Bodegas Comenge celebra 25 años de éxitos en la Ribera del Duero

Bodegas Comenge celebra este año su 25 cumpleaños, celebración que tuvo lugar el pasado viernes 20 de septiembre, en la propia bodega, rodeándose de buenos amigos. Hasta Curiel de Duero se han acercado un centenar de invitados para brindar por 25 años de éxitos cosechados por esta elaboradora de la DO Ribera del Duero, la primera en asentarse en la citada localidad y en poner en marcha un ambicioso proyecto, así como pionero, asentando su trabajo en la innovación, la excelencia, la sostenibilidad, el trabajo de la viña en ecológico y el cuidado del medio ambiente. Asimismo, fueron punta de lanza con su decidida apuesta por el enoturismo, abriendo las puertas a la celebración de eventos también, algo de lo que son auténticos expertos, armonizando sus instalaciones vanguardistas con el entorno natural y paisajístico privilegiado que les rodea.

Jaime Comenge puso en marcha la bodega en 1999 con la complicidad y el saber del enólogo de la casa, Rafael Cuerda. Desde entonces las instalaciones y el número de referencias han ido creciendo, consolidándose la marca como un referente de vino de calidad. Álvaro, el hijo de Jaime, también forma parte de este proyecto familiar que, de la misma forma, es secundado incondicionalmente por la matriarca, Carmen Fuentes.

Sobre un pilar que para Comenge es esencial: la viña, se ha dotado de carácter y personalidad propia a sus vinos. De esta forma, en este cuarto de siglo la bodega ha crecido de los 1.600 metros cuadrados a los 4.100, y, el número de referencias de vino, de una a siete. Como explica Álvaro Comenge, «hemos querido ir muy poquito a poco, haciendo las cosas muy bien, consolidando lo que ya estábamos haciendo y, una vez consolidado, dando el siguiente paso, y así hemos ido creciendo poco a poco. Ahora, después de 25 años, seguimos de la misma manera, haciendo cada día las cosas mejor y con el mismo entusiasmo y la misma energía».

«Desde el principio apostamos por este entorno tan bonito, tan maravilloso, para que se mantuviera puro y natural y sobre todo para que la gente lo pudiera conocer, y por eso decidimos desde el primer día abrir nuestras puertas, incluso durante vendimias, para que la gente viniera a ver esta maravilla de paisaje y a la vez que conociera de primera mano nuestros procesos para elaborar el vino», señala Álvaro.

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