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Reyes Maroto posa en uno de los pasillos del edificio del Congreso. Alberto Ferreras
«Castilla y León está perdiendo una gran oportunidad en el sector agroalimentario»

«Castilla y León está perdiendo una gran oportunidad en el sector agroalimentario»

Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo ·

«España, cuarta potencia europea, no puede competir por el mundo con salarios bajos»

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 29 de julio 2018, 09:54

Viene de un viaje a Cataluña y el viernes, día de la entrevista, con Consejo de Ministros, Pleno en el Congreso y Consejo de RTVE, tampoco va a comer. A Reyes Maroto (Medina del Campo, 1973) le cogió el cargo con las ganas abarrotadas ... después de tres años lanzando enmiendas con poco éxito. «Pensé: qué suerte tengo que voy a poder hacer lo que otros no han querido», dice. Aunque la cartera es como para pedir una ampliación en las horas del día.

-Industria, Comercio y Turismo. Tres sectores que se encuentran en plena reconversión.

-Tenemos que encarar este cambio en lo tecnológico y también hacia la transición ecológica. En lo industrial tenemos a las pymes y las grandes empresas que ya están en ese camino, han invertido y sabían que había que posicionarse muy bien de cara a una internacionalización, pero otras van muy despacito. Desde el punto de vista de la pyme hay que trabajar. Y a la microempresa le está costando. Vamos a hacer programas que lleguen a la empresa, aunque de hecho nosotros este año vamos a tener un problema de ejecución, porque el Ministerio estaba parado. Lo primero que hemos hecho ha sido poner la maquinaria a funcionar para sacar un montón de convocatorias muy importantes, como la de competitividad industrial, que además llega a todos los territorios, con más de 800 millones, que estaba parada. A día de hoy, únicamente tenemos ejecutado el 9% del presupuesto y eso es dramático, porque nos han dejado muy poco margen para poder gastar el 100%. Lo que queremos es que todos estos proyectos puedan salir en el segundo semestre.

-Todos los ministerios son transversales, pero con Transición Ecoógica hay cruce de intereses y las primeras intenciones sobre el carbón o el diésel fueron polémicas. ¿Qué modelo de transición propone?

-Vamos alineados, junto con Economía. Hay que avanzar en la transición a la que nos hemos comprometido con Bruselas, porque no podemos firmar los acuerdos de París y la agenda 2030, como hizo el PP, y luego, a la hora de ejecutar las políticas, decir que no vamos a cumplir. A Teresa Ribera le toca la parte mala, más realista, de decirles a las empresas lo que hay que hacer, pero yo también lo estoy diciendo. La diferencia en cuanto al discurso es la rapidez con la que vamos a afrontar estos cambios. Por eso siempre hablo de que vamos a hacer una transición ordenada. Los impuestos y las políticas medioambientales que vayamos a poner en marcha se van a consensuar con todos los sectores. Se habló de equiparar la imposición de diésel y gasolina. Somos conscientes de que el parque de automóviles es antiguo y por lo tanto debemos ayudar en esa transición. En materia de automoción no solo competimos con otros mercados, sino que competimos con nuestras propias marcas en otros países. Por lo tanto tenemos que ir a la par para mantener la competitividad de nuestras fábricas.

«El Gobierno quiere traer una fábrica de baterías para vehículos eléctricos a España»

-El presidente de Renault España, José Vicente de los Mozos, advirtió de que los diésel Euro 6 contaminan menos que los gasolina. Quizá era una indicación de que esas medidas deberían matizarse en función de la antigüedad, por ejemplo. Además, muchos ayuntamientos tienen flotas de vehículos de limpieza o transporte diésel.

-Se ha hecho mucho ruido con el tema del diésel, pero nosotros estamos todavía trabajando y no hemos definido cuál va a ser la propuesta, que antes de aprobarse pasará por todos los sectores, agentes sociales y económicos para ver cuáles son las oportunidades y también qué perjuicios puede generar en algunos colectivos y atenderlos.

-Ha hablado usted del coche eléctrico y de su deseo de que España albergue fábricas de baterías. Eso supondría un cambio de escenario.

-El sector nos ha pedido que lideremos, como Gobierno, poder traer una fábrica de baterías a España. Es una oportunidad, todas las marcas van a producir en eléctrico y el problema de las baterías es que el transporte incrementa mucho el coste. Por lo tanto lo que tenemos que hacer es contar con al menos una de esas plantas. Son empresas chinas las que están posicionadas en este mercado y el lunes tenemos una reunión con el embajador chino.

«Tenemos que trabajar para que las niñas, con estereotipos y referentes, vean que pueden ser lo que quieran»

-El Foro Económico Mundial sitúa este periodo como una etapa crítica para el empleo. Anticipa que pueden incrementarse la brecha de género y la distancia entre empleos cualificados y de altos salarios y empleos precarios. Esto excede a un Gobierno de dos años, porque se trata de un cambio de modelo impuesto por la cuarta revolución industrial. ¿Les da tiempo a pensar en ello?

-En 2007 se aprobó la ley de igualdad, pero el PP la bloqueó cuando llegó al Gobierno. Nosotros hemos hecho dos proposiciones de ley de igualdad retributiva, ocupacional y del empleo. Que es la más importante. Romper las brechas, que la mujer no se vea abocada a determinadas ocupaciones que la llevan al tiempo parcial involuntario. En industria, si no formamos a nuestras mujeres en materia STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas), se va a abrir la brecha de género. Estamos trabajando con Educación cómo capacitar a las mujeres y estimularlas, porque a la hora de definir la profesión que queremos no tenemos referentes. Tenemos que trabajar sobre todo con las niñas para que, a través de estereotipos y de referentes, vean que pueden ser lo que quieran. Que su decisión no sea algo condicionado.

