Los cambios en la alianza que exige Nissan afectarán a las plantas de Renault en España

José Vicente de los Mozos cumplió el encargo. Presentó un plan para que la factoría pasara a ser una planta de la Alianza Nissan-Renault, la primera de tal naturaleza en España, dedicada a fabricar componentes y recambios para todas las gamas de vehículos ensamblados en Europa de las dos multinacionales y de la recién incorporada Mitsubishi. La plantilla pertenecerá a Nissan, pero se regirá por el convenio laboral de Renault en España. Así lo aceptaron los sindicatos. El acuerdo lo negoció De los Mozos, pero fue Carlos Ghosn quien dio el sí definitivo. «¿Habría sido igual si la decisión le hubiera correspondido a un directivo de Yokohama?», se preguntaba el jueves un alto cargo de la Junta de Castilla y León que participó en las negociaciones para salvar la fábrica abulense tras conocer el despido por Nissan de su hasta ese momento principal directivo, acusado de malas prácticas fiscales en Japón.

La respuesta llegará con los cambios que se prevén en la estructura de la Alianza Nissan-Renault, modificaciones de las que las fuentes del Ejecutivo regional dan por seguras y que empiezan a tomar cuerpo en ambas compañías automovilísticas. Unos ajustes que asumen tanto el Gobierno francés (propietario del 15% de Renault) como portavoces de la participada nipona citadas ayer por Reuters.

Los cambios en la estructura afectarán también a las plantas de Renault en España, situadas en Valladolid, Palencia y Sevilla (cajas de cambios), dado que su actividad se basa en el desarrollo de proyectos comunes incluidos en el sistema de arquitectura modular Common Module Family (CMF), basado en cinco juegos de componentes o módulos, lo que permite a los ingenieros intercambiarlos para crear cientos de variantes a lo largo de las marcas de la Alianza.

Los cambios en la cúpula pueden provocar una demora en la toma de decisiones sobre las adjudicaciones de los proyectos anunciados, como el modelo denominado HJB en el que trabaja desde la vuelta del verano la fábrica de Valladolid. Sobre este modelo se han mantenido varias reuniones con los suministradores de este vehículo, uno de los sustitutos del que ahora se produce, el Captur, al término de la vida útil de este pequeño todoterreno que logró la vuelta del segundo turno de tarde y de medio turno de noche en las instalaciones vallisoletanas amenazadas por el cierre unos años antes, a finales de la década anterior.

La reestructuración a la cabeza del segundo grupo industrial de la automoción en el mundo transcurre en medio de los planes de los gobiernos en Europa para terminar con los motores de combustión diésel en el año 2040 y en un momento donde la planta de Valladolid fabrica una media de 1,5 millones de propulsores de combustión interna al año, aunque en 2018 bajará la cifra de los que se mueven con gasóleo y aumentará la de los que utilizan gasolina. La planta de Motores puede ser así una de las más afectadas por las decisiones que deba de adoptar la nueva cúpula de esta agrupación, una vez que se reequilibren en su interior las voces de Nissan y de Renault, firmas entre las que la alianza no ha estado ajena a las tensiones. Nissan superó a mediados de la primera década de este siglo a su matriz francesa, en parte al aumentar las ventas en América del Norte y China, los mercados de automóviles más grandes del mundo, mientras que Renault se mantuvo prácticamente ausente en ambos, informa Reuters.

La crisis financiera de 2008 y la crisis de la deuda de la zona euro que siguió también afectaron a los mercados europeos internos de Renault, que en algún año enjugó sus pérdidas gracias a la aportación de Nissan a las cuentas de la firma gala.

En 2015, Nissan representó dos tercios de las ventas de vehículos de alianza y logró una mayor participación en las ganancias. La brecha se ha reducido, pero aún es considerable. Así, la alianza ha luchado intermitentemente desde su inicio en 1999 con planes que han incluido también fusiones completas. El último gran estallido se produjo en 2015, cuando el Gobierno francés aumentó su participación en Renault hasta el 20% tras acudir a la Bolsa con el fin de bloquear al fabricante de automóviles que optaba por la nueva legislación que otorgaba derechos de voto dobles a los inversionistas de largo plazo. Nissan tiene una participación el 15% en Renault, pero sin capacidad de voto en el consejo de administración.

La medida generó disgusto en Nissan, que temía verse bajo la influencia directa del Gobierno francés a través de la participación controladora de Renault y que le da un voto doble en el consejo. Se desencadenó una crisis en la sala de juntas de Renault y hubo momentos de relaciones muy tensas entre la firma japonesa y el entonces ministro de Economía de Francia, el hoy presidente del país, Emmanuel Macron.

«Ahora no es momento de contemplar cambios en el balance de poder dentro de la alianza», dijo el jueves un funcionario de la oficina del presidente Macron, pero en el principal accionista galo saben que esos cambios llegarán: «podría haber espacio para discusiones sobre la estructura de la alianza en el futuro», precisó el funcionario. «En esta etapa, una discusión sobre el futuro está abierta, pero no se está negociando el pacto en las próximas semanas», agregó al término del encuentro del jueves entre los ministros de Industria de Francia y Japón.

La continuidad, sin embargo, se da por segura por todas las partes consultadas, aunque matizan es pronto para saber cómo será el próximo equilibrio de fuerzas en el seno de la agrupación, que en 2017 anunció unas sinergias por valor de 5.700 millones de euros, el 14% más que el año anterior y el primero completo en el que se incluyeron las cuentas de Mitsubishi, de la que Nissan posee el 30% de las acciones.

La colaboración entre las marcas se centra en las áreas de Ingeniería de vehículos y grupos autopropulsores, Fabricaciones y Logística, Compras y Recursos Humanos. De cómo evolucione en los próximos meses, en la era post Carlos Ghosn, dependerá la futura carga de trabajo de las fábricas de Valladolid, Palencia y Sevilla.