Salmerón se estrena con victoria en Getxo

Se estrenaba Salmerón en el banquillo blanquinegro. Y lo hacía con una propuesta muy ofensiva, poniendo de inicio sobre el césped a Toché, Juanma, Donovan y Marcelo, cuatro teóricos delanteros que se repartieron en todo el frente de ataque blanquinegro. También sorprendió la ausencia en el once titular de Pisculichi o la presencia de Borja Sánchez en el lateral derecho, cubriendo la ausencia de Andrés.

El jugador talaverano, habitual en tareas más ofensivas, sufrió mucho durante los primeros compases del partido, intentando parar los envites del Arenas, que volcó su propuesta ofensiva por esa banda, obteniendo varios acercamientos y centros de cierto peligro. Unos acercamientos que, eso sí, no fueron fruto del juego combinativo. Y es que, desde el primer minuto, unos y otros se olvidaron del centro del campo y se enzarzaron en una intensa pelea por el control del juego a través del balón en largo.

En este escenario, el Burgos buscaba con insistencia la referencia de Toché, que mantuvo una bonita pelea con los centrales del Arenas para bajar la pelota ante la llegada en segunda línea de sus compañeros.

Con todo, la primera gran ocasión del partido corrió a cargo del Arenas, que tuvo el primero de la tarde en las botas de Aitor Ramos, quien no supo aprovechar una mala salida de Palatsí para adelantarse en el marcador. Diez minutos después, Zarzo, quizá el jugador local más activo, recibía un buen balón en la banda izquierda, se acomodaba y probaba con un disparo seco bien atajado por bajo por Palatsí.

El Arenas ya había avisado en dos ocasiones, mietnras que al Burgos le costaba más generar peligro. Marcelo probó con un par de internadas infructuosas, mientras Toché y Donovan se estrellaban una y otra vez contra la defensa. Además, parecía no haber mucho interés por controlar el centro del campo y el partido estaba loco, incluso revolucionado.

Y en una de esas, llegó el tanto del Burgos. Corría el minuto 24 cuando Donovan controlaba una pelota, encaraba a la defensa y perdía el balón en la frontal del área. Sin embargo, el delantero británico no se daba por vencido y la presión ejercida se transformó el un afortunado rebote que golpeó en el palo y se coló en la portería sin que Aulestia pudiera hacer nada.

El Burgos acababa de adelantarse casi sin querer y ganaba en confianza ante un Arenas que, hasta ese momento, se había mostrado muy ordenado atrás, aunque algo tímido en ataque. Así, aún a falta de fluidez en el juego, el cuadro blanquinegro comenzó a mostrarse superior, anulando las opciones ofensivas del conjunto vizcaíno y mostrándose más incisivo en ataque. De hecho, Juanma pudo poner el segundo con dos buenos disparos en los últimos compases de la primera parte. El primero acabó en saque de esquina tras una grandísima parada de Aulestia. El segundo se fue alto por poco.

Y así se enfiló el camino a vestuarios, con un Burgos dubitativo, pero superior al Arenas, que apenas unos minutos después de comenzar la segunda parte demostró por qué es el farolillo rojo del grupo. Y es que, en el minuto 50, Marcelo ganaba línea de fondo por la derecha, ponía el balón en el corazón del área y la defensa vizcaína cometía un error garrafal, regalando el balón a Toché, que en boca de gol no fallaba.

Con el dos a cero, el Arenas despertó. Cierto es que Donovan y el propio Toché pudieron marcar minutos después tras dos buenos contraataques, pero fue el Arenas el que más cerca estuvo del gol. De hecho, los vizcaínos encontraron una vía de agua en la banda izquierda del Burgos y volcaron todo su juego por ese lado, ganando la posición constantemente y poniendo centros peligrosos en el corazón del área.

Hasta cuatro ocasiones de peligro firmó el Arenas en un lapso de apenas 10 minutos, pero ninguna de ellas acabó en la redes, unas veces por falta de puntería, como la de Etxaniz, y otras por el concurso de la defensa burgalesa. De hecho, Carlos Martínez sacó a córner un buen remate de Etxaniz que iba dentro.

El Arenas percutía una y otra vez por la banda derecha y una y otra vez se estrellaba contra la zaga blanquinegra, bien plantada en el corazón del área. Mientras tanto, los hombres de ataque del Burgos buscaban con ahínco el contragolpe que terminara de cerrar el partido.

Sin embargo, ni unos ni otros consiguieron el objetivo del gol. Los que más cerca lo tuvieron fueron Etxaniz, con un par de remates peligrosísimos que no encontraron portería, y Marcelo, que al filo del pitido final desaprovechaba un contragolpe perfecto.

Al final, una victoria balsámica para un Burgos que comienza a levantar la cabeza, pero que todavía tiene mucho camino por recorrer para estar a la altura de las expectativas generadas.