Todo está listo para que eche a andar el primer Gobierno de coalición entre PP y Vox, el que gestionará la Junta de Castilla y León. Tras la jura del presidente Alfonso Fernández Mañueco, este miércoles seguirán sus pasos el vicepresidente, Juan García-Gallardo ... y los diez consejeros que se sentarán en el Ejecutivo bicolor, verdiazul. Mañueco ha optado por dar continuidad al grueso de los miembros del PP que siguieron en la Junta tras el cese, el 20 de diciembre, de Francisco Igea y los tres consejeros del Cs. Siguen Jesús Julio Carnero (ahora en Presidencia); Carlos Fernández Carriedo (en Economía y Hacienda); Isabel Blanco (en Familia e Igualdad de Oportunidades); Rocío Lucas Navas (en Educación), y Alejandro Vázquez (en Sanidad). Fomento y Medio Ambiente se parte en dos y su actual titular, Juan Carlos Suárez-Quiñones, asume Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio y la parte restante conformará la Consejería de Movilidad y Transformación Digital, a la que se incorpora María González Corral, única novedad por parte del PP.
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En el terreno de gestión de Vox, jurarán el cargo el vicepresidente Juan García-Gallardo y los consejeros Gerardo Dueñas (Agricultura y Ganadería); Gonzalo Santonja (Cultura, Turismo y Deportes) y Mariano Veganzones (Industria, Comercio y Empleo). A partir de aquí, los perfiles de los consejeros de la coalición.
Un perfil técnico. Es lo que buscaba Alfonso Fernández Mañueco para la nueva consejería, la inédita «Movilidad y Transformación Digital». La tercera consejera de un Gobierno sin paridad de género, que se suma a las ya veteranas Isabel Blanco y Rocío Lucas. María González Corral llega al Gobierno como independiente, ya que no era afiliada del PP. De hecho, Jesús Julio Carnero la conoció al hacerse cargo de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. María González trabajaba por entonces en el Itacyl (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León). «Es muy competente y está muy preparada, fue decana de los ingenieros de caminos de Valladolid y está especializada en presas e infraestructuras», explica un compañero de promoción del máster en Dirección de Proyectos por la Universidad de Valladolid. Casada y con un hijo, ha llevado a cabo proyectos relevantes, explican. «Es muy meticulosa y muy buena profesional. Se encargaba de la Dirección General de Desarrollo Rural y sacó adelante la estrategia de emprendimiento de la mujer rural en los ámbitos agrario y agroalimentario», ponen como ejemplo quienes han compartido equipo con ella en la Consejería.
Aseguran que Jesús Julio Carnero, su principal valedor en esta designación como consejera, estaba muy satisfecho con su trabajo y su capacidad para resolver los proyectos. Algo que, matizan, será muy relevante en esta consejería de nuevo cuño. «Llevará movilidad, transporte y transformación digital, un aspecto que será muy importante por los fondos europeos Next Generation, porque van dirigidos a la digitalización, y eso es clave para algunos de los planes comprometidos para el mundo rural. Es la parte esencial para el desarrollo», señalan. De ahí que Alfonso Fernández Mañueco haya optado por un perfil tan técnico a la hora de completar su organigrama de Gobierno.
Es una consejera que puede presumir de precocidad, «Hizo el máster siendo muy joven y está muy formada para lo joven que es», señalan quienes la conocen. Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Escuela Politécnica de Burgos, máster en Dirección de proyectos por la UVA y máster internacional en explotación y seguridad de presas y balsas por la Politécnica de Madrid, también tiene experiencia en la empresa privada. En el Itacyl desempeñaba «labores de técnico especialista en seguridad de presas y balsas», y de hecho era la directora de explotación y planes de emergencia «de varias presas», según señala el currículum oficial que facilita la Junta.
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Jesús Julio Carnero es el nuevo hombre fuerte de Alfonso Fernández Mañueco en la Junta. Zamorano de nacimiento (Aspariegos, 1964) y vallisoletano de ejercicio, gana con la mudanza de Agricultura a Presidencia. Hace tres años era un dirigente poco apoyado por la dirección regional del PP y perseguido por la dirección nacional, que hizo lo imposible para impedirle seguir de presidente de la Diputación de Valladolid. Hoy se pone al frente de un departamento de apariencia gris, pero sobre el que recae el impulso de la maquinaria interna de la Junta. Y con él, el control del ritmo de las consejerías. Del PP, y de Vox. De Presidencia depende la coordinación de los asuntos que van a Consejo de Gobierno y los delegados territoriales de la Junta.
Y Mañueco encarga esa cartera a Jesús Julio Carnero, conocedor de una administración autonómica de la que es funcionario del Cuerpo Superior y en la que creció en la gestión como mano derecha de Antonio Silván en la Consejería de Fomento y Medio Ambiente (2003-2011) primero, y desde 2019 como consejero de Agricultura. Esa trayectoria le da una visión macro, del mapa autonómico, que suma a la micro, de la política cercana, la que lidía con alcaldes y concejales durante sus ocho años como presidente de Diputación. El de consejero de Presidencia es el segundo espaldarazo político a Carnero en lo que va de mes.El primero fue su nombramiento en la Junta directiva del nuevo PP de Feijóo.
