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Le preguntaron por Vox, directamente, pero Alberto Núñez Feijóo, en una respuesta de dos minutos, consiguió eludir esa palabra. No nombró al posible socio del PP en Castilla y León, y dejó lo que pueda ocurrir en manos de Alfonso Fernández Mañueco. «Es la persona ... elegida por los castellanos y leoneses para intentar una investidura y es la persona que asume la responsabilidad en el ámbito de sus competencias de tomar decisiones», dijo. Y ratificó, así, lo que había dicho el propio Mañueco la tarde anterior, cuando afirmó que tenía «manos libres» para negociar qué Gobierno se hace cargo de las riendas de Castilla y León. De hecho, ha emplazado ya a sendas reuniones a Soria ¡Ya! y a Vox, que hasta ahora han asistido con cierta perplejidad a la parsimonia con la que se han iniciado las negociaciones.
«La postura del presidente Mañueco, al menos la que ha trasladado al resto del partido, es muy clara. Pretende gobernar en solitario», aseveró Feijóo, que poco después hizo una llamada a la necesidad de conformar un Ejecutivo estable, algo que es imposible con los 31 procuradores -de 81 totales- que tendrá el PP. Las cuentas no salen. «Ha abierto una ronda de intervenciones de mayor a menor representación con los grupos parlamentarios de Castilla y León. Sorprendentemente el PSOE no quiso ni empezar a hablar, y esa reunión fue un fracaso estrepitoso y lo lamento profundamente, porque era el primer partido llamado a garantizar la estabilidad en las Cortes», señaló el presidente gallego, que de este modo parece que hubiera preferido un pacto con los socialistas para sacar adelante una investidura que le ahorrara al PP el desgaste de gobernar con Vox a un año de las municipales y autonómicas.
«Por lo que sé no hay ninguna propuesta cerrada, pero creo que un presidente autonómico ha de garantizar la estabilidad en su comunidad autónoma. Un presidente que, además, solo él puede ser presidente. Y tendrá que tomar una decisión. Y espero que sea la acertada», indicó Feijóo, que nombró por primera vez una opción que en el PP no quieren ni oír. «O hay Gobierno o hay nuevas elecciones, no hay otra opción». De hecho, en su última frase pareció que esa repetición electoral no se antoja algo imposible si la negociación con Vox se tuerce. Y falta poco para comprobar si efectivamente se tuerce, porque el jueves de la próxima semana se constituirán las Cortes de Castilla y León y está en el aire la composición de la Mesa de las Cortes y su Presidencia. «Veremos en las próximas semanas cuál es la decisión motivada que traslada el presidente Mañueco y si hay algunos partidos lo suficientemente responsables para garantizar la estabilidad parlamentaria en las Cortes de Castilla y León», advirtió Feijóo.
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