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Fran Zaera, en una de las zonas de la tienda, junto a su madre Bibiana. S. G.
Un historiador al frente del comercio familiar de 103 años
Reale Seguros. Pegados a la tierra

Un historiador al frente del comercio familiar de 103 años

Fran Zaera tuvo claro que debía asumir este legado para que no se perdiera; la tienda del señor Quico, como todavía la conocen muchos, es un referente del Campo Charro

Silvia G. Rojo

Domingo, 4 de agosto 2024, 08:17

Francisco Luis Zaera Sánchez, conocido como Fran Zaera, creció con el mantra de que: «nunca digas que no tienes un producto, si no hay, se consigue». Más o menos esas eran las palabras de su bisabuelo, el señor Quico, y que, pasado el tiempo, se puede afirmar han dado resultado pues a la tienda de Fran le avalan 103 años de trayectoria.

Este tendero representa a la quinta generación de comerciantes asentados en la localidad salmantina de La Fuente de San Esteban pero es más, por parte de su padre, Ángel Luis, se juntaban otras tres ramas de comerciantes «cuyos hijos se fueron casando entre ellos hasta que fue a parar todo a mi padre».

Fran estudió Historia, está en posesión de varios másteres y también ha explotado su faceta de 'dj', pero cuando llegó la pandemia y su padre enfermó «me vine a echar una mano y en el momento que mi padre fallece, ya me quedé».

Su planteamiento es claro: «No podíamos dejar que una tienda que en aquel momento llevaba funcionando 99 años se cerrara, es una institución, probablemente sea la tienda más antigua del Campo Charro que esté en manos de la misma gente», detalla.

El establecimiento original se situaba en una manzana próxima, pero ya en los años 20 se abrió la tienda actual con una parte de ropa y otra de almacén de ferralla. «La parte que se ha conservado está prácticamente igual, con el suelo de madera, los cajones y la misma estructura, la fachada es la misma a excepción de una puerta que se cerró hace 40 años».

En sucesores de Francisco García Moreno, que es el nombre comercial de la tienda, se puede encontrar de todo, desde bacalao a legumbres, pasando por pimentón, ropa, cazuelas o tornillos, por poner solo algunos ejemplos. «Los viajantes dicen que estas tiendas son el Corte Inglés de los pueblos y son las antecesoras de los bazares chino que hay ahora, estas tiendas hace años se ocupaban de todo».

Hasta La Fuente de San Esteban se desplazan muchos vecinos de otras localidades vecinas, y no tanto, que se han quedado sin comercio y que encuentran en esta tienda una solución a sus necesidades. «Muchos de los clientes también son ganaderos o mayorales de fincas de alrededor, estamos hablando de la zona con la mayor concentración de ganaderías de bravo de España así que es normal que muchos vengan y tengan cuenta, pero el público en general son gente de pueblos pequeños que se han quedado sin comercio así que vamos creciendo a medida que van cerrando en otros lugares».

«No van a desaparecer»

A pesar de esta realidad que no deja de sumar cierres, Fran opina que en lugares de cierta entidad como La Fuente de San Esteban, «no van a desaparecer, aunque exista la compra online y lo tenga de hoy para mañana, a veces la urgencia te llama a tenerlo hoy mismo, no puedes esperar, y luego está el hecho de poder devolverlo al instante, de tocarlo y comprarlo».

A todo eso añade que «quizás en las capitales los comercios pequeños sí vayan a desaparecer, pero en las zonas rurales con personas mayores es más fácil que se mantengan, en los pueblos más grandes siempre habrá espacio para uno».

Sugiere cómo los bazares chinos han ido encontrando espacio en muchas localidades del mundo rural, «saben dónde abren, tienen ojo, y se mantienen».

Fran atiende el negocio él solo, «haciendo un poco de todo te logras mantener», al tiempo que recuerda que la clave del comercio en La Fuente de San Esteban se sitúa en el momento en el que aparece el tren, «antes existían oficios, pero ningún comercio, fue llegar el tren y en 20 años se produjo un boom, era el pueblo mejor surtido de comercios y fábricas». Esa vía férrea a la que hace referencia se abrió el 25 de julio de 1887 en el tramo que va desde La Fuente de San Esteban a Lumbrales.

Abierto los domingos

Lo que para muchos es algo extraordinario, lo de 'abrimos los domingos', es algo habitual en La Fuente de San Esteban. «Los domingos se sigue abriendo, esto y Medina del Campo están medio hermanados en eso», explica Fran, «en invierno está más flojo, pero el ambiente que se genera durante los domingos de verano no creo que lo tenga ningún otro pueblo de la provincia, es el mejor día de la semana, entre las diez mejores cajas del año están algunas de éstas».

Su día de descanso o, mejor dicho, su mediodía de descanso es el martes por la tarde, «cerramos y aprovechamos para ir a los almacenes para buscar los encargos que la gente nos hace» pues tal y como señala, «muchas veces no tenemos ese producto, pero sabemos dónde conseguirlo aunque en ocasiones es por hacer el favor, no por el dinero, pero hay gente que viene hasta aquí en taxi y no la puedes dejar».

Pasado el tiempo, Fran Zaera se muestra «contento» con su decisión de hacerse cargo de un establecimiento tan mítico en la zona, «es un orgullo no dejar que se cierre». Reconoce que «no he estudiado para estar aquí, pero estoy contento», de hecho, su residencia la tiene fijada en La Fuente.

Además, es una persona inquieta si se tiene en cuenta que fue él quien creó la asociación juvenil de la localidad y la página 'El aeroplano', donde se recogen noticias de este municipio salmantino. «Son cosas por las que siempre he tenido mucha afición, también estoy investigando los orígenes del comercio».

Sobre lo de si ser comerciante está en los genes, deja claro que «cuando levas toda la vida en esta casa, que es casa y comercio y tus amigos vienen a buscarte y estás en la tienda, no es extraño para ti, por lo que estás acostumbrado al trato con la gente de toda la vida, vas aprendiendo y no te cuesta».

En su opinión, precisamente, la atención al cliente es prioritaria, «es lo más importante, aquí la gente trae algo que se ha equivocado o no le ha valido y nunca va a tener problema en que se lo cambiemos y a mí me ha pasado de equivocarme con una bombilla y que a los diez minutos no me la quisieran cambiar, eso aquí nunca te va a pasar».

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Sana competencia con otros establecimientos

En varios momentos de la conversación con Fran Zaera aparecen los bazares chinos y, precisamente, en su pueblo también hay asentado uno. «Tengo buena relación con el de aquí, creo que es bueno que existan esos negocios porque si lo que no tengo yo lo tiene él, la gente no tiene que irse a Ciudad Rodrigo o a Salamanca; si todo lo puedes hacer aquí, creo que es lo mejor». Ni Fran ni su madre Bibiana pueden precisar los artículos diferentes que hay en su tienda, sin duda la lista es inmensa, pero lo que está claro es que si cualquier veraneante olvida en su maleta algo tan básico como un bañador, aquí lo va a encontrar, lo de menos es la edad.

El porqué

Algunos oficios tradicionales de nuestros pueblos y localidades están en peligro de extinción. Por eso, y a lo largo de seis entrevistas, pondremos cara y ojos a esas personas que, pegadas a la tierra, intentan que estos trabajos no desaparezcan. Su día a día, sus esperanzas y sueños de la mano de Reale Seguros y su compromiso con territorio y las personas que mantienen la vida en el entorno rural.

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