Comienzan las obras en los 62 kilómetros más castigados de la A-67

Uno de esos vecinos felices pero escépticos es el alcalde de Frómista, Fernando Díez Mediavilla, que cree que las obras ayudarán a mejorar el día a día de los vecinos de la zona. «Está claro que la obra nos va a beneficiar porque nuestros vehículos van a durar mucho más sin tener que soportar tantos baches», asegura el regidor, que no esconde su sospecha de que esta actuación solo servirá para echar asfalto sobre el problema real que existe en la vía. «La capa de compresión fue muy escasa para el tráfico pesado que tiene que soportar la autovía. Se construyeron los tramos con la intención de acabar lo antes posible y de rebajar el coste al máximo y encima, debido a la crisis, después no hemos tenido el mantenimiento que sería deseable», añade el alcalde de Frómista en un discurso muy extendido por toda la zona.

Esa incredulidad palpable en la zona viene determinada porque la A-67 es una autovía joven, que se inauguró en 2009, por lo que la multitud de problemas que ha dado en su corta existencia no parecen motivados por su antigüedad. La densidad de vehículos, relativamente baja exceptuando los fines de semana y fechas puntuales, tampoco parece significar un motivo de importancia para explicar la proliferación tan exagerada de baches. En ese sentido, Fomento informó ya hace meses sobre la existencia de «fallos técnicos de la construcción», unas deficiencias que se pretenden tapar con esta actuación, que defienden alcaldes como el de Herrera de Pisuerga, Luis Javier San Millán. «Estoy encantado de que se mejore la autovía. Espero que esta actuación sea definitiva porque si se hace una obra de estas características es para que quede perfecta», incide el regidor herrerense.

Esos fallos técnicos en la construcción reconocidos por Fomento se pretenden subsanar en el tramo de 11 kilómetros situado entre Villaprovedo y Herrera, donde se invertirá un tercio de esos 6,95 millones del importe total de las obras. Esta actuación, que arranca mañana mismo, se prolongará durante seis meses y contempla la eliminación parcial y reposición del firme en las zonas de la calzada afectadas por los deterioros de tipo estructural. Para poder ejecutar estos trabajos, Fomento ha contemplado desvíos de tráfico debidamente señalizados, que buscarán en todo momento el mantenimiento de la circulación de los vehículos en ambos sentidos con el objetivo de minimizar los problemas que las obras pudieran ocasionar a la seguridad vial.

Minimizar los perjuicios que las actuaciones pueden causar en la seguridad es la mayor prioridad de Fomento, pero los vecinos de la zona tienen claro que seguir con la autovía en el pésimo estado en el que estaba era mucho más peligroso para la seguridad de los conductores que lo que puedan suponer las obras, a tenor por los testimonios de varias de las personas que pasan a diario por la autovía. «Una vez, el coche que iba delante de mí reventó una rueda por pasar sobre un socavón. Al final, por suerte, no hubo nada que lamentar, pero tuvieron que tapar el agujero con más de 120 kilos de aglomerado. Cuando se producen charcos, arrastran la zahorra de abajo y se forman unos baches muy peligrosos», afirma Emilio Martínez, el encargado de la estación de servicio de Santillana de Campos.

Son muchas las voces que claman por la tardanza en la mejora del firme y una de ellas es la del propio Emilio Martínez, que charla cada día con unos 200 camioneros cansados de esquivar baches en un trayecto en el que los amortiguadores de sus máquinas sufren mucho más de lo que sería normal en una vía de estas características. «Hablo de lo mismo todos los días con ellos. Me cuentan que tienen muchos problemas para circular y que esta es una de las autovías más peligrosas de España», sentencia Martínez, que cree que la actuación que se está llevando a cabo no servirá para que se erradique el problema. «Lo que se ha hecho hasta ahora es echar pequeñas capas de asfalto, pero todos sabemos que el problema viene de la compactación del terreno y lo que va a pasar es que, después del dinero que se han gastado, a los tres meses va a volver a estar igual», asegura.

Solo habrá que esperar un tiempo para saber si tienen razón los que piensan que estas obras solo son un parche que habrá que tapar de nuevo, o los que opinan que esos casi 7 millones de euros invertidos en la A-67 solucionarán el problema. Mientras llega ese momento, la autovía seguirá soportando el paso del tráfico que circula entre la meseta y Cantabria y los vecinos afectados esperan no volver a tener que buscar alternativas en sus trayectos para evitar los baches. «Los ingenieros habrán valorado las mejores alternativas para que la actuación solucione el problema y ojalá que hayan dado con la fórmula correcta porque lo que no es normal es que haya vecinos que prefieran ir a Palencia por la Nacional que por la autovía con la única razón de que la carretera está mejor que la A-67», asegura la alcaldesa de Osorno, María Félix Dehesa.

El lamentable estado de la A-67 trascendió hace años ya de las simples quejas de algunos usuarios a un clamor generalizado entre los palentinos, que se cruza diariamente en las conversaciones cotidianas, las publicaciones en las redes sociales de Internet y también entre las reivindicaciones de los partidos políticos. El PSOE trasladó el pasado año su preocupación al Congreso de los Diputados, y desde los ayuntamientos más próximos al trazado de la autovía, las quejas a la administración del Estado han sido continuas prácticamente desde su puesta en servicio, ya que desde los primeros momentos, entre los años 2008 y 2009, cuando se abrieron los principales tramos en la provincia, comenzaron a detectarse deficiencias.

A la petición de reforma integral que plantearon los ayuntamientos, se unieron también diferentes colectivos profesionales, como los transportistas, cuyo presidente, Óscar Baños, ha recalcado en varias ocasiones que el estado de la autovía antes del inicio de las actuaciones era «una vergüenza, aunque no es la única, porque hay otras como la 615, que también presenta un estado lamentable».

También desde el sector del transporte de viajeros se abogó por una intervención global, pero por el momento la actuación se llevará a cabo en las zonas anteriormente mencionadas, que dejan un sabor agridulce en una población que lleva peleando por la mejora de esta vía prácticamente desde su puesta en marcha.