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Carlos Fernández Carriedo es un clásico de la política autonómica. Ya estaba ahí, cuando en 2001 aterrizó en la Junta Juan Vicente Herrera. Este economista palentino (Monzón de Campos, 1963) seguirá al frente de la responsabilidad de cuadrar las cuentas autonómicas y continúa como portavoz del Gobierno, responsabilidad de asumió en diciembre, tras el cese fulminante de FranciscoIgea. Ya lo había sido con Herrera.También ocupó las carteras de Sanidad yBienestar Social y Medio Ambiente y ha sido portavoz parlamentario del PP en las Cortes. Y es que Carriedo, funcionario del Cuerpo Superior de la Junta, es un profesional de la gestión política y un valor seguro para templar negociaciones puntiagudas. Si hace falta, destensa el ambiente con un chiste. Carriedo es garantía de acuerdo. No es a quien se envía cuando hay que reventar la mesa de diálogo.
En su etapa de político junior en la Junta participó en la negociación del traspaso de la gestión Sanitaria, la que ahora reinicia como consejero de Economía y Hacienda afronta el reto de la gestión de los fondos europeos con unas cuentas prorrogadas y en un escenario presupuestario sobre el que se ciernen nubarrones de aguacero. Es una persona de sonrisa permanente que sabe cómo no soltar prenda, y que igual que está al día de la deuda de la comunidad o la evolución del PIB, conoce cuánto ha subido el litro de leche en el supermercado.
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El que fuera juez decano de León y desembarcara en la Junta en 2015 tras pasar por el despacho de la Delegación del Gobierno en la comunidad sigue al frente de una de las dos consejerías en las que se ha dividido Fomento y Medio Ambiente, la cartera que ha gestionado desde hace siete años. Juan Carlos Suárez-Quiñones Fernández (León, 1961) aterrizó en el último Gobierno de Juan Vicente Herrera sin ser afiliado delPP. Hoy paga ya la cuota del partido, cuya papeleta ha encabezado por León. Será consejero de Medio Ambiente y de Vivienda, materias que conoce al dedillo, y también de Ordenación del Territorio y su mapa rural, que es la 'patata caliente' que ningún responsable ha solventado desde la etapa de Juan José Lucas. Un proyecto inconcluso que quema políticos y le deja en herencia el anterior vicepresidente de la Junta, Francisco Igea.Llegaron a ser compañeros de la Junta tras sortear Quiñones el veto de Cs. El dirigente leonés fue grabado en una conversación telefónica en la que le decía a José Luis Ulibarri (condenado por la Gürtel) «yo soy la Administración». Así se reflejó en el sumario de la trama Enredera. Nunca estuvo investigado, pero esa grabación le costó un disgusto serio.
Miembro de la carrera judicial por oposición desde 1987, es un jefe con fama de disciplinado en el trabajo y al que le gusta aplicar precisión del cirujano en el manejo de los datos. Estudia los asuntos y expedientes como si preparara una oposición.
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Alejandro Vázquez Ramos sigue al frente de la Consejería de Sanidad, área en la que sustituyó a toda prisa a Verónica Casado el 21 de diciembre. Este médico burgalés, nefrólogo de especialidad, fue la única incorporación tras el cese de los cuatro consejeros de Cs por parte de Mañueco, que ahora confirma lo que anunció en la campaña electoral, que Alejandro Vázquez seguirá a los mandos de Sanidad. En estos poco más de 120 días en el cargo ha podido constatar la dificultad de la encomienda que asumió en pleno avance de contagios y hospitalizaciones de una sexta ola de la covid-19 en la que ha aplicado la técnica del apagón informativo. No de datos, pero sí, a diferencia de su antecesora, de comparecencias en las que explicarlos y someterse a las preguntas y dudas de los periodistas.
Vázquez llegó a la consejería siendo portavoz de Sanidad del PP en las Cortes y con experiencia de gestión. Había sido director médico del Área de Salud de Ibiza y Formentera, cargo que desempeñó luego en el Complejo Asistencial de Zamora y en el Hospital de Burgos. Se estrenó como consejero con polémica, con un contrato de emergencia para externalizar cribados de test de antígenos del que se beneficiaron empresas con directivos afines al PP. Quienes le conocen destacan que la timidez extrema de la primera impresión esconde un carácter afable y que es un solucionador de los problemas que le encargan desde las alturas.
