El Banco de Leche de Castilla y León obtiene 99 donaciones en sus tres años de funcionamiento

Cuando recibieron estas donaciones, los bebés eran recién nacidos y no disponían de leche de sus propias madres. Los receptores principales de estas donaciones son bebés prematuros que nacen con un peso inferior a 1.500 gramos o una edad gestacional inferior a las 32 semanas, y también recién nacidos con retraso de crecimiento intrauterino severo, con cardiopatías congénitas o que han sido sometidos a cirugía intestinal.

El fin del uso de esta leche es cubrir las necesidades nutricionales de estos niños por las ventajas que tiene el que sean alimentados con leche materna donada, en el caso de que no tengan leche de su propia madre en cantidad suficiente.

La consulta del Banco de Leche de Castilla y León está ubicada en el pasillo de las consultas de Pediatría del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. Está en el tercer nivel y es la número 300. El Banco de Leche está coordinado por la Unidad de Neonatología de este hospital, que se encarga de su actividad, junto al Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León (Chemcyl).

En el año 2015, cuando comenzó a funcionar el Banco de Leche, el servicio atendió a 51 mujeres donantes, recibió 98 litros de leche y esta fue administrada a 23 niños que estuvieron hospitalizados en la Unidad de Neonatología del Río Hortega, la única receptora con la que comenzó el proyecto.

En el segundo año de funcionamiento, 2016, el Banco de Leche atendió a 21 donantes, recogió 127 litros y la leche se administró a 64 bebés, también hospitalizados en el Hospital Río Hortega.

El pasado año ha sido el más estable en el funcionamiento del Banco de Leche de Castilla y León, al estar ya todos los procesos definidos. Se atendió en 2017 a un total de 22 mujeres donantes, se recibieron 85 litros de leche y el número de bebés hospitalizados en el Río Hortega que se beneficiaron de estas donaciones fueron 64.

En el primer trimestre del presente ejercicio, han sido 40 litros los que se han recibido en el Banco de Leche, se ha atendido a cinco donantes nuevas en la consulta y han sido once bebés los que se han beneficiado de este proceso. En este caso, se trata de niños que han estado hospitalizados tanto en el Río Hortega, como ocurría hasta ahora, como en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid.

Esto es posible después de que el Banco de Leche extendiera la distribución a la Unidad de Neonatología del Clínico a principios de año.

El primer envío de leche al Clínico se efectuó el pasado 10 de enero y actualmente la leche está disponible en las unidades de Neonatología del Río Hortega y el Clínico. El objetivo es que se extienda a lo largo de este año a todas las unidades que hay de este tipo en la comunidad, que son cinco. Así, el próximo mes de mayo comenzará a recibir leche donada la Unidad de Neonatología de Burgos y la previsión es que antes de que finalice el año se unan a la red de distribución las dos unidades de neonatología restantes que hay en la comunidad, que son las de Salamanca y León.

Dependiendo de cómo sea la respuesta de las donantes y a medida que sea necesaria una mayor cantidad de leche por la ampliación de la distribución, se tiene previsto habilitar puntos de atención y de recogida en otros lugares de Castilla y León. En este sentido, hay que destacar que se trabaja ya para implantar un punto de atención a donantes y de recogida de leche en Burgos, porque actualmente hay un único punto para este fin en el Hospital Río Hortega de Valladolid.

La directora del Banco de Leche de Castilla y León, María Samaniego, explica que el objetivo es cubrir las necesidades de las unidades de neonatología con cuidados intensivos de la comunidad y que es muy interesante que se trabaje ya para abrir nuevos puntos de atención.

«Para las mamás interesadas en ser donantes de Castilla y León va a ser muy positivo, porque hemos recibido llamadas de personas de fuera de Valladolid interesadas en donar, pero es difícil mantener la donación con desplazamientos a Valladolid», destaca la directora.

La responsable hace un balance positivo de los primeros tres años del centro porque va en crecimiento y sigue el desarrollo planificado desde el inicio del proyecto, según destaca. Asegura además que se ha mejorado la actividad, puesto que el centro es capaz de mantener un número constante de donantes e incluso conseguir un mayor volumen de leche con menos donantes. Esto se debe, según explica, a que se ha mejorado la atención y el funcionamiento del servicio, pero también a que las mujeres que hacen las donaciones están más motivadas y mantienen la entrega durante más tiempo.

En plena fase de diseño de la futura ampliación a todas las unidades de neonatología con cuidados intensivos de Castilla y León, la labor del Banco de Leche continúa en la Unidad de Neonatología del Río Hortega y en el Centro de Hemoterapia y Hemodonación (Chemcyl) con sede en la capital vallisoletana. La Unidad se encarga desde la consulta del centro de la selección de las madres donantes, del seguimiento de la donación y de la recogida de la leche. Por su parte, el Chemcyl almacena y procesa la leche para su distribución a los hospitales receptores, actualmente el Río Hortega y el Clínico de Valladolid y, en tan solo un mes, también el Hospital Universitario de Burgos.

Las personas interesadas en ser donantes son atendidas en la consulta del Banco de Leche. En esa primera atención, se facilita información sobre la donación y si la persona decide hacerse donante, tiene que acudir en horario de mañana para que se le realice una encuesta de salud y una serología.

Si los resultados de estas pruebas son óptimos, se le aporta el material para donar y las primeras entregas tienen que hacerse en el centro. Después, se ofrece la posibilidad de que la recogida de la leche se realice en el propio domicilio de la donante a través de la red de transporte.

Una vez a la semana, el Banco de Leche organiza la recogida a domicilio de las madres que lo solicitan y la leche es trasladada al Centro de Hemoterapia directamente desde sus domicilios. Ocurre así también con la leche recibida durante la semana en la consulta del hospital.

La leche permanece en el Centro de Hemoterapia durante un periodo máximo de tres meses desde la fecha de extracción por parte de la donante. En el Chemcyl, la leche se somete a un proceso de pasteurización y a un análisis nutricional y otro microbiológico. Si los controles son correctos, la leche ya es apta para su distribución a las unidades de Neonatología, que hacen un pedido semanal para cubrir las necesidades de los niños ingresados.

Como requisito básico antes de que las donantes acudan a la consulta, apunta la directora que es necesario que tengan la lactancia bien establecida y que su bebé tenga cerca de un mes. «Consideramos que el primer mes de vida del bebé es un mes de establecimiento de la lactancia. Si llegan al mes de vida con una lactancia perfectamente establecida y con excedente de leche, eso quiere decir que va a seguir yendo todo rodado y que puede venir a hacer la entrevista, la serología y comenzar el proceso», explica la especialista.

Sobre la importancia de esta alimentación para los bebés que reciben la leche donada, señala que lo que se pretende es que sean alimentados con leche materna de su propia madre y se ayuda a estas madres a que inicien la lactancia cuanto antes para poder cubrir las necesidades de sus bebés. «Tan buena es la evolución cuando son alimentados con leche materna que, si no tienen leche materna propia, la segunda fuente de alimentación preferible para ellos, y está avalado a nivel científico, es ofrecerles leche donada pasteurizada», destaca. La otra opción sería ofrecerles fórmula artificial.