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fernando caballero
Palencia
Miércoles, 25 de julio 2018, 01:06
Un preso del centro penitenciario La Moraleja, ubicado en Dueñas, tuvo que ser operado de urgencias en la noche del lunes para extraerle un móvil de pequeñas dimensiones que se había tragado. El recluso, de origen español, fue sorprendido con el aparato en ... los primeros momentos del turno de noche, según han señalado fuentes penitenciarias. A parecer, la exmujer del recluso llamó al centro advirtiendo de que este le estaba llamando y amenazando.
Los funcionarios se acercaron a la celda y comprobaron que efectivamente tenía un móvil, momento en el que se lo tragó. Los funcionarios de la prisión que contemplaron la escena lo primero que hicieron fue trasladar al recluso a la enfermería para que lo examinara el médico de la cárcel, quien, ante la gravedad del hecho, ordenó su traslado inmediato al Complejo Hospitalario Universitario de Palencia (CAUPA), donde fue intervenido para extraerle el móvil.
Una vez recuperado de la operación, en la madrugada de ayer, el preso solicitó el alta voluntaria del hospital y fue trasladado de nuevo al centro penitenciario de Dueñas, donde fue ingresado en la Enfermería, pero los servicios médicos, ante el estado de la cicatriz, ordenaron el reingreso en el hospital. Allí el preso protagonizó un alterado en su habitación, donde actuó con violencia. En esos momentos, al parecer bloqueó de un golpe la puerta de su habitación, en la zona habilitada para los presos, en la planta tercera.
Para desbloquearla, la Policía Nacional requirió, sobre las 18:30 horas, los servicios del cuerpo de Bomberos, que se desplazaron hasta el hospital. La intervención de estos profesionales consistió, después de intentar abrir la cerradura con una llave especial, romper un trozo de la puerta para lo que necesitaron una radial, ya que estas son blindadas.
Una vez abierto el hueco, se comprobó que el preso había desplazado la cama junto a la puerta para evitar su apertura. Una vez que los bomberos intervinieron, los agentes de la Policía Nacional procedieron a entrar a la habitación.
Finalmente, el recluso fue trasladado a otra estancia de esa zona habilitada para presos, donde quedó ingresado y tranquilo, según señalaron fuentes próximas a los hechos.
El uso de aparatos de telefonía móvil está completamente prohibido en las cárceles españolas, por lo que el preso se tragó el dispositivo que poseía para evitar su incautación por los funcionarios de la cárcel.
El teléfono móvil que se tragó el reclusos es una aparato de pequeñas dimensiones, que ocupa poco más que una moneda de un euro, como se observa en la imagen, lo que resulta más fácil introducirlo en la cárcel.
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