La historia interminable del Burgos CF lejos del Plantío

Sin dominio y con la situación controlada. Así se vivía el inicio del encuentro en tierras gallegas. Era cuestión de no precipitarse y esperar que se descubrieran los huecos. Las primeras ocasiones, sin excesivo peligro, fueron del Lugo. No intimidaban a un Burgos al que se le notaba la falta de un castigado Elgezabal por la covid.

Despertó el Burgos o mejor dicho empezó a sembrar nerviosismo con un lanzamiento de falta de Andy, pero también lo hacía el Lugo. Era el caos. Como si de un partido de balonmano se tratara, el balón se movía de área a área. Había ganas de marcar y eso lo impidieron Herrero y Óscar.

Aunque el partido se movía por momentos en idas y venidas, era otro Burgos al visto en las últimas salidas. No estaba sometido a lo que propusiera el rival, ni esperaba en su campo a que todo se solucionara de alguna formaba. Creaba juego y buscaba el gol, aunque este no llegó.

Quien sí tuvo el gol en la cabeza fue Cuéllar. Su remate obligó a Herrero a hacer la parada de la temporada. Qué manera de volar y de repeler. Como si sus guantes tuvieran After Bite.

Necesitaba el Burgos que sus puñales por las bandas, Álvaro Rodríguez y Matos, cogieran carrerilla para que los ataques fueran fructíferos, pero esos tendrían que esperar a la segunda parte.

El ritmo no decayó en la segunda mitad. Había ganas de anotar el primer gol del encuentro y los dos equipos se empeñaban en esa empresa. Lo intentó Mumo, por el Burgos, que cada partido que pasa crece exponencialmente en el terreno de juego. En esa ocasión, desde la lejanía.

En esa igualdad caótica, los goles no llegaban, pero era cuestión de tiempo. Y el primero apareció con un error de los que quitan el sueño. Álvaro Rodríguez, en busca de una cesión a Herrero, le dejó el balón en bandeja a Cuéllar, que se va del portero y marca el primer gol del partido.

Era la misma historia de hace tres semanas en Valladolid, cuando Riki propició que el rival se adelantara en el marcador, pero en esta ocasión con 20 minutos por delante.

Con más tiempo, los de Calero tampoco dieron con la tecla. Por mucho, que Malbasic debutara con el Burgos o se pasara a jugar con defensa de cuatro. El gol fue una dura losa y Óscar prácticamente ni apareció en el resto del encuentro.