La maldición de la primera jornada

La última derrota se certificó el pasado domingo en los Anexos del Nuevo José Zorrilla de Valladolid. Allí, el filial pucelano aprovechó la falta de cierto del Burgos CF, mejor durante la práctica totalidad del choque, para llevarse la victoria con un solitario gol de Raúl Uche en el descuento. Ese tanto cayó como un jarro de agua fría en el club, que, sin embargo, se aferra a las buenas sensaciones transmitidas durante todo el encuentro.

Esa derrota, no obstante, viene a ratificar una tendencia que parece haberse instalado en el equipo de un tiempo a esta parte. La temporada pasada, con Fernando Estévez en el banquillo, el Burgos no consiguió pasar del empate a uno frente al filial de la Real Sociedad. Una temporada antes, con José Manuel Mateo, la Ponferradina amargó el estreno imponiéndose con claridad (2-0) en El Toralín. Aquella, de hecho, fue la primera de muchas derrotas, que llevaron a la temprana destitución de Mateo, que abandonó el banquillo burgalés con una renta de apenas ocho puntos en las primeras nueve jornadas.

Sí que consiguió ganar en la primera jornada el Burgos en la temporada 2017-2018, imponiéndose por 1-0 al Caudal. Ese fue, sin duda, el mejor inicio de temporada del cuadro blanquinegro en muchos años, con cinco victorias y seis empates en las once primeras jornadas de Liga que le llevaron, incluso, a liderar temporalmente la clasificación. Sin embargo, poco a poco se fue complicando la temporada y finalmente, Patxi Salinas fue sustituido por Alejandro Menéndez tras un periodo de cambio con el entonces director deportivo, Nacho Fernández, en el banquillo.

Tampoco fue ideal el inicio de la temporada 2016-2017, que arrancó con Paco Fernández como entrenador. Nada más comenzar, el Burgos perdió 2-1 frente a la Arandina en El Montecillo. A partir de ahí, se sucedieron los malos resultados que finalmente motivaron la destitución de Fernández y el fichaje de Manix Mandiola, que consiguió salvar la categoría in extremis.

La otra victoria en la primera jornada de las últimas temporadas se sustanció en la campaña 2015-2016. Entonces, con Ángel Viadero en el banquillo, el equipo venció por la mínima al Somozas en su estadio. Aquel también fue un buen inicio de campaña, con el Burgos peleando por el play off durante las primeras jornadas. Al final, el cuadro burgalés se quedó fuera de la lucha por el ascenso tras acabar la temporada en quinta posición.

Esa ha sido hasta el día de hoy la mejor clasificación obtenida por el conjunto burgalés en su última etapa en Segunda B, ya que las dos temporadas anteriores tampoco consiguió grandes resultados. Además, en ambas comenzó perdiendo en la primera jornada, frente al Compostela (2-0) y el Real Oviedo (1-2), respectivamente.

En todo caso, y a pesar de la derrota frente al Real Valladolid Promesas del pasado fin de semana, la confianza en el equipo construido este año, con Julián Calero como director de orquesta y, quizá, la mejor plantilla de la historia reciente, permanece intacta. Eso sí, el cambio de sistema de competición motivado por la pandemia de la covid-19 obliga al Burgos a coger velocidad de crucero cuanto antes si quiere luchar por el objetivo del ascenso.