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Soñaban con un Primera División y con la idea de repetir la experiencia de 1986. Ese año el Montijo, rival del Burgos CF en la primera eliminatoria de la Copa del Rey, saboreó las mieles de un torneo que este jueves les ha deparado ... un Segunda División, el conjunto de Julián Calero, en su vuelta al torneo del KO.
Aquel año acudió hasta tierras pacenses la Real Sociedad de Arconada, Bakero, López Ufarte, Beguiristáin, López Rekarte... y Toshack, en el banquillo. Una alineación que los que peinan canas recitan de carrerilla porque ese equipo fue uno de los más importantes en la época de los 80. Y el Montijo estuvo a punto de dar la sorpresa. Pero esa historia ya la relató el Hoy hace unos años.
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Patricia Carro
35 años después no viajará hasta Montijo ese elenco de estrellas nacionales. Lo harán los Herrero, Elgezabal, Juanma, Saúl Berjón... y Julián Calero, en el banquillo.
Precisamente, lo que busca el conjunto pacense, que subió esta temporada a Segunda RFEF, es agrandar una historia que este 2022 cumplirá 100 años. Su ascenso ha sentado muy bien, porque ha empezado con buen pie la nueva competición y se ha instalado en la zona alta de la tabla al hacer del Emilio Macarro (hierba artificial) un fortín.
Lo que era un proyecto humilde se ha transformado en ambición al aterrizar en la entidad un grupo de representación de jugadores. Diferentes nacionalidades en una plantilla en la que destaca José Ángel, que hace unos cinco años desplegaba su fútbol en Burgos y Aranda.
Todo esto será una parte de lo que se encuentre el Burgos CF dentro de unos 15 días. Un equipo que simplemente quiere soñar.
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