Los eurodiputados defienden que el reto ambiental sea «voluntario y asumible»

Después de la gran batalla que supuso el tema presupuestario, la condicionalidad, encaminada a asumir mayores compromisos medioambientales, es otro de los asuntos que puede presentar mayores diferencias. El escollo es el porcentaje que tendrá el primer pilar, el de los pagos directos que se dedicará a este fin o, lo que es lo mismo, de cuánto será el pago adicional por llevar a cabo determinadas prácticas sostenibles. Los eurodiputados Clara Aguilera (PSOE), Juan Ignacio Zoido (PP) y Adrián Vázquez (CS) están de acuerdo en que se deben asumir más retos relacionados con la sostenibilidad pero de manera «voluntaria», dice Aguilera; «razonable», es la palabra que utiliza Zoido, mientras que Vázquez sostiene que «cuanto menos porcentaje condicionado, mejor, aunque España está muy avanzada en muchos aspectos por lo que no les va a costar asumirlo». Una vez que el Parlamento vote, en la negociación final con Consejo y Comisión se entiende que todas las partes tendrán que hacer concesiones y busquen puntos intermedios.

«Hemos venido defendiendo desde el principio que se siga apoyando la renta agraria». Ese es el punto de partida de la eurodiputada Clara Aguilera para hablar de una futura PAC en la que las políticas de sostenibilidad han sido algunos de los principales temas de debate. «No creo que haya que dar palos para concienciar, hay que dar incentivos, que el agricultor, libremente, pueda comprometerse a hacer más por el clima y la sostenibilidad y para ello va a recibir hasta un 30% más».

Ese es el compromiso inicial aprobado, pero todavía queda la negociación a tres bandas en la que la cifra podría bajar. Insiste en que «la sostenibilidad tiene que ser medioambiental, social y económica, porque si no hay explotaciones competitivas, no hay sostenibilidad».

De manera mucho más pormenorizada, Aguilera explica que otro motivo de satisfacción es que «por fin, la mujer rural entra en las definiciones y objetivos específicos de la PAC» con el fin de que «se visualice la importancia del trabajo que ya realiza y tenga opciones de quedarse en el ámbito rural».

Considera que las modificaciones van a contribuir «a mejorar algunos mecanismos de gestión de mercado» y así, en el caso del sector del vino, han apoyado un nuevo etiquetado que permitirá usar la palabra vino para aquellos que son sin alcohol pero que proceden de la vinificación. «Había una demanda y así nos lo han dicho muchas bodegas», sostiene.

Otras dos enmiendas que están generando «gran controversia» tienen que ver con las denominaciones cárnicas, la leche y sus derivados. «Ahora se está valorando alguna enmienda intermedia, que la Comisión lo estudie mejor y haya definiciones más correctas» aunque su postura en el caso de la carne es que «para poder usar esa denominación tiene que haber un porcentaje de carne».

Otra serie de enmiendas que defenderá su partido en la eurocámara es el 'capping' (límite) obligatorio, con un tope de 60.000 euros por explotación. Pide además, «mayor empoderamiento de las regiones, no estamos de acuerdo en que no tengan un papel singular, especialmente en el segundo pilar».

«Después de todas las limitaciones con los ecoesquemas, entendemos que no debe existir 'capping' (tope por explotación) y si existe, se tienen que deducir todos los costes laborales». Esa es una de las cuestiones que preocupa «muchísimo» al Partido Popular pues, explica Juan Ignacio Zoido, «no se pueden poner en peligro los empleos del medio rural».

Sin una decisión establecida, en España ese techo máximo de ayudas por perceptor podría situarse en los 100.000 euros teniendo en cuenta esos costes laborales.

En relación a los ecoesquemas incide, al igual que sus colegas, en la cuestión de los porcentajes. «La delegación española mantiene un 20% y el acuerdo que se ha podido conseguir es del 30% y eso no es satisfactorio, aunque es un paso importante para la negociación con el Consejo y la Comisión, es preferible partir del 30».

Para el eurodiputado popular, todas estas exigencias medio ambientales «no pueden desvirtuar el modelo de la PAC, no pueden pedir más exigencias con menos ayudas, es algo inaceptable, la PAC debe tener estos aspectos ambientales pero lo agrícola no puede quedar en un segundo lugar». Zoido se refiere, además, al marco presupuestario que regirá la PAC más allá de 2020, «creemos que hay que compensar el 10% que se ha perdido de fondos en la negociación, no puede volver a cargarse la pérdida en la agricultura, vamos a seguir insistiendo en que el pago básico no se reduzca».

Se muestra «de acuerdo» en que en los reglamentos de la PAC no se vayan a incluir estrategias como la denominada 'De la granja a la mesa' o de biodiversidad. «No podíamos incorporar en un texto legal estas referencias porque no hay una decisión legal sobre las mismas».

Juan Ignacio Zoido concluye que para España «la PAC es fundamental porque ha supuesto una transformación agrícola para toda la nación ganando competitividad e internacionalización y ha sido posible gracias al empuje de los agricultores pero también de la Política Agrícola Común».

El eurodiputado de Ciudadanos adelanta que la futura PAC va hacia un sistema «híbrido» en el que «habrá proporcionalidad en los pagos pero también cierto rendimiento para justificarlos». Aclara que los países del Norte «querían que el modelo cambiase de la noche a la mañana pero parece que esa batalla está ganada».

Vázquez dice que se ha producido una «ola verde» pero asume que «si pones muchas exigencias, muchos no van a poder asumirlas y no recibirán esos pagos. Los ecoesquemas (compromisos adicionales medioambientales) son voluntarios y la gran pelea es el porcentaje». En un principio se habló de un 40% de los fondos del primer pilar «ahora ya es el 30% y luego seguro que más bajo; un 23 o 25% sería aceptable».

La percepción de Vázquez es que después de una batalla «nada fácil», se ha conseguido «redirigir a que la PAC, a pesar de lo mal que se presentaba inicialmente, no vaya a ser tan negativa; no se podía poner toda la presión medioambiental en el agro». Comenta que una vez que el Parlamento apruebe su propuesta «estará en el tejado de Planas, que espero que ponga toda la carne en el asador y se consigan mejores condiciones».