La defensa de la honra, tijera en mano. La ley gitana está detrás del último suceso en el barrio salmantino de Pizarrales, protagonizado por dos mujeres que fueron detenidas por intentar cortarle el pelo a una tercera en un asalto a su propia vivienda, según ha podido saber el periódico Salamancahoy ... .
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Los hechos salieron a la luz ayer, cuando la subdelegación de Gobierno comunicaba una detención por allanamiento de morada y lesiones efectuada por la Policía Nacional. Las detenidas eran dos mujeres que, días atrás (el día concreto no ha sido especificado por la Policía), se presentaron en la puerta del domicilio de una tercera en el barrio de Pizarrales. Portaban dos armas blancas, una navaja y un cuchillo. Tras entrar por la fuerza, una de ellas intentó clavar la navaja a su víctima. Podría ser un ajuste de cuentas o un tema de drogas, habituales en el barrio, hasta que entra en el relato un elemento extraño: un cortapelos.
Según la descripción de la Policía Nacional, además de las dos armas blancas, las agresoras portaban una máquina cortapelos con la que intentaron cortar la melena de la víctima, algo que tiene un significado que da pistas sobre lo ocurrido. Las dos detenidas, de etnia gitana, son las protagonistas de un suceso con un trasfondo sentimental. Como ha podido confirmar este medio, ambas se presentaron a la puerta de la agredida con la sospecha de que a esta le unía una relación sentimental con la pareja de una de ellas.
Según la ley gitana, cortarle el pelo es el castigo previsto para el caso de que una mujer se esté entrometiendo en un matrimonio ajeno. Se trata un castigo simbólico con un fuerte significado que se aplica en este supuesto, aunque esta vez las dos ejecutoras fueron más allá, pues también intentaron apuñalar a su víctima, que pudo repeler el ataque con la mano, lo que le provocó varias heridas.
A pesar de ello, las dos mujeres llegaron a intentar el corte de pelo por la fuerza en aras de esta tradición. Es el segundo hecho similar en unos meses: el pasado verano se conoció el caso de una mujer que, tras recibir una paliza, sufrió trasquilones de su pelo.
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Tras ser localizadas y detenidas, han quedado en libertad con medidas de alejamiento de la víctima y prohibición de acercamiento al domicilio de la persona ante la que intentaron defender su honra a tijeretazos. Algo que les puede costar caro si hay denuncia: casos similares en los juzgados han acabado en juicios por delitos contra la integridad moral, por lo que supone cortar el pelo a la fuerza a otra persona.
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