El Valladolid B aprovecha la falta de acierto del Burgos CF

Comenzó el encuentro el Burgos CF muy bien plantado. Con una línea defensiva formada por Lobato, Zabaco, Elguezabal y Álvaro Rodríguez y un centro del campo con Undabarrena y Cerrajería anulando la capacidad creativa del Valladolid Promesas, el cuadro blanquinego se hizo con el control del partido desde los primeros compases. Tan sólo alguna internada puntual por la banda derecha de Vilarrasa causaba inquietud en la portería de Barovero.

Así, en el minuto 6, Juanma, que acompañó en punta a Guillermo, firmaba la primera ocasión para los hombres de Calero con un disparo seco desde la frontal del área que atajó sin muchos problemas Gaizka. Apenas dos minutos después, en una jugada muy similar, Undabarrena volvía a probar fortuna con otro disparo atajado de nuevo por el cancerbero blanquivioleta. No sería la última ocasión del vasco.

El Burgos se gustaba. Movía bien las líneas de presión, recuperando balones en el centro del campo y lanzándose al ataque con transiciones vertiginosas. Buenas internadas de hombres como Berjón y Lobato.

Undabarrena volvía a probar puntería con oto lanzamiento en el 13 que se fue a las nubes, mientras que Berjón, en el 21, conectaba un buen disparo cruzado que se marchaba lamiendo el palo.

El Real Valladolid aguantaba como podía, lanzándose a la contra y generando algunas acciones de peligro aisladas, sobre todo a balón parado. Pero la zaga blanquinegra respondía una y otra vez con solvencia.

Zabaco también probaba en el 28 con un cabezazo que se marchó muy alto, y en el 30, Lobato lanzaba un centro que se envenenaba, obligando a Gaizka a atajar el balón sobre la línea de gol. El Burgos estaba firmando sus mejores minutos, con las bandas muy activas y Guillermo y Juanma moviéndose bien entre los centrales. El propio Guillermo se quedó con la miel en los labios en el 32 al no llegar a conectar en boca de gol un gran centro de Berjón que acabó en córner, y Undabarrena, de nuevo desde la frontal, volvía a rozar el gol con otro disparo seco que se marchó fuera por poco.

El Burgos dominaba el choque sin grandes oposiciones, con un Barovero prácticamente inadvertido, pero seguía sin encontrar portería. Un quiero y no puedo con el que acabó el primer tiempo y empezó el segundo. Y es que, aunque el Valladolid Promesas regresó de vestuarios algo más enchufado, en el segundo periodo siguió siendo el Burgos el encargado de poner el ritmo y control al partido, con un guión muy similar.

Eso sí, Zalazar pudo adelantar a los blanquivioletas nada más regresar al verde con un potente disparo desde fuera que se marchó alto por poco. Esa fue la primera gran ocasión del Valladolid Promesas durante todo el choque. El propio Zalazar firmaría la segunda, también infructuosa, minutos más tarde.

El conjunto pucelano había dado un paso al frente, y hombres como Paulo Vitor asumieron más protagonismo, mientras el Burgos seguía a lo suyo, exhibiendo sobriedad y solvencia defensiva y generando buenos movimientos ofensivos, pero sin pegada. Lobato probaba fortuna en el 65 con un magnífico libre directo atajado en la misma escuadra por Gaizka, quizá, el mejor de los locales junto a Zalazar. También Navarro tuvo el gol en sus botas diez minutos después con un disparo desde dentro del área que se estrelló en el lateral de la red.

El Burgos no encontraba portería y poco a poco las fuerzas se iban diluyendo. Calero daba entrada a Claudio Medina, Javi Gómez, 'Mumo' y Alarcón buscando frescura en la parcela ofensiva, pero el cuadro blanquinegro parecía incapaz de marcar el tanto que se había merecido. Ni siquiera Undabarrena, al filo del tiempo reglamentario, consiguió encontrar red con un tremendo cabezazo a saque de esquina de Pisculichi que se estrelló en el larguero. Aquella, sin duda, fue la ocasión más clara del Burgos, cuyos jugadores se llevaban las manos a la cabeza desesperados.

Una desesperación que se acrecentó en el tiempo de descuento, cuando Uche cazaba un balón muerto en el área para marcar en el primer lanzamiento entre los tres palos del Valladolid promesas en todo el partido.

Aquel tanto fue un auténtico bofetón para el Burgos, que aún dispuso de una postrera ocasión para conseguir, al menos, el empate. Sin embargo, el libre directo de Pisculichi se fue alto. Y con él, todo el trabajo realizado por un Burgos que comienza la temporada de la peor de las formas posibles.