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Consolidada desde un punto de vista técnico y profesional aunque no formal, la Unidad de Cirugía Pediátrica del Clínico cumple diez años con un balance que da una respuesta todavía más exigente a los más ambiciosos planes diseñados para arrancar en 2009. Entonces las estimaciones ... apuntaban a 260 menores al año que al contar con cirujanos especialistas en niños en Valladolid ya no tendrían que desplazarse a Burgos o Madrid. Diez años más tarde estas expectativas se superan con creces, son alrededor de 790, y creciendo, los niños y adolescentes que ya no tienen que ser trasladados a complejos de otras ciudades para ser operados. Y ello sin contar las consultas, más de 1.300 nuevas y de 2.450 sucesivas cada año y pese a que no se ha dotado al servicio del equipo previsto, que fue de unos siete u ocho cirujanos pediátricos y solo hay cinco sobre la plantilla orgánica de cuatro en realidad.
Esta unidad atiende además a todos los niños que precisan cirugía de las dos áreas de Valladolid y también de Palencia y Segovia, provincias desde las que se traslada en torno al 20% de los pacientes. Desde la primera se desplazan 35 niños a consulta al año y 15 ingresan por una cirugía. Y de la provincia segoviana llegan al Clínico 146 para consulta y 53 para operarse, según datos del último ejercicio cerrado, el de 2017 y que crecen cada año.
Un departamento que arrancó con 279 consultas nuevas en su primer año de funcionamiento completo, el 2009, y ya cerró el año pasado multiplicando por cinco este número, con 1.348. Valladolid comparte con Burgos, León y Salamanca la distribución de los pacientes pediátricos que precisan cirugía en Castilla y León.
El director de la unidad, el doctor Alberto Sánchez Abuin, explica que el mayor peso de este departamento son las urgencias quirúrgicas, con 151 el año pasado y ya 175 hasta octubre del presente;pero, a la par, este tipo de intervenciones, que son sobre todo para extirpar el apéndice, ya se han estabilizado en los últimos años y no es previsible un gran aumento.
En cambio, en la cirugía programada, el incremento en estos diez años ha sido exponencial y «es esperable que todavía vaya a más», destaca Sánchez Abuin. Así del centenar del primer año y los más de 400 del segundo ya se llegó a 789 el año pasado, cifra que se superará en el presente ejercicio que ya suma más de 752 operaciones. Las intervenciones son muy especializadas y variadas como la cirugía torácica, digestivo, plástica, oncología... y «lo más frecuente en total son las apendicitis, es lo que más afecta a la población general, pero también las malformaciones en los casos de los recién nacidos, hernias, fimosis, frenillos y tumores sólidos», entre otros. La unidad atiende a pacientes de hasta 18 años, a diferencia de la Pediatría general que llega hasta los 14.
Hace diez años fue un solo cirujano, Alberto Sánchez Abuin, el que configuró la unidad que arrancaba de la mano del Servicio de Pediatría y en estrecha relación con la UCI infantil que se había creado poco antes. Aumentó la actividad mucho más deprisa y en mayor proporción que la plantilla. La previsión de equipo inicial fue de siete u ocho cirujanos pediátricos, solo hay cinco –uno en realidad fuera de plantilla– y también carece de enfermeras adjudicadas específicamente al servicio lo que hace «tener que formar a la persona nueva cada poco porque además cambian a menudo por traslados a otras plantas». El director de la unidad, cuyo nombramiento ni siquiera es definitivo, es el doctor Alberto Sánchez Abuin y los anestesistas sí están especializados en niños y al menos el 80% de su actividad se centra en los más pequeños. Nació con un cirujano y a los dos años se incorporarían otros dos, Elena Molina y Raquel Águilar. Hace tres años se sumaría Óscar Gómez y la última incorporación fue la de Verónica Alonso, hace ahora año y medio. El aumento de profesionales ha logrado ir dando respuesta a un volumen de actividad creciente pero con una demora que reclama al menos dos cirujanos más.
El volumen es tal que, pese a contar ya con quirófano diario, anestesistas específicos al menos en el 80% de su actividad y la incorporación de un quinto cirujano este año, que las listas de espera se disparan. «Son las cosas más banales, la patología poco importante que puede esperar, lo que nos da las malas cifras porque lo grave y urgente se atiende con preferencia y en un mes y medio máximo, según el nivel de urgencia, están operados». En la actualidad, hay 208 menores en lista de espera y el año pasado se cerró con 276, unas cifras muy inferiores a las de hace años que llegaron incluso a los 464 en 2012. El aumento de plantilla ha reducido lógicamente estas demoras. El tiempo medio de espera está ahora en 88 días,pero hace años superaba los 160.
Además, hace dos años se puso en marcha la Cirugía Mayor Ambulatoria y en este tiempo ya se ha intervenido sin ingreso a 200 pacientes, este mismo año ya han sido 8 y aumentará este sistema ambulatorio para operaciones menores.
2.323 pacientes fueron atendidos en consulta en la Unidad de Cirugía Pediátrica en 2017. De ellos, 1.127 son delRíoHortega; 1.045 del propio Clínico y 162 del Comarcal de Medina del Campo. Además, 146 llegaron de Segovia; 35, de Palencia y, el resto, de diferentes procedencias.
626 ingresos en 2017 y 351 en 2018 hasta octubre registró el Clínico dentro de esta unidad; de ellos 53 y 24, respectivamente eran de Segovia; 15 y 7 de Palencia, entre otros, la mayoría de Valladolid.
Plantilla El equipo cuenta con cinco cirujanos, uno sobre plantilla y solo uno con plaza fija. Dispone de anestesistas compartidos con cirugía general pero con un 80% de actividad en la pediátrica y carece de enfermería propia.
Actividad Las urgencias acaparan más de la mitad de la actividad y de entre ellas, las apendicitis.
La Cirugía Pediátrica cuenta con tres camas asignadas; pero, habitualmente, ocupa más de la planta de hospitalización de Pediatría que cuenta con más de 25 puestos. Y dispone también de la necesaria UCI pediátrica, un servicio imprescindible creado con antelación.
Según explica este especialista «la unidad ha ido creciendo en complejidad y en equipo aunque aún queda mucho por hacer. Necesitamos convertirnos en servicio para poder dar docencia, para formar a los Mir en esta especialidad porque es la forma de generar relevos futuros. Somos además un equipo de cirujanos de edades parecidas de alrededor de los 38 y 40 años; lo que significará que nos jubilaremos de forma muy seguida, hay que introducir savia nueva y relevo generacional. Además formar residentes también mejora las publicaciones y estamos muy bien valorados a nivel universitario. Es una pena no aprovechar este potencial pero para ello tenemos que ser un servicio». Además, salvo Sánchez Abuin, todos estos especialistas son interinos, al no haberse convocado oposiciones en nueve años.
Estos profesionales reclaman más especialistas en cirugía infantil y más recursos, en particular de robótica como el Da Vinci o, al menos, «poder compartir el delRíoHortega, dado que tal dotación está especialmente indicada para intervenir niños». «Es verdad que es muy caro pero a la larga resulta rentable técnica y económicamente, no podemos quedarnos atrás. Falta apoyo económico y político para consolidar. Iniciar proyectos es fácil, lo difícil es continuarlos».
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