Guijo de Ávila: de La Velá a la matanza típica

El paso de los años y la despoblación de los pueblos se está convirtiendo en enemigo de las tradiciones, contra lo que luchan en Guijo de Ávila, que mantiene algunas de sus costumbres como oro en paño.

Una de ellas es la de La Velá, hoguera que se realiza en la víspera de San Antonio de Padua, el 12 de junio, alrededor de la cual bailan con música de tamboril. Antiguamente esa noche también se ponían ramos de flores en las ventanas de las novias, pero esta costumbre ya se ha perdido.

Otra tradición que se ha mantenido con el paso de los años es la de ir a merendar el hornazo a la dehesa el Lunes de Pascua o en un local si hace mal tiempo. A estas dos se ha sumado en los últimos tiempos la celebración de la matanza popular el primer fin de semana de febrero, en la que se subastan las piezas del cerdo.

Pero si hay algo que destacan los vecinos dentro del patrimonio inmaterial son las bromas que se hacen a los forasteros: por un lado, la de 'ir a coger gamusinos', ya perdida; y por otro, la de 'Susana y Aquilino', que aún se mantiene, y por la que se convencía al forastero tras beber bien para que fuera a ver a Susana a su casa, ya que su marido –Aquilino– se había ido a Béjar.

Y así lo llevaban a una casa deshabitada, donde le abría la puerta uno de los mozos con camisa blanca y garrote, que hacía de Aquilino, y salía tras de él. Mientras el resto de jóvenes, vestidos igual, se repartían por las calles del pueblo y se hacían pasar también por Aquilino, dando un buen susto al recién llegado al pueblo.

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