–Cuentan en la Universidad de Valladolid, que usted conoce bien –se graduó allí en Económicas–, que cuando llegan a los institutos a explicar qué opciones de estudios hay, ya es tarde. Las niñas ya no piensan en ingenierias. ¿Cuándo hay que empezar?

–En Primaria. En Secundaria, una vez que deciden la rama por la que van, llegamos tarde. Hay que trabajar desde abajo y en dos políticas, la concienciación de que somos libres para elegir la profesión que queramos, y en la corresponsabilidad, para que sepamos que esto de la muñeca no es cosa de niñas. Y que los 'lego' no son de niños. Son un juego muy importante para ejercitar la sensibilidad y la creatividad, si a las niñas no les ponemos los 'lego' desde pequeñas, pierden capacidades que los niños están trabajando.

«En todas las revoluciones industriales hay oportunidades y gente que se ha quedado atrás, pero al final hemos ganado»

-Una ingeniera joven, vallisoletana, está en una aceleradora de Estados Unidos con su empresa de impresión 3D. Una eminencia en la materia le dijo que su proyecto cambiaba las reglas del juego. Tendrán sede en Irlanda y subsede en EE UU, pero cuando se le pregunta si también en España dice que no lo ve viable, que las condiciones no se dan. Hay un problema.

-Claro, porque no se ha apostado. Tenemos que trabajar por un Estado emprendedor en todos los sentidos, no solo de emprender un negocio familiar, sino ser visionarios. ¿Dónde se están generando las oportunidades? Muchas de ellas en 'start up' tecnológicas. Y teniendo los mimbres para estar, no estamos.

-Pero gran parte del talento español se ha marchado fuera.

-Hay dos problemas. Uno son las trabas burocráticas, que nos pasa en todos los estadios, desde la 'start up' tecnológica a la cafetería que no tiene la licencia de obra, y hay que trabajar ahí. Los comerciantes me dicen que cuando uno se intenta expandir no puede ser que se encuentre licencias distintas en cada municipio. Hay que intentar unificar trámites administrativos. En cuanto al trabajo, habrá que formar a los trabajadores para que lo digital sea un valor añadido en su capacitación. En todas las revoluciones industriales ha habido oportunidades y gente que se ha quedado atrás, pero al final hemos ganado. Estamos en la cuarta y tendremos que capacitar en dos sentidos. A los que no tienen capacidades, dándoselas. Y a los que se están formando ahora, para que en la escuela y la universidad se den capacitaciones que ahora no están en la hoja de ruta. Vengo de una universidad y a veces me preocupa lo que estamos enseñando y lo que nos están pidiendo las empresas. La FP es fundamental y sigue sin ser una herramienta para el cambio. Tenemos que hacer esa transición. ¿Se puede hacer en dos años? No. ¿Se pueden sentar bases para hacerlo? Sí. No vamos a estar dos años parados y sin abordar retos de futuro. La semana pasada fuimos a la ONU a presentar el plan de implementación de la Agenda 2030. Y ya estamos trabajando porque teníamos unos objetivos en 2020 que no vamos a cumplir y por lo tanto tenemos que ir más rápido para que en 2030 sí los cumplamos. Entre septiembre y diciembre se verá la apuesta de este Gobierno por el cambio. Y no todos los proyectos tienen que pasar por la Cámara, tenemos margen para diseñar programas.

«Hay que ser más competitivos en energía, porque una gran parte de la factura de muchas empresas es la luz»

-Sobre las trabas burocráticas, también ha habido casos a la inversa. Deslocalizaciones como la de Lactalis, que decidió cerrar Lauki en Valladolid pese a tener beneficios. La frustración de las administraciones fue enorme. Resultó imposible frenarla.

-Primero hay que ver qué tenemos que ofrecer a esa empresa para que no se deslocalice. Tenemos que definir con qué vectores vamos a competir y hay uno que estábamos utilizando que este Gobierno no va a mantener, la precariedad laboral. Este país, como cuarta potencia en Europa, no puede competir en el mundo con salarios bajos. Eso es importante, porque el Gobierno del PP ha basado el crecimiento en la devaluación salarial. Competir con China, Eslovaquia, Polonia o Marruecos, cuya principal fortaleza es la mano de obra... Tenemos que apostar por calidad, innovación y el tema energético. Tenemos que ser mucho más competitivos en energía. Repensarlo, ver qué ha fallado en el modelo anterior y en el que nosotros dejamos, porque una gran parte de la factura de muchas empresas es la luz. Si no podemos evitar la deslocalización, hay que conseguir que en la zona en que se produce podamos crear valor en otra cosa.

-Hay economistas que creen que la mano de obra barata va a dejar de ser un factor decisivo a la hora de ubicar una industria.

-Tenemos que ayudar a los territorios para situarse fuera en cualquier inversión que haya y decir 'contad con España que tiene este potencial'. La competencia que hay a veces entre territorios es sana, pero nos resta fuerza. Hay que definir las fortalezas de cada uno y ver dónde puede competir. Por ejemplo, Castilla y León se tiene que desarrollar mucho más en agroalimentario. He hablado con la consejera y le he dicho que estamos perdiendo una oportunidad porque tenemos muy buen producto y empresas buenas. Donde nos hemos posicionado lo hemos hecho bien, pues vamos a ver qué otras empresas de transformación podemos atraer a nuestro territorio, que es muy vasto y despoblado. Es una gran oportunidad.

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