Un agente de la Guardia Civil compueba unos equipos informáticos. EFE

Desarticulada una red de extorsionadores que operó en León, Salamanca y Segovia

Ofrecían servicios sexuales que nunca llegaban a producirse y luego amenazaban con difundir los contactos a sus parejas y familias

El Norte

Valladolid

Lunes, 4 de marzo 2019, 17:39

La Guardia Civil, en el marco de la Operación 'Lubido-Hezurra', desarticuló una organización delictiva dedicada a extorsión, amenazas, blanqueo de capitales, tráfico de drogas, usurpación de estado civil y falsificación de documentos, con la detención de 14 personas y 5 investigadas, a las que ... se bloquearon medio centenar de cuentas bancarias y se intervinieron 13 vehículos y 10.000 euros en efectivo. La organización extorsionó a cuarenta personas en varias provincias españolas, entre ellas, Segovia, León y Salamanca.

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Los investigadores de la Guardia Civil pudieron acreditar alrededor de cuarenta extorsionados con los que este grupo criminal habría obtenido de forma ilícita unos 500.000 euros, con víctimas en: Teruel, Huesca, Zaragoza, Álava, Navarra, Castellón, Valencia, Salamanca, Murcia, Toledo, Jaén, Huelva, Albacete, Cantabria, Alicante, A Coruña, León y Segovia. Esta operación se inició en marzo de 2018 tras varias denuncias de personas que habían conectado con mujeres que ofrecían servicios sexuales a través de una conocida página web de contactos.

Según la Guardia Civil, las citas nunca se produjeron, pero después las víctimas recibían multitud de llamadas y mensajes desde aplicaciones de mensajería instantánea, exigiéndoles grandes cantidades de dinero, bajo coacciones y amenazas de difundir estos encuentros a sus parejas o familiares. En alguna ocasión las víctimas llegaron a ser amenazadas de muerte. Todos los detenidos vivían en la provincia de Valencia, y tenían una estructura jerarquizada y compleja, que les permitía operar a nivel nacional.

Los cabecillas eran los encargados de realizar las extorsiones, publicando anuncio de forma masiva, a través de la web de contactos, en diferentes provincias de España y una vez que las víctimas establecían contacto, realizaban las extorsiones y amenazas. Después entraban en acción las 'mulas', personas que, ofreciendo su cuenta bancaria obtenían por cada uno de los ingresos un porcentaje de beneficios, y eran los encargados de recepcionar el dinero procedente de las actividades delictivas, y entregarlo a los dirigentes de la organización.

La operación fue desarrollada de forma conjunta por agentes de la Guardia Civil de las Comandancias de Teruel y Guipúzcoa y coordinado por el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 3 de Teruel.

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