Valcarce: «Ahora es cuando se ven los grandes equipos»

Por eso, el extremo diestro del Burgos CF ha apelado hoy a mantener los pies en el suelo y trabajar para alcanzar cuanto antes los 50 puntos que sobre el papel garantizan la permanencia.

Ese sigue siendo el objetivo prioritario del club y, aunque esté al alcance de la mano, hay que certificarlo cuanto antes para evitar sorpresas. De eso sabe bastante el jugador berciano. «Con la Ponferradina, teníamos 48 puntos a falta de siete partidos, perdimos seis seguidos y nos jugamos la vida en las dos últimas jornadas», ha recordado en la sala de prensa del Burgos CF.

En este sentido, ha reconocido, alcanzar los 50 puntos daría «otro aire», y permitiría al equipo jugar, no relajado, pero sin la presión añadida de jugarse el objetivo prioritario. «Tenemos que seguir peleando para alcanzar los 50 puntos y luego luchar por cotas más altas» si se da la oportunidad, ha subrayado.

De momento, el equipo suma 45 unidades tras el empate en Zaragoza. Una igualada que se pretende hacer buena este próximo fin de semana frente al Granada, uno de los «grandes» de la categoría. «Es uno de los mejores equipos de Segunda», a pesar de que lejos de Los Cármenes esté sufriendo, según Valcarce, quien aboga por mantener la línea mostrada hasta ahora para volver a sumar de tres en tres.

Una línea que pasa por seguir «compitiendo» como se ha hecho ya con «todos los de arriba». Y es que, a su juicio, el Burgos CF es «un equipo férreo, que sabe competir» y que tiene sobre la mesa la posibilidad de «hacerse fuerte en casa», factor clave en este tramo de la temporada.

Por su parte, el extremo berciano ha reconocido sentirse «muy bien» a pesar de estar contando con menos oportunidades que la temporada pasada. «Es evidente que empecé con un rol más protagonista, pero el hecho de marcar goles o dar asistencias no determina mi rol en el equipo. Me debo a lo que el míster estime oportuno, y si me pone 20 minutos, defenderé este escudo, esta ciudad y este club hasta la muerte», afirmaba tajante al tiempo que recalcaba que «al vestuario no ha llegado ningún debate» en torno a la filosofía de juego impulsada por Calero.