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Ofrecer una solución alternativa a los combustibles fósiles y permitir a los usuarios ahorros que oscilan entre el 15 y el 30% del coste respecto al gasóleo o el gas. Este es el objetivo de las cinco redes de calor con biomasa y ... energía solar de concentración que la compañía DH Eco Energías construirá en Ávila, Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora, mediante una inversión inicial prevista de 88,3 millones de euros, que afrontará con financiación privada, y que permitirá dar servicio a 45.300 viviendas, cuya demanda energética actual es de casi 453 gigavatios hora anuales.
Además, generará 555 empleos en su fase de ejecución e impedirá la emisión de 151.600 toneladas de CO2 anuales, un volumen similar a la contaminación que producen 101.100 vehículos en un año, el equivalente a una décima parte de todo el parque móvil de las cinco provincias. La empresa estima que, una vez obtenidas las licencias de obra, puede ser capaz de dar servicio «a parte del objetivo» en un año, a las primeras viviendas.
Además, el número de puestos de trabajo se multiplicará por tres, en este caso indirectos según la compañía, en la explotación y mantenimiento de la misma.
El 'Proyecto Clima' del Ministerio de Transición Ecológica seleccionó estos cinco proyectos de la compañía de los doce que esta empresa desarrollará en todo el territorio nacional (Coslada, Leganés, Boadilla del Monte, Oviedo, Lleida, Girona y Huesca). En total, prevé destinar entre 200 y 215 millones. El respaldo del Ministerio a estos proyectos se formalizó mediante la firma de un convenio entre la directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvarena Ulargui, y el CEO de la compañía, Teo López, en el que se establecieron las condiciones de compraventa de las reducciones verificadas de emisiones que genere la red de calor, a través del Fondo de Carbono para una Economía Sostenible (FES-CO2).
El director comercial de DH Eco Energías, Manuel Lozano, explica en declaraciones a Ical que todos los proyecto se desarrollarán de Madrid hacia el norte porque es «donde existe más demanda por la meteorología, frente al sur, donde cuentan con costes más reducidos con las eléctricas al tener menos gasto por las temperaturas». «Castilla y León es muy conocedora de este sistema por biomasa porque los hay ya montados. Por eso hay buena aceptación. Tratamos de buscar un producto para dar solución a una demanda lógica y hacerlo mediante energías renovables. La biomasa es un recurso perfecto porque respeta el modelo de economía circular: consumir lo más cercano, en este caso leña, y mejorar el empleo en el entorno», sostiene Lozano.
De hecho, uno de los requerimientos «fundamentales» es aprovechar lo que ofrece la «silvicultura» del monte en un radio de cien kilómetros, con el objetivo de que sea viable. «De cada ciudad, haces un círculo y todo debe estar dentro, desde la procedencia de las leña hasta las plantas donde se transforman en astillas forestales para nutrir las calderas», argumenta.
De los cinco proyectos que se ejecutarán en Castilla y León, el más ambicioso es el diseñado para Salamanca, cuya inversión ascenderá a 35,5 millones, generará 225 empleos en la fase de construcción y dará servicio de calefacción y agua caliente a 19.900 viviendas. En Valladolid, 22,2 millones permitirán actuar en casi 11.000 casas y crear 140 puestos de trabajo; y en Palencia, con 10,8 millones, 70 empleos y dar servicio a 5.200 viviendas.
Igualmente, en Ávila, DH Eco Energías dedicará 10,2 millones, empleará a 60 personas en la construcción y facilitará la llegada del sistema a 4.760 inmuebles. Por último, cerca de 4.500 viviendas se beneficiarán en Zamora tras 9,5 millones de inversión y la generación de 60 empleos.
En todo caso, Lozano explica que existen dos dos «empleabilidades» distintas. La primera es directa, en la ejecución de la obra, con proyectos de una «gran magnitud». «Vamos poco a poco, pero hay que levantar parte de la ciudad, sin generar alarma social». Los segundos corresponden a la explotación, mantenimiento de la red, limpieza y poda de bosques y transporte, que podrían triplicarse y que en las cinco provincias alcanzarán los 1.600 puestos de trabajo a medio y largo plazo.
El director comercial de la compañía manifiesta que una de las grandes ventajas del uso de biomasa como fuente de calor para la calefacción y el agua caliente en el hogar o en edificios de uso colectivo es el ahorro medio que genera para el usuario, que oscila entre el 15 y el 30% en relación al gasóleo o el gas. a ello se unen otras ventajas, como la «alta eficiencia de estas instalaciones», casi cuatro veces mayor que las individuales, «la mejora de la calificación energética del inmueble y su consiguiente revalorización», así como la eliminación de chimeneas y de las tareas de mantenimiento de equipos, ya que éstos se ubican en un centro de gestión, generalmente al cargo de una compañía especializada».
Por lo general, prosigue, los ayuntamientos «lo ven como una fórmula de éxito, porque son políticas medioambientales». «No es que lo vean bien, sino necesario, porque es un aspecto social. No es que nos llevemos la contaminación a otro lado, sino que la elimino con una alternativa limpia», defiende Lozano, quien admite que «socialmente» la empresa no puede «permitirse el lujo» de llegar a una ciudad y trasladarle a su alcalde que «se levanta la ciudad y le quitamos los combustibles fósiles».
Reconoce que la quema de biomasa en algunos lugares es «controvertida» porque la leña provoca un humo negro allá donde está la central, el cuarto de calderas. Pero las fábricas de DH Eco Energía trabajan en un 25% para generar y en un 75 para filtrar, «con lo que se consigue humo limpio». «Tenemos microrredes en Madrid con gente jugando al tenis a cinco metros de distancia de la chimenea», justifica.
Las astillas, además, es el «producto más noble» para evitar la contaminación, porque «no están nada tratadas». Pero para ello es necesario contar con acuerdos con empresas para limpieza de montes, repoblación, reforestación y todo lo relacionado con silvicultura en el ya citado entorno de 100 kilómetros. «Es mano indirecta pero relacionada con el sector. Es mano de obra que alimenta las fábricas ya existentes de astillado, con un sistema de comunicaciones y transportes», subraya este experto.
Las redes de calor con biomasa se han incrementado exponencialmente durante los últimos diez años en España, aunque con cierto retraso en relación con el desarrollo experimentado en toda Europa, según Lozano.
En la actualidad, operan en el país 375 redes de calor con biomasa, 340 más que en 2010, situadas en más de 300 municipios, la mayor parte «centralizadas entre Cataluña (166) y Castilla y León (62)». Hasta ahora se ha optado más por «microrredes» que llegan a urbanizaciones, campus universitarios u hospitales. «Si todo esto además lo hago mediante renovables, aparte de eliminar elementos contaminantes, estoy bonificando a la sociedad porque tiene un precio estable y la vivienda se recalifica hacia la clasificación más cara. Yo siempre digo que un frigo A+ puede ser bueno, pero vale menos que uno A++», concluyó como ejemplo.
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