Castilla y León aprueba medidas para reducir el consumo de energía 12 puntos más que la UE

La consejera ha explicado que la evaluación intermedia que se efectuó en 2013 ya concluyó que Castilla y León había superado ese objetivo comunitario del 20%. El que se ha marcado para 2020 supone dejar de emitir 2,5 millones de toneladas de CO2. Para ello se han diseñado 73 medidas concretas que contarán con una dotación pública de 251 millones de euros, a los que se sumará una cuantía procedente de familias y empresas que alcanzará los 548 millones de euros. En total, la inversión rondará los 800 millones de euros.

Pilar del Olmo ha destacado el avance que ha supuesto la aplicación de las iniciativas contempladas en las dos estrategias de eficiencia energéticas anteriores, que han propiciado que «nuestro objetivo actual sea mucho más ambicioso que el del conjunto de la UE».

Las políticas públicas promoverán el cambio de equipos y tecnología y el aprovechamiento de energías residuales en la industria, además de la mejora en iluminación, calderas o envolventes térmicas de edificios. «Se va a incentivar la construcción de edificios de consumo energético casi cero», ha apuntado la consejera, que ha situado uno de los mayores retos para avanzar en la eficiencia energética en el sector del transporte: fomento de uso de transporte público, de la conducción eficiente, de los combustibles alternativos y refuerzo de las medidas de apoyo al vehículo eléctrico.

Junto a estos sectores, la estrategia recién aprobada incluye líneas para aplicar en los ámbitos de instalaciones municipales y también en la Administración autonómica. Pilar del Olmo ha afirmado en el ámbito que incumbe a la Junta que se trata «de ir por delante con afán demostrativo».

Otras líneas que incluye el programa inciden en la investigación en colaboración con las universidades públicas y en la comunicación y las acciones informativas de sensibilización de la ciudadanía. «Es muy importante que la población se conciencia de que el consumo de energía tiene efecto nocivos para el medio ambiente e influye en los costes económicos y la competitividad de las empresas», ha resumido Pilar del Olmo.