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El Juzgado de Instrucción de Ciudad Rodrigo ha abierto diligencias y ha asumido la investigación de un escabroso asunto donde se encuentran involucrados dos miembros de la Gendarmería francesa, sobre los que pesa la sospecha de ser traficantes de armas, aunque este detalle está pendiente ... de concretar según vayan evolucionando las pesquisas judiciales. La gravedad del delito –un presunto tráfico de armamento– se ve incrementada por el hecho de que las dos personas detenidas pertenecen a las fuerzas y cuerpos de seguridad de la República Francesa, concretamente a su Gendarmería, considerada como una fuerza armada de especial prestigio y reconocimiento social, que viene operando a lo largo y ancho de las zonas rurales y periurbanas del territorio galo.
Los gendarmes detenidos son dos varones cuyas identidades responde a las iniciales J.A.M. y P.C.P. La detención tuvo lugar días atrás en plena frontera entre la provincia salmantina y el vecino Portugal. La edad media de ambos oscila en torno a los 45 años.
Al parecer y según los datos que ha podido recopilar este diario en relación con este delicado asunto, los hechos tuvieron lugar durante el desarrollo de uno de los controles rutinarios que vienen practicando de forma diaria los agentes de las Fuerzas yCuerpos de Seguridad delEstado qu prestan servicio en la zona limítrofe con el vecino Portugal.
Los dos súbditos franceses viajaban juntos en un vehículo procedente dePortugal y tenían intención de atravesar la frontera y desplazarse a través del territorio español para retornar a su Francia natal.Los agentes españoles inspeccionaron, tras darles el alta, el vehículo en el que viajaban.La sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron en el interior del maletero numerosas armas de fuego, algunas de ellas catalogadas como armamento de guerra, como eran los casos de varias ametralladoras y fusiles, todas ellas celosamente guardadas y ocultas dentro del compartimento.
Ante la sospecha de que se pudiera tratar de dos casos de traficantes de armas y ante el inesperado armamento localizado, los agentes españoles procedieron a su inmediata detención para, posteriormente, ser puestos a disposición judicial con el fin de que el magistrado de los juzgados mirobrigenses encargado del caso pudiera realizar las averiguaciones pertinentes para descubrir las razones por las que estos dos gendarmes ocultaban estas armas en el interior del maletero de su vehículo.
En virtud de los indicios descubiertos y el armamento de guerra localizado, el juez ordenó el inmediato ingreso en prisión, con carácter preventivo, de los dos sospechosos, por lo que ambos fueron trasladados al centro penitenciario de Topas.
Las peculiares circunstancias que rodean a los dos detenidos han quedado patentes en el estricto y riguroso régimen carcelario al que se encuentran sometidos los dos gendarmes desde su ingreso en la prisión salmantina.No en vano, ambos han sido incluidos dentro del listado del fichero de internos de especial seguimiento. Es decir, los dos gendarmes franceses, que teóricamente tienen encomendado en el ejercicio diario de su profesión velar por el cumplimiento de las leyes francesas y proteger a los ciudadanos del país galo, son actualmente dos internos más, pero etiquetados bajo la terminología penitenciaria de FIES. Bajo este paraguas han sido clasificados presos de especial peligrosidad y trayectoria delictiva, como sucede, en el caso de cárcel de Topas, con los miembros de la difunta banda terrorista ETA que todavía están cumpliendo condenas por su sangriento historial de atentados, así como los activistas y acólitos del yihadismo y del Estado Islámico, cuya presencia también queda patente en el listado de fichas carcelarias de Topas.
Al parecer, los dos gendarmes galos retornaban aFrancia, después de que hubieran trasladado previamente a Portugal diferente armamento, entre los que figuraban estas ametralladoras y fusiles, todo ello procedente de acuartelamientos de la Gendarmería francesa y con el fin de constituir en el país lusitano su propio negocio – una empresa de seguridad– dado que tenían intención de dejar la Gendarmería.
Según se recoge en las pesquisas practicadas y en la investigación judicial iniciada por el Juzgado de Ciudad Rodrigo, el negocio que iban a poner en funcionamiento los dos imputados con un tercer socio implicado no funcionó, por las desavenencias surgidas con este último, quien, a diferencia de ellos, se encuentra en libertad provisional. Los gendarmes querían cerrar un negocio valorado en unos 70.000 euros y tenían pensado devolver el armamento. Los detenidos, según las fuentes penitenciarias consultadas, van a ser trasladados previsiblemente al centro penitenciario de Monterroso, en la provincia de Lugo.
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