La plantilla y el cuerpo técnico del Promesas denuncian los impagos

A mayores, los jugadores y cuerpo técnico del Promesas también aseguran que «algunos futbolistas no han recibido copia suscrita por el club del contrato laboral que les vincula a la entidad». Otros jugadores, además, tampoco «han recibido copia de algunas nóminas», a pesar de que el club tiene la obligación legal de entregar dichos documentos.

En este sentido, abundan, los impagos por parte del club están generando ya «situaciones de extrema necesidad, con graves dificultades para abonar el pago del alquiler de la vivienda, afrontar gastos cotidianos a diario o desplazarse a las instalaciones del club« para entrenar y jugar.

Y todo ello, subrayan, está en conocimiento de la directiva del Burgos CF, que en virtud del acuerdo alcanzado con el Promesas debía asumir los gastos derivados de la plantilla del equipo en Tercera División.

A este respecto, desde el Burgos Promesas se insiste en que el Burgos CF «no ha cumplido» hasta ahora con casi ninguna de las exigencias económicas derivadas del convenio. De hecho, subrayan, el club dirigido por la familia Caselli no adeuda únicamente las nóminas de los futbolistas, sino que los impagos afectan también a otros ámbitos.

En todo caso, la plantilla ha dicho basta. Días atrás, Pibe, uno de los jugadores más destacados, abandonaba el barco y se marchaba a la liga finlandesa. El resto, de momento, permanecen en el club, a pesar de encontrarse «desamparados desde el inicio de temporada ante el constante intercambio de reproches y de culpas entre los gestores del Burgos CF y el Burgos Promesas, sin que unos y otros resuelvan nuestros problemas». «Estamos cansados de escuchar continuas promesas que nunca se cumplen y que siempre se convierten en mentiras», zanjan.

Aún así, añaden en el duro comunicado, la plantilla «seguirá trabajando con el nivel de profesionalidad y compromiso que ha mostrado hasta el momento, pero desde este mismo instante estudiará junto con AFE todas las medidas a adoptar, tanto ante la jurisdicción social y la Inspección de Trabajo como ante la RFEF, para solventar la grave situación que está sufriendo».