensacional cobijo de la Real Academia de España en Roma. Allí han estado expuestos las últimas semanas; pero la mirada del artista abulense afincado en Segovia permanece en la ciudad eterna. La ‘Apología de la locura’, que ... era el título que bautizaba esta muestra internacional, queda ya grabada en la memoria de espectadores y del propio autor, quien puede presumir de haber sido el primer artista en inaugurar el año que la embajada de España en Italia y la propia Real Academia conmemoran las revueltas estudiantiles de 1968. «Revuelta, que no revolución, porque al final no triunfó», matiza Gless.

Aquel poso alborotador, inquieto e inconformista sí ha perdurado en el espíritu creador del pintor, considerado el precursor y pionero del pop art en España. Así se lo ha reconocido la Real Academia de España en Roma con la exposición en la que Gless ha vuelto a jugar para provocar y, hasta cierto punto, pervertir. Solo el día de la inauguración se acercaron a descubrir la obra del segoviano alrededor de 150 personas, entre ellas una nutrida representación de artistas relacionados con disciplinas como el cómic, el tatuaje o con el diseño gráfico.

Precisamente esa formación gráfica dibujó el acceso al arte de Nicolás Gless, quien arguye cómo «mi experiencia en el diseño gráfico y mi gusto permanente por el humanismo han hecho que mi obra sea muy urbanita y arquitectónica». A partir de ahí, Gless recupera «la publicidad electrográfica», que se refleja y brilla como en ningún otro sitio en los anuncios de neón, que a su vez componen los espacios en los que el autor da vida a sus obras. Luego, puebla esos lugares con «seres demoniacos».

Monstruos modernizados

Insiste en hacer ver y entender la evolución de su particular y singular revuelta creativa. «Sin perder el punto de apoyo urbano y arquitectónico, se han ido poblando de noche con seres monstruosos, que por ejemplo Goya también refleja; yo los he recuperado y modernizado», explica. Y ahí entra en liza su apología del tatuaje, en el que predominan los dragones, los samuráis, los tigres... «En lugar de caminar sobre un tigre real, camino sobre uno de papel», deja entrever el artista al afirmar que «todos los instintos aparecen en los dibujos, donde soy más explícito». Esa es su perversión.

El pintor ha hilado en ‘Apología de la locura’ una narración participada por «seres procedentes de viejos mitos y arcanos, muchos de los grecorromanos, revividos en el Renacimiento y en nuestra época por el cine, las series televisivas o los videojuegos». En esa descripción entran en juego el vampirismo y la licantropía. «Ésta última, todavía en el siglo XVII, se creía que procedía de la melancolía, estado del que nace la obra de arte y estado en el que permanece habitualmente el artista», desentrañaba al explicar la motivación de la exposición.

Convivir con Bramante

«La experiencia ha sido maravillosa», comenta al resumir la estancia romana personal y de su trabajo; sobre todo porque su concepción artística «ha compartido espacio histórico con una obra cumbre del Renacimiento como es el templete de San Pietro in Montorio, de Bramante». Podría decirse que la exposición romana ha supuesto para Nicolás Gless su reencuentro con su yo creativo y la reafirmación de éste.

«Soy humanista, renacentista y urbanita», se ratifica el autor, quien desvela que antes de titular la colección presentada en Italia había pensado en otro nombre para esta serie de obras en las que une su idea y técnica artísticas con las revueltas del 68. Aquella denominación que todavía utiliza al explicar el sentido y contenido de la muestra es la de «la iconografía de la perversión». Gless la encaja en una estructura arquitectónica, a veces sólida y monumental y otras, ilusoria.

Volverá a Roma en verano, avanza. Durante sus viajes a la capital italiana ha estado dibujando y tomando apuntes y bosquejos para hacer «una gran serie sobre Roma». Tiene la urbe, la arquitectura... pero ¿y los monstruos? «Pienso en los papas diabólicos por sus injusticias, como el que mandó degollar Beatrice Cenci o el que insta a hacer la fuente de Bernini y luego sube los impuestos a la gente para que lo paguen», empieza a vislumbrar Gless.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta Iconografía de la perversión