La prestación por desempleo ampara a la cifra histórica de 214.000 personas en la región

La cifra total de parados alcanzó así al finalizar abril las 166.354 personas, la más alta para dicho mes desde 2017. El rayo de luz está en que, en su informe, Trabajo explica que en las últimas semanas de abril el paro fue moderando su ritmo de crecimiento, después de subir con «especial intensidad» durante la Semana Santa. En cuanto a las cifras de empleo, la Seguridad Social conserva en Castilla y León 884.416 afiliados, una cifra que retrotrae a marzo de 2017.

A nivel nacional, la peor pandemia del último siglo deja cerca de un millón de empleos destruidos en mes y medio y casi 600.000 parados más desde febrero. La Seguridad Social pierde la barrera de los 18,5 millones de afiliados cuando hace unos meses, en verano, logró sobrepasar por primera vez los 19,5 millones, mientras el número de parados se dispara por encima de los 3,8 millones.

La situación de emergencia sanitaria y ya también económica y laboral está poniendo a prueba los recursos del Estado para sostener a las personas de manera nunca vista. En marzo solicitaron una prestación por desempleo en Castilla y León algo más de 33.000 parados, el 30% más de los que venían pidiéndola en los meses anteriores. El número de perceptores de estas prestaciones se situó ese mes en casi 87.000 personas, es decir la mitad de los desempleados de la comunidad autónoma.

Según informaba el consejero de Empleo e Industria, Germán Barrios, en una comparecencia ante la comisión correspondiente de las Cortes regionales, su departamento ha tramitado el 97,7% de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) recibidos desde mediados de marzo hasta finales de abril, es decir 33.000 con unos 185.000 trabajadores afectados.

De ellos, según la información aportada por Trabajo han recibido la prestación -que consiste en el 70% de la base reguladora, o más si la empresa lo complementa- algo más de 127.000 personas. Sumadas a las beneficiarias de prestaciones (más de 43.500 de la contributiva; 38.300 del subsidio y 5.000 de la renta activa de inserción) totalizan las citadas 214.000.

Al contrario que en el conjunto de España, donde la subida del desempleo en abril fue inferior a la que se registró en marzo, en Castilla y León el alza triplica con creces la del mes anterior, cuando no llegó a 3.900 personas. Se trata, además, del mayor ascenso de toda la serie histórica, agravado por el hecho de que abril suele ser un mes de descenso del desempleo. En 2019, por ejemplo, la comunidad registró una bajada de 586 parados y una ganancia de 4.483 afiliados.

El Servicio Público de Empleo sumó en abril, con respecto al mes anterior, 412 nuevos parados en el sector agrario; 1.383 en la industria; 1.355 en la construcción y 10.051 en el sector servicios. Además, se registraron 509 desempleados más entre el colectivo sin empleo anterior.

Desde la óptica de la destrucción de puestos de trabajo, las actividades más afectadas fueron las administrativas y de servicios auxiliares, con 3.763 afiliados menos; seguidas de la hostelería, con pérdida de 3.392 empleos; la construcción, con 2.846; educación, con 2.356; y el comercio y reparación de vehículos, con 1.977 trabajadores menos.

Al haber puesto el Gobierno impedimentos para efectuar despidos a las empresas que se han acogido a los beneficios de los ERTES (exención de toda o parte de la cuota de Seguridad Social de los afectados), la destrucción de empleo se centró en miles de empleados fijos discontinuos y otros tantos trabajadores temporales que vieron volatilizarse la renovación de sus contratos. En abril se formalizaron en Castilla y León 24.654 contratos, cifra que supone 27.000 menos que en marzo y 48.000 menos que en abril del año pasado.

De la veintena de secciones de actividad existentes solamente una generó empleo en abril: la rama socio sanitaria, que registró un aumento de 2.130 afiliados en la Seguridad Social.

El paro subió con respecto a marzo en todas las provincias con Segovia al frente, con el 11,5%, seguida de Soria (11,3%); Salamanca (11,1%); Burgos (9,9%); Valladolid (9,2%) y Palencia (9,1%). Cerró la lista León, con el 6,9%. Lideró la destrucción de afiliados Valladolid (2,7%), seguida de Salamanca y Burgos, ambas con el 2,5% menos.

La patronal regional, Cecale, vaticina que el deterioro del mercado laboral se agudizará todavía más en los próximos meses si no se adoptan medidas que aporten flexibilidad y seguridad jurídica a las empresas más allá del estado de alarma. Para los empresarios de Castilla y León, la pérdida en términos humanos, sociales y económicos es «irreversible y el proceso de vuelta a la normalidad no va a ser sencillo, ni rápido, y será desigual entre unos sectores y otros».

Los sindicatos UGT y CC OO calificaron los datos de «devastadores» y abogan por ampliar el mecanismo de protección de los ERTE en un acuerdo entre Gobierno y agentes sociales ya que «han evitado un enorme número de despidos y rescisiones de contratos»,

Tras asumir el dramatismo de los datos, el consejero de Empleo destacó que Castilla y León es «la segunda comunidad que mejor sostiene el empleo en términos interanuales».