Centran en la presa de Almendra la búsqueda del desaparecido en Zamora

Continúa la búsqueda de Carlos Javier López Vecilla, el vecino de 53 años de la localidad zamorana de Arquillinos del que no se tienen noticias desde el pasado jueves, día 27. Este lunes, la Junta de Castilla y León ha movilizado el helicóptero de Protección Civil con el Grupo de Rescate y Salvamento y la unidad de drones Fénix.

Asimismo, las labores de búsqueda del hombre se centran en estos momentos en las inmediaciones de la presa de Almendra -a 90 kilómetros de Arquillinos-, después de que su vehículo, un Opel Astra con matrícula 7857 BDY fuera encontrado el domingo en las proximidades.

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Tras la reunión semanal de coordinación entre la Policía Nacional y la Guardia Civil, que se ha desarrollado este lunes por la mañana, desde la subdelegación del Gobierno reconocen que, aunque todas las vías de investigación permanecen abiertas, la «hipótesis dominante» es que el cuerpo se pueda encontrar en el agua, por lo que a los medios desplegados en la zona en los días anteriores se ha unido el Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil de Valladolid y Valdemoro.

Mientras tanto, en Arquillinos, los vecinos no dejan de preguntarse qué ha podido pasar. Sus calles están prácticamente desiertas, aunque las escasas tres personas que este lunes por la mañana transitaban por ellas coincidían en calificar al desaparecido como una persona «muy callada», que apenas participaba en la vida social del pueblo. Además, aseguraban que era una «buena persona con la que podías charlar si te cruzabas con él» y no tenía enemigos.

Carlos Javier el pequeño de tres hermanos, pero el único que vive todavía en el pueblo en la casa familiar. Tiene a un hermano en Valladolid y a otro en Zamora. Este segundo, comentan los vecinos, suele ir al pueblo todos los fines de semana con su hijo (sobrino del desaparecido). Además, tiene otra hija (también sobrina de la persona que se busca) que sí vive en el pueblo y, de hecho, es vecina del desaparecido.

La relación que mantiene con sus hermanos, destaca un joven que vive y trabaja en Arquillinos, es «buena». Tanto él como una mujer que abre las puertas de su casa consideraron que es una familia marcada por la pérdida de su madre, cuando el desaparecido tenía apenas 3 años.

Su vida ahora, relataban, consistía principalmente en ir a ver a su padre, ya muy mayor, que vive en una residencia.