El conductor que falleció en el accidente de Medina circuló 1,5 kilómetros en sentido contrario por la A-6

Los dos accidentes se sucedieron entre las 10:48 y las 10:50 horas, cuando los testigos de ambos siniestros alertaron a los servicios de emergencia. El primero, por orden cronológico, fue también el más atípico y aparatoso. Un conductor alertó inicialmente al 112 de la presencia de un veterano Renault 11 circulando en sentido contrario por la autovía de La Coruña a partir de la intersección con la carretera de La Seca (Cl-610), situada a la altura del kilómetro 161. Nueve conductores más avisaron pocos minutos después de que el turismo en cuestión había colisionado frontolateralmente apenas un kilómetro y medio más adelante con otro vehículo, un Renault Megane, en el carril izquierdo (de adelantamiento) en sentido a Madrid, que acabó volcando unos metros más adelante. El conductor de este último coche, un tordesillano de 30 años, pese a todo, solo sufrió lesiones leves.

La peor parte se la llevó el responsable de la colisión, un hombre de 68 años, Felipe G. M., un pastor jubilado afincado en Nueva Villa de las Torres, que perdió la vida después de que su Renault 11 recibiera de lleno el impacto del Megane por el lado del conductor y acabara empotrado contra el quitamiedos. Solo él sabía lo que ocurrió minutos antes, cuando se incorporó desde la carretera de La Seca a los carriles hacia Madrid de la autovía y recorrió 1,5 kilómetros exactos en sentido contrario por el carril derecho (en dirección a Tordesillas), exactamente entre los puntos kilómetros 161,350 y 162,850, donde colisionó contra el otro turismo.

Las cámaras de tráfico, situadas en la citada intersección, recogieron «la extraña maniobra realizada por el conductor del R-11», que inicialmente accedió correctamente hacia el carril de incorporación hacia Madrid, pero que «después hizo un cambio de sentido repentino y se metió por el carril de enfrente en sentido contrario». Todos los indicios apuntan a «un error» del conductor que le acabó costando la vida y que a punto estuvo de segar otra, según confirmaron fuentes de Tráfico, cuyos agentes investigan lo ocurrido.

La víctima involuntaria del siniestro fue el conductor del Megane, un joven de 30 años que regresaba de la capital a su domicilio en Villaverde de Medina, situado al lado de Nueva Villa de las Torres -ambos cercanos a Medina del Campo-, después de acudir a la mutua en la capital debido a que llevaba varios meses de baja por una hernia. El conductor estaba iniciando una maniobra de adelantamiento a un camión cuando se encontró de frente con el R-11 que venía en sentido contrario. Intentó esquivarle, aunque colisionó frontolateralmente contra él y acabó volcando un poco más adelante. Fue evacuado al Hospital Comarcal de Medina, donde se recupera de múltiples contusiones, aunque fuera de peligro.

La muerte del otro conductor, Felipe G. M., de 68 años, fue recibida con «consternación» en su pueblo, Nueva Villa, donde recordaron que este pastor jubilado era «un hombre afable y muy buena persona». Estaba casado y deja dos hijos.

La trágica escena se repitió a la misma hora en la capital, donde la conductora de un coche, un Opel Insignia, arrolló a un anciano de 83 años, Jesús P. R., cuando se disponía a cruzar la calle Mieses (hacia el centro) por un paso de cebra regulado por semáforos poco después de salir a pasear de la cercana residencia Cardenal Marcelo, donde residía -su domicilio habitual figura en Villabrágima-. El hombre fue atendido inicialmente por otra conductora que presenció el siniestro y los sanitarios lograron una hora después estabilizarle y evacuarle con vida al Río Hortega, donde falleció a primera hora de la tarde.

La conductora que arrolló a la víctima, que dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas y que tuvo que recibir asistencia por un ataque de nervios, alegó que el semáforo estaba en verde cuando golpeó al peatón con el lateral derecho de su coche y le lanzó unos metros más adelante sobre la calzada.

La Policía Local investiga las circunstancias de este siniestro que cerró una jornada negra sobre el asfalto.