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Ha sido un incidente «menor» pero ha motivado la intervención de los bomberos de Segovia. El desprendimiento de una pequeña piedra del murete de mampostería que corona el Acueducto ha alertado lo suficiente como para inspeccionar la parte superior del monumento, aunque ... la concejala de Patrimonio Histórico, Claudia de Santos, tranquiliza a quienes pueda preocupar el estado de los sillares: «Se trata de algo menor, un pequeño trozo de granito que cabe en una mano y que en un porcentaje muy alto es de mortero».
Esta pequeña pieza pertenece al muro de mampostería que acoge el canal superior del Acueducto, que no es el 'specus' de época romana sino medieval, pues este murete fue ordenado construir por Isabel la Católica para que recibiera la canalización.
Los bomberos han utilizado la autoescala para subir hasta la parte del muro de la que a primera vista se habría desprendido esta pieza, muy cerca del sotabanco de los arcos monumentales en el lado de la plaza de Artillería. Tras una primera inspección, muy llamativa para la gente que pasaba por la presencia de la larga escalera junto a los pilares, han conseguido comprobar el sitio exacto de la pared de donde cayó la piedra, probablemente como consecuencia de la erosión natural y de los efectos del hielo y el frío de estas últimas semanas.
Claudia de Santos cree, no obstante, que no hay motivo de alarma, que no corre peligro la integridad del monumento romano. «Si ha habido otros pequeños desprendimientos no los hemos percibido, pero los bomberos han realizado una inspección de todo el canal y del muro y no han encontrado nada más reseñable», ha declarado la edil.
En este sentido, ha destacado que «a lo largo de los últimos años puede haberse desprendido alguna piedra más de estas características, pero el hecho ha pasado inadvertido». De Santos ha matizado que si la piedra hubiera caído en otra zona menos frecuentada del monumento no se habría notado, y también que «habría sido más llamativo si la piedra hubiera sido de granito».
En otras ocasiones, a pesar de que hay estudios que avalan la tesis de que los sillares del Acueducto romano pueden haber perdido cinco centímetros de espesor con el paso de los siglos y los efectos del clima, De Santos ha manifestado que, en general, el estado de conservación es bueno y que el monumento es «un anciano con una mala salud de hierro».
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