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Isabel Blanco continúa en Familia e Igualdad de Oportunidades, pero siguiendo en la misma cartera, algo ha cambiado respecto a 2019, y es a peor. Mañuequista convencida, esta zamorana titulada en Ingeniería de Caminos heredó en 2019 una consejería con sobresaliente en gestión de la dependencia y servicios sociales y con un PP que hacía bandera de la lucha contra la violencia de género y la igualdad de oportunidades. Una perita en dulce, que se encargó de agriar la pandemia y el rastro de fallecidos que dejó en las residencias de ancianos, cuya regulación –en ratios de personal y condiciones mínimas– depende de la Junta. A eso suma la tensión que el nuevo socio,Vox, incorpora con el intento de diluir la violencia de género en la violencia intrafamiliar. «Es la gran lacra de esta sociedad y nos tenemos que concienciar todos sobre ello, empezando por las mujeres que son víctimas de violencia de género. Hay que denunciar. Si no se denuncia es difícil actuar», aseguraba Blanco en agosto de 2019. El anticipo electoral dejó compuesto y sin tramitar un anteproyecto para reforzar la Ley de Lucha contra la Violencia de Género de Castilla yLeón, hoy silenciado.
Isabel Blanco acompaña a Carnero, a instancias de Mañueco, en la Junta Directiva Nacional del PP. Ha sido procuradora autonómica, diputada y ahora de nuevo procuradora. Y consejera de un área muy sensible en la cohabitación con Vox.
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La consejera de Educación ha vivido, desde el punto de vista de la gestión, tres años incómodos con una pandemia que ha obligado a implantar la educación a distancia en todos los niveles o a lidiar con una vuelta al cole con mascarillas y ventanas abiertas. A sus 52 años, esta soriana orgullosa de sus raíces afronta retos importantes, como la implantación de los nuevos currículos o de la educación infantil gratuita de 0 a 3 años, que se inicia casi de inmediato. El impulso a la Formación Profesional (incluida la modalidad dual) volverá a ser uno de los grandes desafíos, y la EBAU única volverá a erigirse en la exigencia más habitual al Gobierno de España.
Lucas ha mantenido un perfil más bajo en la pasada legislatura, en buena parte por el protagonismo de Sanidad, que fue quien tenía la última palabra en cuestiones pandémicas. Sin embargo, es más que posible que el nuevo socio de Gobierno impulse medidas como el pin parental, que la propia consejera rechazó en el hemiciclo de las Cortes. Será su cuarta legislatura en la Consejería de Educación, ya que antes de ser consejera ejerció durante dos legislaturas como directora general de Recursos Humanos. Posteriormente ocupó el puesto de viceconsejera de Función Pública y Modernización en la Consejería de Hacienda.
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Castilla y León tendrá desde hoy un vicepresidente sin cartera, que es lo que Vox ha negociado con el PP. A diferencia de su tres antecesores (Rosa Valdeón y José Antonio de Santiago-Juárez, del PP, y Francisco Igea, de Ciudadanos), que sí gestionaron una consejería. Juan García-Gallardo (Burgos, 1991) será el segundo de Alfonso Fernández Mañueco en la Junta y el primero de Santiago Abascal en Castilla y León. Y ambas cuestiones van cosidas con doble hilván. El dirigente de Vox insistía ayer mismo en que será el lider político de la parte de la Junta que gestionarán los ultraconservadores, con responsabilidad de coordinación en Agricultura, Empleo y Cultura. A eso suma representación institucional y participación en la comisión de asuntos económicos, la de secretarios y en el reparto de la publicidad institucional.
Viene de familia agrícola y tiene relación con el campo. Eso es lo primero que destacan quienes conocen a Gerardo Dueñas (Palencia, 1967), ingeniero agrónomo formado en la Politécnica de Madrid. Conoce el ejercicio libre de su profesión, la administración y la parte sindical. Fue gerente de Asaja de Castilla y León entre 1997 y 2004 y ha ocupado otros cargos como los de vocal del Consejo Asesor de Medio Ambiente de Castilla y León, del Consejo de Urbanismo y del Consejo Económico y Social, del que ya era asesor externo para temas agrarios.
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Mariano Veganzones Díez (Valladolid, 1964) vuelve a la Consejería de Industria, Comercio y Empleo, donde fue coordinador durante la etapa de Germán Barrios, consejero nombrado por Ciudadanos. Tenía encomendado el Diálogo Social, foro de trabajo en el que se sientan la Junta, la patronal CEOE y los sindicatos UGT y CC OO, a los que Vox, el partido en el que ahora milita, ha declarado una guerra abierta. Es licenciado en Geografía e Historia, con formación doctoral en Sociedad y Economía en España y sus relaciones con el Mediterráneo.
Hijo y hermano de arqueólogos, Gonzalo Santonja (Béjar, 1952) ha dedicado buena parte de su tiempo a indagar las raíces del castellano. Catedrático emérito de la Universidad Complutense, ha compatibilizado su vida académica con la gestión cultural de la Fundación Alberti o la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. Simpatizante de la extrema izquierda durante su juventud, llega con Vox a un cargo que ya acarició a finales de los noventa con el PP. Se declara también entusiasta taurino.
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