La emblemática compañía Grupo Norte ha puesto fin a medio siglo de historia con un acuerdo de liquidación de la empresa y la firma de un ERE para la salida de los últimos 54 contratos que quedaban en vigor.
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Esta empresa se fundó ... en Valladolid en 1972 y pasó de ser familiar a convertirse en una de las mayores compañías de prestación de servicios de España, teniendo también presencia en Burgos. Aunque su plantilla directa se había reducido a poco más de medio centenar de personas (el 80% en Castilla y León), gestionaba contratos de prestación de servicios que dan empleo a más de 1.800 personas en toda España. Además sus divisiones en América Latina (Chile y Perú), superan los 13.000 contratos.
La firma que fundó en su día Rolando Álvarez firmó ayer el finiquito con todos sus empleados. El acuerdo con todos ellos evitará acudir a los fondos de garantía pública (Fogasa) y les permitirá cobrar indemnizaciones ligeramente por encima de lo que marca la ley. En concreto, los más veteranos y que ya tenían un tope indemnizatorio añadirán 3.000 euros lineales; el resto recibirá 22 días por año trabajado (máximo de 12 mensualidades).
«Ante la dificultad económica terminal que vivíamos consideramos satisfactorio haber logrado incluso una mejora sobre lo estrictamente legal», valoraba el responsable de UGT en Grupo Norte, Héctor Yágüez.
Grupo Norte ya sufrió en ERE el pasado año por sus dificultades para mantener la cartera de clientes. Hace ahora tres años, la compañía fundada por José Rolando Álvarez recurrió a la reestructuración y refinanciación de su deuda con algunas entidades financieras después de las pérdidas sufridas en el ejercicio 2016, que achacó a las inversiones acometidas para sanear el negocio.
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En los últimos dos años había hecho un gran esfuerzo para redimensionar costes. Se liquidó la división de Trabajo Temporal (ETT), que llegó a gestionar hasta 5.000 contratos, y se cerraron varias sedes en España, además de seguir reduciendo su plantilla directa.
La llegada de la pandemia sanitaria acabó por dar el último golpe de gracia a sus esfuerzos. La firma presentó en abril de 2021 un concurso voluntario de acreedores para intentar evitar que las deudas arrastraran los compromisos, sobre todo con la parte social. Fue una carrera contra el reloj en la que, mientras se esperaba la designación del administrador concursal judicial, el proceso mercantil precipitó que la sociedad no dejara de perder clientes. En su dirección y hasta el final pensaron que el proyecto era rentable, pero «no lo bastante para devolver la deuda acumulada», indican fuentes de la firma.
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En las últimas semanas, los esfuerzos de sus directivos se han centrado en la subrogación de su cartera de clientes a otras empresas, lo que garantizará la continuidad de esos más de 1.800 contratos que gestionaba Grupo Norte en el sector servicios en aspectos tan variados como limpiezas, mantenimiento, Centros Especiales de Empleo, seguridad o jardinería. Tampoco la división internacional del grupo se verá afectada por la disolución de su matriz española.
Una vez cerrados los acuerdos con los trabajadores, que han cobrado también las nóminas posteriores a la declaración concursal, solo queda el trámite de la aceptación por un juzgado Mercantil de esta liquidación.
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