«El derecho a la no discriminación es casi inexistente con la comunidad gitana»

–¿Cuáles son los objetivos de la Fundación?

–La misión es la promoción integral de la comunidad gitana desde la atención a la diversidad cultural. Las grandes líneas de actuación de la Fundación pasan tanto por la prestación de servicios, que es la parte más fuerte en la que hemos estado trabajando durante bastante tiempo, y también vamos orientando nuestro trabajo cada vez más a la defensa de los derechos de las personas gitanas.

–¿Qué servicios y programas se prestan?

–Tenemos tres grandes objetivos, que son conseguir que las personas gitanas se incorporen al mercado laboral con las mismas garantías y los mismos derechos que el resto de ciudadanos, disminuir la alta tasa de fracaso y de abandono escolar temprano de los alumnos, y reducir la pobreza y la exclusión social de las familias gitanas, mejorando sus condiciones de vida y apoyando el desarrollo en aquellas localidades en las que vive la población gitana. Tenemos dos grandes programas, el de fomento de acceso al mercado laboral, que es el programa Acceder, y el programa Promociona, con el que pretendemos impulsar el éxito escolar y la continuidad en los estudios para mejorar el futuro de la juventud gitana. Éste tiene dos patas, la orientación educativa, dirigida a los alumnos y a las familias en colaboración con los centros educativos en los que están matriculados, y la puesta en marcha de las Aulas Promociona, que son aulas de refuerzo escolar en aquellas materias que consideramos de interés para que los alumnos concluyan con éxito el año académico.

–¿Siguen existiendo situaciones de discriminación?

–El plan estratégico de la Fundación nos va orientando y vamos trabajando cada vez más en la defensa de los derechos, especialmente en un momento donde los derechos sociales y los derechos económicos en nuestra sociedad están muy debilitados, y donde la aplicación del derecho a la no discriminación prácticamente es inexistente. Es uno de nuestros grandes retos para los próximos años y por ello, pusimos en marcha en 2016 el programa Calí, dirigido a trabajar la igualdad de trato de las personas por motivo racial o étnico y la igualdad de género.

–¿Qué supone el trabajo que realiza la Fundación para la población gitana?

–Procuramos ser un ascensor social o un motor de cambio para garantizar la igualdad de oportunidades a los gitanos y gitanas que se encuentran en situación de desigualdad o vulnerabilidad. Trabajamos en la igualdad de oportunidades de un volumen importante de la población gitana que no se encuentra en el mismo punto de salida que el resto de ciudadanos.

–¿Qué demandaría a las administraciones?

–En estos momentos hay una colaboración muy estrecha en Castilla y León con las diferentes administraciones competentes en la materia, concretamente con las consejerías de Familia, Salud y Educación, pero creemos que uno de los grandes retos es el tema de la vivienda. Necesitamos que se aborden situaciones de asentamientos segregados que aún quedan en Castilla y León y de infravivienda y barrios chabolistas. Hemos ido dando pasos, pero es necesario utilizar las herramientas y los instrumentos que existen del Fondo Social Europeo y de las propias administraciones para erradicar el chabolismo y avanzar en los barrios segregados que aún quedan en Castilla y León.