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Pedro sacó las oposiciones de conserje del Ministerio de Hacienda y actualmente se está preparando para optar a otra plaza distinta. Rubén Cacho-Ical
Una historia de orgullo y normalización

Una historia de orgullo y normalización

La discapacidad intelectual de Pedro, vallisoletano de 29 años, no le impidió opositar y consolidar una plaza con el cien por cien de aciertos en el examen tipo test que preparó ocho meses

El Norte

Valladolid

Domingo, 7 de abril 2019, 18:28

Las barreras y los límites no existen cuando aparece un entorno familiar implicado y favorable, con ambos progenitores «orgullosos» de su hijo, y una academia de enseñanza con preparadores donde la «normalización» es la clave del éxito entre alumnos de todo tipo. Con estos ingredientes Pedro, vallisoletano de 29 años y un 33% de discapacidad intelectual reconocida, lleva cerca de seis años en un puesto de ordenanza tras opositar, primero en la Tesorería de la Seguridad Social de Palencia y luego en el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en Valladolid.

Antes, «con esfuerzo y muchas horas de estudio», tal y como él mismo indica, superó una prueba para personas con discapacidad intelectual con el cien por cien de acierto en el examen tipo test. «Lo más importante es que siempre ha ido logrando los objetivos que se propuso a su nivel siendo consciente de sus limitaciones, que sabe gestionar perfectamente», explica a Ical Soledad, madre de Pedro, a lo que Rafael, su padre, asiente y añade que ellos se limitaron «solo a empujar desde atrás» por que quien puso el tiempo de estudio en casa y la asistencia a las clases fue su hijo.

Las oposiciones para optar a una única plaza de ordenanza en Palencia las convocó el denominado Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas en septiembre de 2011 y Pedro, de 23 años entonces, ya había recorrido un largo camino. Primero sacó adelante la ESO no sin algunas dificultades -pero con los apoyos necesarios de un profesorado muy implicado- y luego cursó un ciclo de grado medio de FP en atención socio sanitaria. A ello se sumó un curso formación en el Ayuntamiento vallisoletano y otro de la Fundación ONCE en la Facultad de Derecho de la Universidad, a través de un itinerario formativo y prácticas laborales en la Escuela de Arquitectura.

Pedro, junto al director del centro de estudios, Carlos Valentín (2D), y sus padres, Soledad y Rafael. Rubén Cacho-Ical

«Empezamos a echar currículums por numerosas residencias de mayores ya que nuestro hijo quería dejar de estudiar y trabajar en lo que se formó y le venía bien por que es muy sociable. Mi marido y yo somos funcionarios y supimos que salían las primeras oposiciones para personas con discapacidad intelectual y vimos que se trataba de una buena oportunidad para él», explica Soledad.

El muro parecía difícil de franquear pero Pedro 'hincó los codos' desde el primer momento. «Eran muchos temas, había que estudiar todos los días, y no es lo mismo que hacerlo para un módulo de FP o un examen del colegio, ya que los preparadores exigen mucho y están encima», sonríe cómplice, para añadir que en ocho meses se preparó «de lunes a domingo», quedando solo con sus amigos al terminar a última hora del día de estudiar.

En este tiempo acudió a una academia en Valladolid con la que contactó su madre, que se encargó de lograr un grupo de 12 alumnos con discapacidad intelectual que también optaba a la oposición. Pedro preparó por las mañanas las pruebas tipo test y estudió a fondo por las tardes, donde un profesor le reforzó en casa repasando los temarios confeccionados bajo el método de 'lectura fácil'. «Se trata de una herramienta que redacta los textos de forma comprensible con sintaxis y gramática muy sencillas, palabras sin doble sentido y siguiendo un orden lógico y cronológico», remarca Soledad.

Pleno de respuestas

Este lenguaje asequible facilitó mucho la tarea y el examen lo aprobaron los 50 aspirantes, pero fue Pedro el que sacó la nota máxima con pleno de respuestas acertadas y el que se quedó con la única plaza disponible en Palencia hoy consolidada. «La satisfacción fue tremenda», expone Carlos, director de la academia Audioestudio. «Llevo desde el año 82 preparando gente pero el trabajo con Pedro y el resto de alumnos de su grupo, todos con discapacidades, ha sido el más gratificante que he tenido», señala, y recuerda que están formando otros grupos para la sexta convocatoria de oposiciones. «Ya hay quince alumnos en los puestos que fueron sacando los últimos años», se congratula.

Tras aprobar en mayo de 2012, el recién inaugurado edificio de la Tesorería de la Seguridad Social en Palencia fue el primero destino de Pedro desde marzo de 2013 hasta enero de 2018. Este organismo contaba con una plaza de ordenanza con discapacidad y reclamó la incorporación de alguien en lista de espera.

Allí el joven dejó una profunda huella entre sus compañeros y, la dirección, dado su buen trabajo, pidió que otra personas con discapacidad intelectual pudieran ocupar su puesto cuando se trasladó a Valladolid. «Cuando ha habido alguna jubilación me piden que acuda a celebrarlo con el resto de compañeros y procuro ir a verlos en cuanto me es posible. Nunca me he sentido apartado, si no todo lo contrario», dice, situación que se ha repetido en su nuevo destino en el INSS de Valladolid, al que se incorporó en febrero de 2018.

Su trabajo consiste en clasificar y ordenar el correo a través del ordenador para su reparto externo en salidas a los bancos y a Correos cuando es preciso, así como la entrega de carpetas con documentación a la secretaría y los diferentes departamentos. «En casa me animaron a sacar un plaza de personal administrativo pero soy muy feliz como ordenanza y este trabajo me llena», sostiene con vehemencia.

El ocio y la vida personal

Pedro comparte su tiempo laboral con el disfrute del ocio en grupo con su pandilla de amigos y pertenece al grupo de teatro de su barrio, el Parque Alameda de Valladolid, donde ensaya los martes y los viernes por la tarde. Además, sigue acudiendo a la academia Audiosestudio en su afán por seguir vinculado al ámbito formativo y especialmente al campo de la informática para mejorar sus conocimientos.

«Me gusta mucho la lectura y estar al día en el tema político, que sigo tanto en páginas digitales como en las ediciones de prensa en papel», apunta, y agrega que otra de las aficiones que tiene se centra en buscar en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) la palabra del día. «Muchas veces no la conoces ya que se suele utilizar en países de Hispanoamérica», matiza, demostrando que el saber no ocupa lugar.

Con una plaza de personal laboral fijo consolidada y un puesto en la ciudad donde reside llegó la hora de marcarse nuevas metas. Los ahorros de los últimos años han permitido a Pedro aspirar a un proyecto de vida y meterse en la hipoteca de un piso donde ya piensa en independizarse junto a su novia, compañera de estudios en la academia y a la que conoció en el itinerario formativo de la ONCE y las prácticas laborales. Antes, como muchos jóvenes, recibe el apoyo de sus progenitores para ir adquiriendo habilidades domésticas, especialmente en la cocina.

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