Un minuto de Javi Gómez bien vale el inicio de un sueño

Empezó eléctrico el encuentro. Buscando ambos conjuntos los dos porteros. Para qué dejar los deberes para el final por mucho que se midieran dos equipos llamados a estar arriba. Y eso se escenificó en un lanzamiento de José Fran, que obligó a estirarse a Barovero. Pero, a partir de ahí, los de Calero se empezaron a sentir más cómodos. No por las ocasiones, sino por el dominio del balón.

Controlaba el Burgos el encuentro y los nervios. No intimidaba que en El Plantío estuviera un clásico del fútbol nacional. Más incordió el disparo de Gabarre en el minuto 21. Su lanzamiento desde lejos se envenenó y acabó en el larguero después de rozarla Barovero. Microinfarto para los burgaleses. Y a partir de ahí, balones en largo para buscar a Medina, que hoy sentó en el banquillo a Guillermo. Y en una de esas aproximaciones, Lobato centró para que Juanma no pudiera engancharla para sumar el primer gol del encuentro.

Con el paso de los minutos, el partido entró en fase de letargo. Imprecisiones, faltas y mucho frío. También algún disparo lejano por parte de los dos equipos, pero todos ellos sin fe.

Empezó mejor el Burgos en la segunda parte. Se acercaba a la portería de Miralles con claras ocasiones como el lanzamiento de Navarro desde la frontal del área. Pero el Numancia no estaba dormido. Y así lo demostró Menudo, cuando marró una clara ocasión. O el gol dudoso anulado a Gabarre. Otro microinfarto para el Burgos.

Ninguno de los dos equipos quería perder cuando el reloj consumía minutos. Y Calero fue a por el encuentro retirando a Cerrajería para introducir la calidad de Piscu. Eso rompió el centro del campo de su equipo y el Numancia intentaba hacer daño en la medular. Con el partido más loco, el Burgos no llegaba a encontrar la portería rival, mientras que los sorianos se acercaban con cierta cautela.

Parecía que el empate les valía a los dos. Pero no a Javi Gómez, que nada más entrar en el campo, en el minuto 90, se encargó de controlar un balón lejano, encarar a Miralles y definir como un delantero. Un minuto de Javi Gómez bien vale el inicio de un sueño.