Arenas de San Pedro: gigantes, cabezudos y toros de fuego

Arenas de San Pedro goza de un folclore rico y bien arraigado, fruto de su relación ancestral con el entorno natural que la rodea y de su gusto por la memoria y las tradiciones populares. Los tres grupos folclóricos locales, Los Pilaretes de Vettonia, Los Pioneros y El Tenaco, son los protagonistas de las dos grandes citas del año con el baile y las canciones populares: el Encuentro de Grupos Folclóricos Ciudad de Arenas, cuya primera edición se celebró hace ahora 29 años, y el encuentro de rondas RondArenas, más reciente.

En el calendario festivo de Arenas tienen siempre especial relevancia las celebraciones alrededor de su patrón, San Pedro de Alcántara, cuya procesión tiene lugar el 19 de octubre, precedida de una romería de dos jornadas que se realiza a pie desde Oropesa, en Toledo. Las Ferias y Fiestas de verano, el último fin de semana de agosto, son si embargo las más multitudinarias, dando lugar a que esos días se triplique la población. En el calendario festivo hay que añadir el 8 de septiembre, día de la Virgen del Pilar de Arenas, la patrona, y las tradicionales Hogueras de San Juan, la noche del 23 al 24 de junio.

Además de en la riqueza y el colorido de los trajes regionales, que se muestra con todo su esplendor en los encuentros folclóricos, en el imaginario del tesoro inmaterial de Arenas hay que añadir la comparsa de Gigantes y Cabezudos, de gran arraigo popular; los encierros populares con capea por las calles de la ciudad, y los Toros de Fuego, un ruidoso y espectacular toro metálico que recuerda el vínculo de Arenas con la ganadería desde tiempos de las tribus celtas abulenses, y que lanza cohetes y buscapiés a la concurrencia.

Las calbotadas del día de Todos los Santos, con castañas asadas de los bosques de alrededor de Arenas, recuerdan también desde tiempo inmemorial la relación de los arenenses con la serranía y el valle del Tiétar.

El símbolo de una gastronomía que se ha ido desarrollando en plenitud a lo largo de los siglos, y que hoy cuenta con algunos platos como las migas, las patatas revolconas, los asados de chuletón de avileño y de cochinillo, o las tradicionales perrunillas, que forman parte del tesoro más sabroso de la localidad. Un gusto por la gastronomía que se prolonga con las rutas de las tapas y de la micología. Un patrimonio inmaterial deslumbrante... y abierto todo el año.

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