Festival de invierno en El Plantío

El Burgos, que afrontaba el choque con el objetivo de reivindicarse sobre el césped tras una semana plagada de noticias y rumores y después de una honrosa eliminación de la Copa del Rey a manos del Espanyol, dio una auténtica lección de fútbol en la primera parte, firmando el mejor partido, no solo de la temporada, sino de los últimos años.

Y eso que el encuentro estuvo cerca de no disputarse. El manto de nieve y hielo que cubría el terreno de juego a primera hora de la mañana obligó a empleados y voluntarios a trabajar a contrarreloj para poder disputar el choque. Finalmente, el árbitro, de común acuerdo con ambos equipos, decidió retrasarlo unas horas.

Esa circunstancia, sin embargo, no empañó el despliegue de los blanquinegros, que salieron con 'Mumo' y Cerrajería como pareja de baile en el centro del campo. La conexión entre ambos, prácticamente inédita esta temporada, dio sus frutos, dirigiendo una orquesta perfectamente afinada en la que todos aportaron, desde la zaga hasta la punta de ataque, pero con un protagonista de excepción: Juanma, que acabría firmando una actuación estelar.

Con esos mimbres y un Real Oviedo prácticamente desaparecido, poco tardaron los hombres de Calero en hacerse dueños del partido, manejando el ritmo, manteniendo una presión alta y asfixiante sobre la salida del filial carbayón y moviendo la pelota con criterio. Con mucho criterio.

Así, y tras un par de avisos de cierto peligro, incluida una espectacular volea de Elguezabal desde fuera del área que Sarr mandó a córner, 'Mumo' se encargaría de abrir el festival, llegando desde la segunda línea para mandar a las redes un mal despeje de Sarr sobre un disparo cruzado previo de Juanma.

A partir de ahí, el Burgos se vino arriba, espoleado por un omnipresente Juanma, cuya salida al Badajoz en el mercado de invierno muchos ya dan por hecha. El jugador sevillano firmó su mejor partido con la camiseta blanquinegra, convirtiéndose en un auténtico quebradero de cabeza para los carbayones. Tras sendos avisos de Álvaro Rodríguez y Cerrajería, el propio Juanma ampliaría la ventaja en el 32 con un contrataque perfecto iniciado por Barovero desde su portería y continuado a la perfección por Berjón.

Apenas ocho minutos después, el delantero sevillano recibía la tarascada de Inglés dentro del área y el árbitro señalaba los once metros, pero Claudio Medina, frustrado de cara a la portería, no acertaba a superar a Sarr.

Sin embargo, y a pesar de fallar la pena máxima, el Burgos no se vino abajo, sino todo lo contrario. El filial asturiano perseguía sombras y se mostraba incapaz, no solo de generar juego, sino de frenar los envites del conjunto blanquinegro, que terminó de sentenciar el choque antes del descanso. En mitad de asedio burgalés, Juanma marcaba el tercero tras empujar sobre la línea un gran pase de Medina. Y cuando la primera parte ya agonizaba, Zabaco anotaba el cuarto tras una jugada muy trabada que el Real Oviedo no fue capaz de despejar de su área.

Con cuatro goles, un penalti fallado y varias ocasiones muy claras, el Burgos estaba dando una auténtica exhibición. El partido, en suma, estaba totalmente decidido a pesar de que todavía quedaba por disputar la segunda parte. Una segunda parte que el Real Oviedo afrontó con algo más de intensidad en los primeros compases, pero que volvió a tener al cuadro blanquinegro como único protagonista.

Y es que, los hombres de Calero, contundentes en el corte y explosivos en el despliegue, fueron los encargados de poner las ocasiones también en la segunda parte, aunque sin exhibir la pegada de la primera mitad. Mención especial, de nuevo, al voluntarioso Juanma y a un Caludio Medina muy activo que acabó desesperado tras tener en sus botas varios tantos, incluido un remate a la media vuelta que se estrelló en el palo en el minuto 55 y una media chilena que Sarr sacó a córner en el 64.

En todo caso, el partido estaba totalmente visto para sentencia desde hacía tiempo y el Real Oviedo B también lo sabía, a pesar de que buscó, con my poca solvencia, el gol del honor. Ordóñez, con un disparo bien atajado por Barovero, fue el único que estuvo cerca de conseguirlo en algún momento.

Y así, con una sensación de control absoluto por parte del Burgos CF, el partido fue muriendo poco a poco, hasta dejar al cuadro blanquinegro en lo más alto de la tabla antes de arrancar la segunda vuelta de la primera fase.