Secciones
Servicios
Destacamos
rubén v. justo
Valladolid
Domingo, 30 de diciembre 2018, 09:06
Las fiestas navideñas tienen un fuerte componente simbólico. Es una temporada que propicia reuniones entre amigos y familiares en hogares donde se respira alegría y calidez. Pero no es la única realidad. Según estimaciones del Ayuntamiento, cerca de 50 personas celebrarán el primer festejo del ... 2019 sin un hogar al que volver.
El Ayuntamiento lleva a cabo varias medidas encaminadas a cubrir sus necesidades básicas y a favorecer su reinserción social. Tal y como explica la responsable del programa de atención a la persona sin hogar, Magdalena Palomo, son personas que han tenido un balance emocional repleto de pérdidas que causan que «reaccionen con tristeza ante estas fechas». A los 40 años, un individuo ha sufrido una media de cinco hechos traumáticos. La diferencia es que «a las personas sin hogar les ha sucedido en un corto periodo de tiempo».
La media establece que el perfil más habitual es el del varón de 42 años con escasa formación. Los datos locales señalan que el 82,6% son hombres y el 17,4% restante mujeres. Aunque, según Palomo, «toda media se come los márgenes» puesto que hay casos de individuos de 18 y de más de 65 años que se ven obligados a vivir en la calle.
El menor porcentaje pertence a las mujeres puesto que, según la experta, el género femenino le da instintivamente más importancia a valores como la familia o la amistad. «Cuando una mujer se queda en la calle, no suele hacerlo sola».
La experta remarca que para analizar la situación es necesario hacer un ejercicio de empatía y evitar poner etiquetas. Huir de frases como «el que no trabaja es porque no quiere». Porque una situación de pobreza extrema «no es un cóctel único, sino la suma de varios factores que se han dado durante un ciclo temporal. Puede haber un detonante como la pérdida de empleo pero, normalmente, se debe a más razones». Uno de ellas: carecer de buenas redes de contactos.
Precisamente, el Ayuntamiento trabaja en que los individuos sin hogar sean capaces de generar por sí mismos relaciones sociales de calidad. Entre las medidas que presta el mismo está la atención psicológica y crear espacios para el diálogo en el Centro de día durante los fines de semana y festivos.
Palomo interpreta que diciembre «junto a agosto es la peor época del año». En navidad, «hay personas que desaparecen o hay otras que no están en el registro y que directamente aparecen». Sus decisiones son difíciles de prever porque «reaccionan con tristeza en estas fechas»
Desigualdad social, riesgo de pobreza o vulnerabilidad son tres conceptos que dependen de un único denominador: el dinero. La línea que delimita una mala situación económica de la estabilidad son cuatro cifras. En 2018, el umbral de la pobreza español se situaba en 8.209 euros.
18,8% de los ciudadanos de Castilla y León viven en una situación riesgo de pobreza, lo que en términos cuantitativos equivale a 450.000 personas.
357 personas solicitaron asilo en el Albergue Municipal de Valladolid entre enero y noviembre.
579 solicitantes del servicio del comedor que pone a disposición el Ayuntamiento de Valladolid
Cualquiera puede quedarse sin efectivo si no encaja en una sociedad que necesita individuos formados con habilidades y conocimientos cada vez más específicos. La escasez o carencia de redes de contactos –o dicho de otro modo: de familiares, amigos y relaciones laborales– son otro de los puntos claves para entender el por qué de esta situación.
La indigencia es la mayor manifestación de la exclusión social. Pero no la única. Las familias que no pueden afrontar los pagos de alimentación o de energía están en situación de riesgo de pobreza. El porcentaje de afectados es elevado: un 26,6% de españoles y un 18,8% de castellanos y leoneses (450.000 habitantes).
El informe Arope 2018 –referente en la medición de pobreza en el territorio español– indica que los individuos con mayor riesgo son los desempleados, los jóvenes entre 16 y 29 años, extranjeros provenientes del exterior de la Unión Europea (UE), habitantes de las zonas rurales y personas que viven en hogares con menores o en hogares monoparentales.
Miles de hogares ya han celebrado su nochebuena y esperan con ansia las campanadas. Mientras, en la calle, las temperaturas rozan los cero grados centígrados. Aunque eso no debería ser un problema para las personas sin hogar. Porque el área de servicios sociales del Ayuntamiento vela por su seguridad con la «prestación de una asistencia integra que da cobertura a sus necesidades básicas y aminora los obstáculos que conducen a su exclusión». La cobertura y prestación de servicios asistenciales se intensificó –como todos los años– a partir del 31 de octubre motivo del riesgo «por olas de frío».
El Ayuntamiento pone a disposición de los ciudadanos en riesgo de exclusión social varias prestaciones entre las que figuran servicios de primera acogida, de comedor, de alojamiento, de encuentro y de atención psicológica. Los datos recabados indican que entre enero y noviembre de 2018 se ha dado alojamiento a 357 personas distintas en el Albergue Municipal. Este dispone de 58 plazas y su ocupación ha variado entre el 80% y el 90%, lo cual hace pensar que se trata de un colectivo heterogéneo y cambiante.
Existen distintos grados de pobreza. La afirmación tiene lógica al observar los datos del servicio de comedor. El número de personas atendidas entre enero y noviembre ha sido de 579, mientras que el de personas solicitantes de un lugar dónde dormir fue de 357. La diferencia, de 222 personas, da motivos para pensar que más allá de la indigencia, existe un colectivo a quien les cuesta afrontar los gastos derivados de la alimentación y de las facturas de agua y electricidad.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.