El Leioa humilla al Burgos CF

Llegaba el Burgos a Sarriena con el agua al cuello, tras sumar apenas uno de los últimos 15 puntos en juego y con la exigencia de elevar el nivel si no quería meterse en problemas serios. Sin embargo, poco tardó el Leioa en pintarle la cara al cuadro blanquinegro. Y lo hizo, además, sin alardes, con mucho orden entre líneas y un juego más efectivo que efectista. Un juego que desde el primer minuto desarboló la propuesta del Burgos.

Y eso a pesar de que Salmerón introdujo varios cambios en su once, empezando por la portería, donde Pedro López estrenó titularidad en detrimento de Palatsí. También Córdoba regresó al once, apuntalando el pivote por delante de la defensa en vez de Undabarrena, que retrasó su posición hasta el eje de la zaga.

Pero los cambios del técnico almeriense no tuvieron el efecto buscado, ni mucho menos. Y es que, el Burgos saltó al césped de Sarriena carente de espíritu, sin apenas tensión y con un planteamiento muy gris. Los jugadores blanquinegros no eran sino sombras incapaces de encadenar tres pases y romper las líneas rivales.

Cierto es que el fuerte viento, la persistente lluvia y el pesado estado del terreno de juego no invitaban al espectáculo, pero en realidad, no hacía falta dicho espectáculo. Solo hacía falta algo de tensión, pundonor y una pizca de suerte. Y el Burgos no tuvo nada de eso. Sí lo tuvo el Leioa, que en el minuto 2 ya había avisado de su potencial con una buena internada de Pradera en el área.

Apenas unos minutos después, Sota no llegaba por centímetros a un gran pase al segundo palo. Esas dos ocasiones deberían haber puesto sobre aviso a los jugadores blanquinegros, pero lo cierto es que no. En el 15, Yurrebaso se inventaba un paso a la espalda de los centrales que sorprendía a la zaga burgalesa y dejaba a Pradera solo ante Pedro López. El delantero azulgrana no fallaba y comenzaba la pesadilla del Burgos.

Una pesadilla que se hizo más oscura a medida que pasaban los minutos. En el 28, Raúl López lanzaba una tarascada sobre Sota y el árbitro corregía su decisión inicial para pitar penalti en vez de falta desde la frontal. Sota marcaba el 2-0 y ponía tierra de por medio. Y apenas tres minutos después llegaba el tercero, en este caso firmado por Ribeiro, que aprovechó el viento y la falta de marca en el primer palo para marcar un gol olímpico.

En 33 minutos, el Leioa, que lleva prácticamente toda la temporada en puestos de descenso, le había pintado la cara al Burgos, marcando tres goles, ganando todas las disputas y desplegando un fútbol preciso. Y mientras tanto, el Burgos, teóricamente construido para disputar el play off, ni siquiera había conseguido pasar del medio campo. De hecho, antes de enfilar el camino a vestuarios, el exblanquinegro Jon Madrazo tuvo el cuarto en sus botas.

Tras el descanso, el Burgos regresó al césped de Sarriena con una marcha más, presionando la salida del balón del Leioa y ganando las disputas. Los hombres de Salmerón, incluso, protagonizaron varios acercamientos, pero ni Toché, ni Borja Sánchez ni Wilson acertaron a inquietar la portería local.

Y, como viene siendo habitual desde hace demasiado tiempo, la reacción del Burgos se acabó diluyendo como un azucarillo en el cazfé. Volvieron las prisas, y con ellas los nervios y los errores. Y el Leioa, que con el marcador a favor se sentía muy cómodo sobre el terreno de juego, acabó profundizando en la herida con otros dos goles. El primero lo marcó Sota en el 63 tras aprovechar un gran pase filtrado y batir a Pedro López con un perfecto disparo cruzado. El segundo lo marcó en el 86 Berasaluze tras rematar con cierta facilidad un corner botado al primer palo.

Si acaso aún quedaban dudas de la situación, esos dos goles las despejaron, hundiendo al Burgos en una situación que pocos se preveían en pretemporada. Con un solo punto en los últimos seis encuentros, un gol a favor y 16 en contra, el cuadro blanquinegro se ha precipitado a la zona peligrosa. La reacción ya no puede esperar más.