El Burgos pierde su condición de invicto en el Plantío en el momento más decisivo

El Plantío comenzaba el partido escuchando el himno del Real Burgos, cántico que hace muchos años que no se escuchaba en este estadio. El partido tenía todo para ser el día perfecto pero comenzó calentito, en el minuto cuatro de encuentro, el carrilero izquierdo del Burgos, Mumo, cometía un penalti en contra que convirtió el jugador del equipo visitante, Soberón. Parecía que los blanquinegros no entraban en el partido, los alicantinos encontraban huecos entre los defensores y causaban alguna que otra situación de peligro en el área de los burgaleses. Las faltas hacia los jugadores del Eldense y las perdidas del Burgos fueron la tónica durante los primeros quince minutos del encuentro.

Parecía que los locales no se daban por vencidos, se acercaban cada vez más al campo contrario, hasta que en el minuto 24 llegó el gol de Appin con un chute desde casi fuera del área, imposible de parar. El gol había sido totalmente legal, pero el VAR estuvo varios minutos revisando la posibilidad de falta del jugador burgalés antes de tirar a puerta. El encuentro volvía a la misma monotonía de antes, ambos equipos se acercaban a campos contrarios pero sin peligro. Los centros volaban por el área visitante pero ninguna llegaba a buen puerto.

Hasta que en el minuto cuarenta y cuatro, a pocos minutos de finalizar la primera parte, un corner del equipo alicantino dejaba al Plantío enmudecido durante unos segundos, el segundo gol del Eldense llegó y sentó como un jarro de agua fría. El delantero Ortuño ponía por delante a los visitantes con un remate de cabeza. El Burgos quería irse al descanso con el marcador igualado y Joni Montiel lo tuvo en sus botas. Una falta a pocos metros del área era la ocasión perfecta, pero ese tiro pegó en el travesaño. En ese instante el árbitro pitó el final de la primera parte.

Bolo decidió hacer un cambio antes de empezar la primera parte, el jugador del único gol de los blanquinegros abandonaba el partido para darle paso a Dani Ojeda. Los burgaleses se acercaban cada vez más, querían volver a escuchar gritar a los aficionados el gol del empate. Los jugadores contrarios estaban cada vez más cerrados en su campo, hasta que en el minuto cincuenta y dos, Timor Sva chutó el balón entre los tres palos, pero el guardameta Caro consiguió evitar que el balón cruzara la línea de meta. Los cambios en ambos equipos empezaban a notarse, más beneficiosos para el Burgos que apretaban a los alicantinos.

Tanto que en el minuto sesenta y cinco, pocos minutos después de una ocasión clara de gol del equipo visitante, Arroyo estuvo a punto de empatar el encuentro, aunque el rechace de ese tiro lo consiguió transformar Fer Niño, que se quedaba delante del portero. Bolo no veía a su equipo lo suficientemente bien como para empatar o llevarse el partido y cambió a varios jugadores más para desequilibrar a la defensa contraria.

Las oportunidades de los burgaleses eran claras, los balones se paseaban por el área visitante, tanto con disparos, como por centros altos. Dani Ojeda le había dado otro aire a los de Bolo y se notaba. Creó varios tiros con peligro en tan solo tres minutos, pero ninguno de ellos lo llegó a transformar en gol. Las ocasiones en la segunda parte se concentraban en el campo visitante pero ninguna de ellas consiguió revolucionar el choque. Tras siete minutos de añadido los de Bolo dejaron pasar la oportunidad de estar en puestos de play off.