El día en el que hubo cañones por el Canal de Castilla

«Este soy yo», dice 70 años después de que se tomara la imagen. Y cuenta que llevaba la embarcación llena de cañones de una empresa de construcciones militares de Palencia que bajó la maquinaria hasta Dueñas para hacer allí maniobras. «Luego, cuando terminaron, tuvimos que devolver los cañones... y lo hicimos por el canal», recuerda Emiliano, quien ha contribuido con su ingenio a enriquecer la exposición.

Sus manos han diseñado y construido las maquetas (de madera y chapa)que reproducen la dársena de Medina de Rioseco, la de la capital vallisoletana o la esclusa de El Serrón, donde comienza el ramal sur. Todas ellas pueden verse en esta muestra organizada por la asociación de amigos del canal La Barcaza que cuenta, además, con piezas únicas que pocas veces han sido expuestas en público.

La colaboración de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha sido vital, ya que ha cedido, por ejemplo, una de las mantas que engalanaban las mulas que se encargaban del arrastre de las barcas. También se expone un farol Petromax que a principios del siglo XXutilizaba el barco de vistas, ese que recorría las aguas del canal para las inspecciones cotidianas. Y pueden verse las lámparas de carbono que se empleaban para dotar de luz a las embarcaciones.

La CHD también ha cedido manuales de navegación de la época (donde se advertía, por ejemplo, de que había que exhibir un banderín rojo en caso de transportar sustancias peligrosas), un teléfono de finales del siglo XIX que servía para comunicarse desde las oficinas centrales o uno de los uniformes que hace más de cien años utilizaban los trabajadores del canal. Eran camisa, chaqueta y pantalón, de algodón en verano y de pana en invierno. «Para identificar las distintas categorías laborales, se colocaban cintas de colores en el contorno de la gorra y en las bocamangas». Así, la cinta dorada correspondía al fiel;la plateada al capataz, la azul al peón de conservación y la roja al de exploración.

Miguel Ángel Guerra, presidente de la asociación La Barcaza, explica que con esta muestra quiere el colectivo subrayar el enorme valor histórico y patrimonial que tiene el Canal de Castilla a su paso por la capital. «Hay localidades que lo han sabido explotar muy bien, como Medina del Campo o Alar del Rey, y aquí en Valladolid las administraciones lo tienen más olvidado», explica. «Es verdad que hace años el barrio vivía de espaldas al canal, pero eso se ha resuelto. También se ha mejorada la limpieza de las riberas (con dos batidas al año), pero el cauce está lleno todavía de escombreras. La gente tira basura, carritos de supermercado... y habría que retirar todo eso con una limpieza a fondo», comentan desde la asociación, que organiza jornadas lúdicas y educativas, con visitas de colegios al canal y a la esclusa 42.

«La asociación logró la cesión de una de las naves (en el número 3 de la calle Canal)y nos gustaría lograr apoyo público o de alguna entidad privada para adecentarla y que pudiera convertirse en una sala de exposiciones permanente y en un aula de medio ambiente para conocer mejor el Canal de Castilla», explica Guerra, quien también ha solicitado al Ayuntamiento que prolongue la ruta del bus turístico con una parada en la avenida de Gijón que permita ver la dársena de la capital.