Tropiezo en casa del colista

Llegaba el Burgos a Santo Domingo con la moral por las nubes. Y es que, la victoria cosechada el pasado fin de semana frente al Mirandés en el derbi provincial supuso un espaldarazo para el cuadro blanquinegro, que repitió la fórmula saliendo de inicio con Zabaco, Elgezabal y Grego Sierra en el eje de la zaga, con Matos y Álvaro muy abiertos en los carriles.

Con más dudas afrontaba el choque el Alcorcón. Y es que, con apenas 3 puntos en su casillero, merced a una única victoria, el conjunto madrileño arrancaba la jornada sumido en lo más hondo del pozo e inmerso en una crisis de resultados que no había conocido en más de una década.

En ese contexto, el choque comenzó igualado, sin dominador claro. Demasiados errores de unos y otros en la creación y escasas ideas ofensivas. Cierto es que el Burgos parecía controlar más el balón en los primeros compases, pero era un control efímero, sin verticalidad. Frente a eso, el Alcorcón buscó sorprender a la espalda de los tres centrales con un par de buenas intentonas, pero Alfonso, que volvió a hilar fino, las desbarató sin concesiones.

El Burgos volcaba su juego ofensivo por la izquierda, con Matos muy activo y Alegría fijando los centrales, pero no conseguía romper la línea defensiva madrileña, con Gorosito y David Fernández muy bien plantados. En el 10, y con el juego muy trabado, Arribas lo intentaba con un disparo desde la frontal que se marchó desviado. Alegría daba la réplica minutos después con un intento de remate muy complicado en el primer palo a la salida de un córner.

A falta de conducción, el Burgos echó mano de su potencial en el balón parado, con varios saques de esquina y un par de faltas laterales servidas por Andy, pero no terminaba de crear peligro real sobre la portería de Dani Jiménez, que no tuvo que intervenir en todo el partido.

El juego estaba muy trabado y apenas tenía continuidad, pero el Alcorcón iba creciendo a medida que avanzaban los minutos. En ese momento, el cuadro madrileño era el que mandaba sobre el esférico y acumulaba acercamientos de peligro. Alfonso desbarataba en el 20 un remate mordido de Al Badauoi y Arribas desaprovechaba una contra perfecta en el 30, disparando alto en vez de ceder a Lucho, que llegaba en segunda línea solo.

El partido enfilaba poco a poco hacia el descanso. El Burgos volvía a dar un paso al frente, pero no daba con la tecla y en el último suspiro cedía un contragolpe para el Alcorcón dirigido de nuevo por Arribas, que picaba la pelota ante la salida de Alfonso y estrellaba el balón en el larguero.

Con el susto aún en el cuerpo y sin haber rematado entre los tres palos, el Burgos se marchó a vestuarios. Los de Calero no estaban encontrando su juego ante un Alcorcón falto de continuidad, pero con más presencia en el campo rival. Un escenario que se evidenció de manera más clara tras el descanso. Y es que, el Alcorcón regresó al terreno de juego con las ideas mucho más claras, haciéndose con el control de la pelota desde el principio e intentando darle mayor profundidad a su juego.

Los madrileños masticaban las jugadas, apretando a un Burgos que retrasaba su línea de presión con la intención de cazar algún contragolpe con espacio para la carrera. Hernández, quizá el más activo del Alcorcón en la segunda mitad, probaba de nuevo los reflejos de Alfonso en el 65. El guardameta toledano, muy seguro en todas las lides, respondía con calidad.

A Calero no le gustaba lo que veía y fue introduciendo piernas de refresco, entre ellas la de Saúl Berjón, cuya salida pareció dotar de algo más de mordiente y serenidad al ataque blanquinegro. No obstante, el partido estaba transitando en un escenario de poco fútbol y menos ocasiones, en el que el Burgos no se estaba sintiendo cómodo.

Tampoco estaba desplegando un fútbol excelso el Alcorcón. No obstante, y después de muchos minutos de pelea infructuosa, fue el conjunto alfarero el que se llevó el gato al agua. Lo hizo en el descuento, con un testarazo de David Hernández a la salida de un córner ante el que Alfonso no pudo hacer nada. El gol fue un mazazo para el Burgos, que veía como en el último suspiro se le escapaba la oportunidad de, al menos, cosechar un empate fuera de casa. El Alcorcón, por su parte, coge un auténtico balón de oxígeno.