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Con las matemáticas sobre la mesa, ya no hacía falta ganar. Pero el deber de un equipo campeón debe ser ganar siempre. Y este Burgos, a día de hoy, es un equipo campeón. El cuadro blanquinegro dio hoy otro golpe de autoridad tras imponerse ... con claridad al Zamora (3-0) en un partido dominado de principio a fin por los hombres de Calero. Juanma abrió la lata desde el punto de penalti en la primera parte, Guillermo encarriló el choque también desde los once metros en el arranque de la segunda mitad y Claudio culminó la goleada en la recta final.
Burgos CF
Barovero; Raúl Navarro, Córdoba (Javi Gómez, min.66), Zabaco (Leak, min.60), Lobato; Cerrajería, Undabarrena, Elguezabal, Saúl Berjón (Iago, min.85); Juanma (Claudio, min.60) y Guillermo (Pisculichi, min.60)
3
-
0
Zamora CF
Villanueva; Parra, Crespo, Pina (Dani, min.57), Menéndez; Delmonte (Aziz, min.57), Vallejo (Perero, min.35), Carlos Ramos; D. Hernández (Mese, min.57), Escudero (Ángel, min.82)y Coscia.
Goles: 1-0, min.17: Juanma (penalti); 2-0, min.56: Guillermo (penalti); 3-0, min.84: Claudio.
Árbitro: Bueno Prieto (Colegio Madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Zabaco por el Burgos CF y a Delmonte y Pina por el Zamora CF.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la segunda fase del Grupo 1 de la Segunda División B ante unos 2.500 espectadores. Antes del partido, el Zamora le hizo el pasillo a los jugadores del Burgos CF por haber certificado el campeonato del grupo.
El choque comenzó ya de la mejor manera posible, con el Burgos habiendo certificado la primera plaza del grupo a falta de tres jornadas y sin necesidad de jugar. La abultada derrota del Real Valladolid Promesas frente al Celta B hizo que los hombres de Calero saltaran al terreno de juego sabiéndose campeones de grupo, pero con la intención de seguir sumando resultados y sensaciones de cara al inminente play off de ascenso a Segunda División.
De hecho, y a pesar de ese contexto, Calero no se reservó nada, poniendo en liza un equipo tremendamente competitivo, más allá de dejar fuera de la convocatoria a Álvaro Rodríguez y Alarcón por precaución ante los problemas físicos que arrastraban.
Enfrente estaba un Zamora inmerso en la pelea por meterse en el play off de ascenso y que ya en la ida demostró su potencial y orden táctico. Un orden táctico que los hombres de Movilla volvieron a desplegar sobre el césped de El Plantío desde el primer minuto, ejerciendo una presión asfixiante ante la salida de balón del Burgos.
Sin embargo, fue el Burgos el encargado de asumir el control de la pelota e imponer el ritmo que quiso al partido gracias a un juego coral excelso. Así, fueron los hombres de Calero los primeros en plantear peligro merced a tres internadas de un omnipresente Navarro que no encontraron rematador.
El Zamora, por su parte, probó fortuna en los primeros compases con un disparo desde la frontal de Hernández que se marchó desviado. No obstante, era el Burgos el que llevaba la manija del encuentro y acumulaba acercamientos al área rival con mayor o menor peligro hasta que en el 16, Cerrajería pisaba área y recibía la tarascada de un defensor rojiblanco. El árbitro consultaba con el linier y marcaba los once metros, desde donde Juanma no perdonaba para poner con tranquilidad el 1-0 en el marcador.
Apenas tres minutos después, Coscia tuvo en sus botas el empate con un gran centro raso que el delantero argentino no acertó a rematar con claridad en boca de gol, enviando el balón por encima del larguero.
🤍🏆 ¡SOMOS CAMPEONES! 🏆🖤
Burgos Club de Fútbol (@Burgos_CF) April 25, 2021
Mucho trabajo del equipo hasta conseguir un campeonato del grupo más que merecido.
Llegaremos al play-off con el primer puesto garantizado y la ilusión de toda una ciudad empujando para buscar el último objetivo.
¡SEGUIMOS!#OrgulloYTradición 🤍🖤 pic.twitter.com/Knfpbg3mL9
Aquella fue sin duda la mejor ocasión del Zamora en una primera mitad dominada por un ambicioso Burgos que aún pudo aumentar su renta. En el 25, Guillermo recuperaba un balón entre líneas, levantaba la cabeza y enganchaba un derechazo que Villanueva enviaba a saque de esquina en el último suspiro. Y cuando la primera parte ya moría, Juanma cabeceaba alto un magnífico centro de Cerrajería al que Elguezabal llegaba en una posición más cómoda que el delantero sevillano.
El Burgos, en definitiva, estaba siendo mejor que su rival, a pesar de la interesante propuesta de los hombres de Movilla, que mantuvieron el guión trazado con anterioridad e intentaron discutir la superioridad del cuadro burgalés a base de arreones. Sin embargo, esa propuesta se estrellaba una y otra vez contra la ordenada zaga blanquinegra, que apenas concedió espacios a los rivales, obligados a buscar alternativas con lanzamientos lejanos, como uno de Hernández que se marchó lamiendo el palo.
Poco o nada cambió el signo del encuentro tras el descanso. Y es que, el Burgos regresó de vestuarios con la misma tensión competitiva que la desplegada en el primer tiempo ante un Zamora superado en todos los frentes, pero que no tiró la toalla en ningún momento. Lejos de ello, los rojiblancos intentaron desquitarse de la superioridad burgalesa constantemente, pero su esfuerzo no encontró premio ante un equipo al que de un tiempo a esta parte parece que le sale todo.
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Prueba de ello es que, tras un par de acercamientos de peligro, incluido un buen disparo de primeras de Guillermo, el trencilla volvía a marcar el punto de penalti, en este caso por un empujón de Pina a Guillermo en boca de gol. El propio delantero se desquitaba de la falta de acierto acumulada a lo largo de la temporada ajusticiando a Villanueva y poniendo tierra de por medio.
Corría el minuto 56 y el partido parecía ya visto para sentencia. Y es que, a pesar de que el marcador no era del todo determinante, las sensaciones que mostraban unos y otros sobre el césped así lo hacían prever. No en vano, el Zamora, voluntarioso y competititvo como pocos, estaba siendo incapaz de superar al Burgos, y el partido parecía estar más cerca del 3-0 que de un hipotético empate.
Y al final, eso fue lo que pasó. Después de que ambos entrenadores movieran el banquillo sin que el guión del encuentro cambiara, y tras varios acercamientos de unos y otros, Pisculichi se inventaba un pase adelantado ante el desmarque de Claudio, que dentro del área no fallaba y cabeceaba a la red.
El 3-0 fue la guinda de un partido que volvió a demostrar la comunión que existe ahora mismo entre el equipo y su afición. No en vano, el Burgos CF está a apenas cuatro partidos de Segunda División y, más allá de lo que pase en las dos últimas jornadas de la temporada regular, afrontará el play off como campeón de grupo, con la ventaja que ello implica.
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